Cultura

Bigote y figura hasta la sepultura

El mayor exponente de la pintura surrealista cumple 25 años de muerto; un artista que también destacó en el cine

GUADALAJARA, JALISCO (23/ENE/2014).- ¿Locura o virtuosismo? Salvador Dalí nació con esos dos ingredientes en su mente y durante los 84 años de su vida los combinó a la perfección. Dalí no fue un adelantado a su época, pues su creatividad se instaló como una forma de vida pública que lo llevó a ser uno de los máximos referentes del surrealismo en las artes del siglo XX.

Un día como hoy, el 23 de enero de 1989, el mundo enmudeció ante su muerte. Nació el 11 de mayo de 1904, en la ciudad española de Figueras, provincia de Gerona. Su trabajo no requiere de mayor presentación pues su estilo quedó inmortalizado en el colectivo social, y a 25 años de su ausencia terrenal su legado permanece incorrupto en el centenar de obras cristalizadas en la pintura, la escultura, el dibujo, las producciones escénicas y los audiovisuales.

Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech fue el nombre de pila que bautizó al que muchos consideran genio y lo señalan como un hombre que obtuvo fama debido a su personalidad también caracterizada por el narcicismo, la excentricidad y la avaricia.

Pese a su temperamento sarcástico y metafórico, y de que sus obras vale más de 100 mil dólares, el español no logró esquivar la pulmonía que se complicó con un mal cardiaco.

Dalí no seguía las normas de lo artístico, él creó su propia estética contemporánea y aunque los patrones de su obra -especialmente en la pintura- se atribuyen a su afición por las corrientes renacentistas, lo cierto es que el español marcó un estilo apropiado a las curvas y las proporciones infinitas con algunos toques de oscuridad y pesadilla.

El español nunca aclaró si la estampa de sus obras correspondían a sus más tétricos sueños, pero sí enfatizaba la idealización de un mundo más amigable con la mente, en donde el tiempo era efímero.

SU PASO POR EL CINE
Frente a cámaras


Aunque la pintura fue uno de los grandes amores de Salvador Dalí, la producción audiovisual fue otra de las cartas fuertes que complementó y desató su creatividad surrealista, principalmente, durante su juventud.

El español participó activamente en realizaciones cinematográficas a lado de importantes figuras del séptimo arte como Walt Disney (cortometraje llamado Destino, estrenado en el 2003; aunque su producción inició desde 1945), Luis Buñuel (con Un perro andaluz) y Alfred Hitchcock (con Spellbound), en las que el pintor impregnó legendarias secuencias y efectos que marcaron parte de la era del cine independiente en Europa y Estados Unidos.

LOS INICIOS
Surrealismo a tope

Aunque Dalí no es considerado el padre del surrealismo, ya que el pionero es el francés André Breton, Salvador logró acaparar los reflectores de la prensa internacional y la atención de los coleccionistas privados, quienes no dudaban en pagar miles de dólares por sus obras.

Desde la infancia, Dalí exploró su habilidad para el pincel y el carboncillo, etapa en la que desplegó su particular estilo de siluetas alargadas y efectos visuales, sello personal con el que creó todo un simbolismo en cada una de sus obras. Dalí “escribió” pictóricamente su estilo también en los animales, siendo el elefante y el rinoceronte sus más destacadas figuras.

Otros tópicos en los que Dalí centró su trabajo fue la complejidad de la mente, la muerte, siendo el huevo, las flores, los árboles, los caracoles y las langostas las figuras más constantes en sus lienzos.

DE RELOJES Y SILLONES
La obra


Dalí no sólo regaló al mundo míticas obras como “La persistencia de la memoria”, el cuadro de los relojes escurridos creado en 1931 y que actualmente lo resguarda el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York; sino que se inmiscuyó sigilosamente en la cultura pop del siglo XXI. El bigote fue el causante.

El bigote del español pasó ser una característica sumamente representativa. Su pelo nacido sobre el labio superior le dotó ese toque extra de locura, pero a la vez, una imagen que siempre mantuvo en los límites de la elegancia y la caballerosidad.

Dalí contaba con dos grandes influencias estéticas: Josep Margatir, un militar catalán, y Diego Velázquez, pintor admirado por el mismo Salvador.

Bajo esta imagen, Dalí se transformó en un consentido de la industria comercial del arte. Lejos de las galerías y estudios de pintura, el español se dio a la terea de crear artículos de uso cotidiano en referencia al teatro, la moda y la misma fotografía.

FRASE

"
La única diferencia entre Dalí y un loco, es que yo no estoy loco ”.

Salvador Dalí.

SABER MÁS
Amor de muchas


En 1934, Salvador Dalí se casó con Jacqueline Lamba, con quien procreó a su hija, Aube.

Nueve años después, en 1943, Dalí contrajo nupcias con la que sería su segunda esposa, la chilena Elisa Bindhoff Ene.

Entre sus obras más reconocidas está “teléfono-langosta” y el “sofá de los labios de Mae West”.
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