Cultura

Autorretratos de un pintor cambiante

Javier Arévalo inaugura hoy “Las formas se transforman” en la Galería Vértice

GUADALAJARA, JALISCO (15/OCT/2015).- Javier Arévalo vive en sus cuadros. El pintor cuenta que cada uno refleja el estado de ánimo en el que se encontraba cuando los creó, lo que le provocaba el lugar que visitaba, las ideas que tenía o cómo concebía en ese tiempo las formas y la pintura. Es por eso que su andar se refleja en la selección que presenta a partir de esta noche, a las 20:30 horas, en la Galería Vértice (Lerdo de Tejada 2418).

Al ver parte de las 92 piezas que conforman la muestra “Las formas se transforman” —de las cuales hay 48 en exhibición, pero se irán rotando—, el maestro explica que él mismo se sorprende al pensar cuándo pintó tantas cosas.

“Uno vive mucho, se divierte, se enamora y en el fondo finalmente esto que está aquí son autorretratos, aunque no se parezca uno a los cuadros, porque uno es el que los hace, los siente”.

En las paredes se pueden ver obras que el creador hizo en 1972, 1984, 2011 o hasta lo más reciente que es un cuadro enorme conformado por seis piezas de formas geométricas.“Son algunas figurativas, otras intermedias, de lo último que estoy haciendo; abarcamos tres o cuatro etapas. Aquí tratamos de hacer algo que tenga cierta unidad. Es el punto de cómo cambia uno el estado de ánimo cuando realiza una obra”.

Arévalo cuenta que trabaja de manera continua, evolucionando de forma natural y tratando siempre de no repetirse, es por eso que tiene la costumbre de tratar un tema y luego pasar a algo distinto.

“No tengo cuadros en mi casa, no me gusta verlos, no me gusta copiarme a mí mismo”. De ahí parte —en cierta forma— el concepto de la muestra que estará en Galería Vértice hasta el próximo 22 de noviembre, de la idea de no repetirse, sino transformarse, “es la ley de la naturaleza”.

El artista advierte que de todo se puede dudar, menos de que las cosas cambien; incluso, cuando uno deja de verse al espejo y tras un momento vuelve a hacerlo, ya no es igual. Es por eso que señala que al mirar los cuadros que ha pintado en distintas épocas lo que le evocan es a su persona.

“Nadie cree que fui joven y delgado, imagínese usted y se lo confieso, qué bien pintaba, y lo que hacía antes a lo que hago ahora ha cambiado el tiempo. Hay un momento en que a uno le vale el estilo. Es una ebullición de vida, está cambiando””, dice Arévalo mientras truena los dedos.

El pintor viajero

A Javier Arévalo no le gusta estar en un solo sitio. Nació en Guadalajara pero su espíritu viajero cuenta que ha recorrido toda la República Mexicana y distintas partes del mundo, en donde ha encontrado la inspiración para crear a diario: “No puedo estar mucho tiempo en un mismo lugar; no comprendo cómo los demás pintores no lo hacen. Para mí un estudio es algo muy limitante”.

También cuenta que otro aspecto fundamental a la hora de crear es no tener reglas, sino dejar que todo fluya: “Tengo la idea fija y me pongo a hacerlo, quiero hacer un par de figuras y termino haciendo un paisaje, la transformación del mismo cuadro, la idea. Hacer un cuadro sin saber ni cómo lo empiezo ni en que va a terminar”.

Pero eso sí, todas las obras deben tener la energía invisible que poseen los imanes: “Si uno de mis cuadros no tiene esa fuerza y no me sorprende, no tiene el misterio del imán… lo echo a la basura. Mis cuadros deben de tener ese elemento que me gusta desde que nací”.

Inauguración

“Las formas se transforman”
Javier Arévalo
Hoy, 20:30 horas, Galería Vértice (Lerdo de Tejada 2418)
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