Cultura
Antología reúne 527corridos históricos
El texto, dividido en dos volúmenes, pretende abarcar desde 1810 hasta la actualidad
CIUDAD DE MÉXICO (22/MAY/2010).- Juan Diego Razo Oliva dio a conocer hoy la edición de 'Corridos históricos de la tradición del Bajío', dos volúmenes 'que pretenden abarcar desde 1810 hasta la actualidad, en un recuento de 527 ejemplos organizados en diferentes ciclos temáticos y cronológicos'.
Entrevistado durante la presentación de la publicación, en el Museo del Ferrocarril, en esta ciudad, Razo Oliva mencionó que el trabajo editorial abarca la historia que cuentan los corrideros mexicanos, y se apoya en investigaciones serias como la realizada por el experto Vicente T. Mendoza y grabaciones de campo hechas por él.
Abundó que 'es literatura y música testimonial que da cuenta de cómo fue evolucionando el país en sus etapas llenas de conflictos', y recordó que todos los mexicanos saben que 'los conflictos siempre han alimentado la temática de nuestros corridos'.
Destacó que a lo largo de su trabajo advirtió que el corrido y el ferrocarril han ido de la mano en numerosas ocasiones, y explicó que hay algunos ciclos en los que ese medio de transporte y carga aparece también como personaje o tema, lo que caracteriza a los corridos del Bajío.
La recopilación del mayor número de corridos la realizó en el Bajío, 'esa zona que cubre el centro de Guanajuato, parte de Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas y Jalisco, donde hubo ferrocarriles desde 1880'.
Dijo que los volúmenes recogen 527 canciones emblemáticas de los 200 años de historia del corrido en Michoacán. Con la publicación de este compendio no sólo se traza un mural de la canción popular mexicana en el Bajío, sino que se reconoce el nacimiento de un género tradicional.
El autor subrayó que la odisea del corrido en México se gestó en el origen mismo de la lucha insurgente, 'por eso abarcamos desde las campañas de Morelos hasta la época de Porfirio Díaz', y dijo que la obra es el producto de recorridos por las calles, mercados, bibliotecas y archivos.
Tras sus pesquisas, el investigador ubicó al corrido en su dimensión histórica y comunitaria, además de subrayar su importancia para la época en que fueron difundidas estas composiciones. Calificó a la obra como 'un testimonio de la necesidad vital y el destino que para es la música para los juglares'.
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