Hay un antes y un después con el descubrimiento de la insulina en el tratamiento de las personas con diabetes y, a su vez, con la innovación tecnológica en las últimas décadas para crear dispositivos que faciliten la aplicación de la misma, subraya Irma Luisa Ceja Martínez, titular de la Gerencia Médica de Endocrinología y Nutrición de Grupo PiSA.Recuerda que ésta fue descubierta hace 100 años. “Antes del descubrimiento, el único posible tratamiento para personas con diabetes era tenerlos con dietas de 400-500 calorías. Era gente que moría muy joven”.Al principio, todas las insulinas eran porcinas. “Posteriormente se empezó a producir la insulina humana, la cual se hace con biotecnología”.En 2015, la insulina glargina del Grupo PiSA fue el primer Medicamento Biotecnológico Biocomparable (MBB) en obtener su registro sanitario en el país, conocido como “Galactus”.Y en 2019, añade, el laboratorio sacó al mercado un dispositivo en pluma que lo hace muy fácil de utilizar. La solución inyectable ya viene precargada y las agujas son muy pequeñas en comparación con la jeringa tradicional. “Antes, la gente tenía que andar cargando con su hielerita, digamos, con sus jeringas y todo. Ahora, gracias a esta tecnología, la gente tiene un mejor control de la diabetes”.De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes es una causa importante de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.Ceja Martínez reporta que en México, una de cada 10 personas tiene diabetes diagnosticada. En el Estado hay más de 600 mil personas con esta enfermedad; la mitad desconoce que está enferma.A los tres años de edad, Sabrina Monserrat Lara Castellanos fue diagnosticada con diabetes tipo 1. Actualmente tiene 13 años y recuerda que a los ocho años comenzó a monitorear sus niveles de glucosa y seguir su tratamiento de una forma más independiente. Indica que cuando ingresó al preescolar, su mamá se la pasaba afuera del jardín de niños. “Me dio un celular para checarme. Si veía que estaba mal, se bajaba del carro y se metía a la escuela. Conforme fui creciendo me decía: ‘Si estás alta de azúcar, te corriges. Si estás baja, la colación’. Y pues vas aprendiendo de todo lo que te dicen”. Aclara que nunca le causó coraje tener esta enfermedad. “Siempre me explicaron que tenía esa condición, que debía aprender a vivir así”. Comenta que conoce a varias personas que les da vergüenza tener diabetes o inyectarse enfrente de los amigos. En su caso, reconoce que en ocasiones es molesto el tener que monitorear los niveles de glucosa y corregirlos, pero no le genera un conflicto. “Sí me ha pasado, pero nunca le tomé odio a la diabetes. La quiero y sé vivir con ella”. Su mamá, Gabriela Castellanos recuerda que cuando Sabrina tenía tres años comenzó a notarle algo distinto. “Miraba a mi hija rara. Y como trabajaba en un laboratorio, la llevé a hacer los exámenes y salió con azúcar alta”. Después de eso acudió con una endocrinóloga, quien le dijo que la niña tenía diabetes tipo 1. “En ese momento le inyectó insulina. Cambió su vida, por todo lo que requería para mantenerla bien. Comenzamos con el glucómetro, las insulinas, las jeringas…”.Para conocer cómo brindarle un tratamiento adecuado, decidió acudir a la Asociación Mexicana de Diabetes en Jalisco. Esto, debido a que su hija no le decía cuándo se sentía mal porque era muy pequeña. “Era estarla checando a cada rato cómo estaba con su azúcar. Cuando llegué a la Asociación oía que todos los niños caían en cetoacidosis graves, muy graves. A mí no me pasó así”. Acentúa que la menor siempre ha estado controlada porque están al pendiente de su alimentación y la atención médica que requiere. Además, en la asociación hay un equipo que los apoya a través de un nutriólogo y una psicóloga, les brindan clases tanto a los familiares como a los pacientes sobre el conteo de carbohidratos, qué hacer si se presenta una hipoglucemia o una hiperglucemia. La señora subraya que les ayudan también con los insumos. “La diabetes es muy cara”. Por ejemplo, dice, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) les dan la insulina, pero “a veces no hay”.DATODescubrimientoLa insulina fue descubierta en 1921 por Frederick Banting.SABER MÁSPara tener un registro actualizado y real del total de personas que padecen diabetes en la Entidad, es necesario que se lleve a cabo un censo con todas las instituciones de salud y establecimientos privados que brindan consultas médicas, destaca María Elena Mota Oropeza, directora de la Asociación Mexicana de Diabetes en Jalisco.Actualmente las estadísticas más actualizadas son las de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la cual brinda datos con relación a las personas de más de 20 años que viven con la enfermedad.Por ello, subraya que es necesario que las autoridades locales realicen un censo que considere todas las edades y clasificar el tipo de diabetes que padecen.Declara que es necesario que se realice un censo nominal para evitar duplicidad de información. Por ejemplo, que los pacientes se registren a través de la CURP porque eso evitará el subregistro; es decir, permitiría detectar cuando algún enfermo acude a más de una institución de salud.“Lo que hemos visto en la asociación es que hay personas que se atienden en el Seguro Social, pero como hay mucho desabasto de insulinas, luego van al Hospital Civil o a la Secretaría de Salud”.Con relación a la estadística actual, comenta que en Jalisco más de 600 mil personas viven con diabetes. Aunque de acuerdo con la Secretaría de Salud, solamente la mitad saben que están enfermos.Por su parte, la asociación atiende a 160 niños con diabetes tipo 1 y otros 30 con tipo 2. “Tenemos niños desde dos años de edad. Todos esos niños no están tomados en cuenta en las estadísticas. Estamos pidiéndole al Gobierno estatal que se haga un registro nominal para saber cuántas personas viven con diabetes”.Informa que apoyan a los pacientes con algunos insumos, como son las tiras reactivas de glucosa. Estas últimas son donadas por la organización Life for a Child, que tiene su sede en Australia. “Ellos me mandan un envío para un año. En julio recibimos el donativo. Son 12 millones de pesos lo que cuesta ese donativo, que nos dan en especie”.Añade que atienden a muchas familias que son de bajos recursos. “Para ellos no es tan fácil pagar 150 pesos de una consulta”.ASOCIACIÓN MEXICANA DE DIABETES EN JALISCOUna alimentación para una persona con diabetes no tiene restricción alguna. “Obviamente, el consumo de azúcar lo pueden hacer, pero siempre y cuando una persona presente una hipoglucemia, cuando su glucosa está baja. Ahí sí requerimos un poco de azúcar o bebidas endulzadas con azúcar para que suba su glucosa”, destaca Jorge Medina Véliz, coordinador de Educación, Comunicación y Difusión de la Asociación Mexicana de Diabetes en Jalisco.Reconoce que algunas frutas están satanizadas, como son el plátano, el mango, la sandía y la naranja, porque son muy dulces. “Sí pueden consumirlas en cantidades adecuadas. A lo mejor para un refrigerio”.Una persona con diabetes puede comer de todo, insiste, pero siguiendo un plan de alimentación de la mano de un nutriólogo con cantidades adecuadas y también en las porciones que le corresponde, con horarios fijos. Y si el médico o nutriólogo lo ven necesario, permitirán un par de colaciones.“La alimentación es un factor muy importante en el tratamiento de la diabetes. Si nos enfocamos en una alimentación adecuada, podemos controlar mucho los niveles de glucosa. Hay que hacer mucho hincapié sobre la alimentación saludable, pero siempre y cuando sea llevada por un nutriólogo”.En el caso específico de diabetes tipo I, se requiere que la alimentación del paciente se adapte al esquema de la insulina que dicte el médico. “Sí requiere ser muy personalizado. No es el mismo para todos”.Indica que la mayoría de las personas que viven con diabetes tipo 2 no acostumbran a hacer ejercicio, pero sí lo requiere para ayudar a mantener estables sus niveles de glucosa.GUÍAIrma Luisa Ceja Martínez, titular de la Gerencia Médica de Endocrinología y Nutrición del Grupo PiSA, aclara que hay muchos mitos en torno al uso de la insulina. Uno de los principales es que la gente señala que se hará dependiente. “Lo que les digo es: Todos dependemos de insulina. La gente sin diabetes dependemos de insulina, la produce nuestro cuerpo. El que no la produce o no produce suficiente, requiere de insulina externa”. Con relación a que la insulina provoca ceguera, comenta que si las personas presentan este tipo de problemas obedece al mal control de la diabetes, no al uso de la insulina. “Con el tiempo, la gente comienza a perder la vista porque está mal controlada y la diabetes va generando problemas a nivel de las arterias, de las venas, de los capilares, de todos nuestros vasos sanguíneos y los nervios. Y donde tenemos los capilares más delgados es en los ojos y en los riñones. Claro que las afectaciones principales serán problemas visuales o de los riñones”. Con relación a que duele la aplicación de las inyecciones, recuerda que hay dispositivos que evitan el uso de las jeringas tradicionales. Añade que mucha gente tiene miedo a que se le baje el azúcar, que es la hipoglucemia, y también por eso no quieren que se les aplique insulina. “Si alguien se aplica insulina y no come, pues a lo mejor sí tendrá una hipoglucemia, pero para eso son los talleres, para ensañarle a la gente a conocer su cuerpo y saber que si se aplica la insulina tiene que comer a sus horas”.Sobre las insulinas que se tienen actualmente, todas requieren haber pasado las pruebas de pureza, de calidad, de eficacia y seguridad para que se puedan utilizar. PROFESIONALES DE LA SALUD¿Se realiza exámenes médicos constantemente?Participa en Twitter en el debate del día @informador