Además, el 92 por ciento de los 108 pacientes entrevistados indicaron que estos medicamentos pueden estabilizar y controlar el virus, aunque valoraron negativamente la información que habían recibido sobre sus efectos secundarios.Los enfermos que confirmaron que no tomaban el tratamiento eran consumidores de drogas habituales, usaban normalmente la vía inyectada y tenían peor percepción de los beneficios de esta medicación.El objetivo de este informe, coordinado por la investigadora Eugenia Oviedo, consiste en examinar las diferencias entre la toma o no de antirretrovirales en personas infectadas por el virus del sida en relación con el uso y la valoración de los servicios sanitarios.La mayoría de los entrevistados para este estudio son varones, seropositivos desde hace doce años, con una edad media de unos 40 años y, la mitad de ellos, consumidores de drogas.Del total, sólo el 28 por ciento tiene trabajo, mientras que el 40 por ciento dijo haber contraído el virus por compartir jeringuillas, el 35 por ciento por vía sexual y un 25 por ciento no conocía cómo se habían contagiado.