Sábado, 23 de Noviembre 2024
Tecnología | La pasada cumbre no cumplió con las espectativas

México confía en que la Cumbre de Cancún supere el trauma de Copenhague

Se intentará superar la decepción de la pasada reunión al no lograr políticas vinculantes en materia de la lucha contra el cambio climático

Por: EFE

Se espera que esta cumbre sea diferente. ESPECIAL  /

Se espera que esta cumbre sea diferente. ESPECIAL /

VIENA, AUSTRIA (01/JUL/2010).- Sin grandes aspavientos mediáticos, con objetivos realistas y con la prioridad de recuperar la confianza multilateral: sobre esos tres pilares prepara México la cumbre del Clima de Cancún, en la que se intentará superar la decepción de la pasada reunión de Copenhague.

Así lo manifestó a en Viena Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, y uno de los encargados de preparar el terreno para esta cumbre climática que tendrá lugar entre los próximos 29 de noviembre y 10 de diciembre.

"Para nosotros, esta conferencia es una prueba de fuego para el sistema multilateral, para su credibilidad", explicó el político mexicano, quien añadió que la comunidad internacional "no puede darse el lujo" de repetir un resultado como el de Copenhague.

Aunque Robledo opinó que esa cumbre "no fue un fracaso", sí reconoció que "la sensación es que no fue lo que se esperaba".

El alto cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores incluso se refirió al "trauma de Copenhague" y opinó que el alto grado de visibilidad mediática y política de esa cita "permitía augurar algo más vistoso".

"No ocurrió y por eso nosotros queremos resultados, pero con expectativas realistas y sin salirnos de ellas", explicó.

Entre esas prioridades, el diplomático mencionó la urgencia de "recuperar la credibilidad de la negociación multilateral".

En ese sentido, Robledo explicó que la principal preocupación de México, como anfitrión de la cumbre, es "entender todos los puntos de vista y tratar que queden reflejados en la negociación".

Por ejemplo, Robledo, que se ha reunido en Viena con representantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), criticó como "superficial" la generalizada percepción de que a estas naciones no les preocupa el cambio climático y aseguró que varias de ellas "ya están pensado en un mundo post petróleo".

Sobre los objetivos concretos, Robledo confió en que Cancún sirva para establecer un paquete de decisiones "en el que todo el mundo encuentre algo que le resulte atractivo", al margen de que pueda o no concretarse luego como un tratado jurídico vinculante.

Respecto a las cuatro grandes áreas a tratar (Mitigación, Adaptación, Transferencia de Tecnología y Financiación), Robledo destacó que lo que más "atorado" está son las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, quizás el más importante instrumento de mitigación.

"Y si eso no avanza, lo poco o mucho que se haya hecho en los demás temas se cae", advirtió el mexicano, quien mencionó la necesidad de acordar un segundo periodo de reducción de emisiones al amparo del Protocolo de Kioto.

En cualquier caso, Robledo reconoció que los retos son enormes y que, tras lo ocurrido en Copenhague, las expectativas están "más acotadas".

Por un lado, dijo, Estados Unidos no tiene una legislación sobre cambio climático y, pese a que la Administración Obama está negociando el tema con la oposición republicana, "la percepción es que no tiene ley. Y si no tiene ley, pues China tampoco se mueve".

Además, Robledo se refirió a la "errónea" sensación de que la crisis económica ha rebajado las expectativas de la Unión Europea.

El político aseguró que en Bruselas "no se cuestiona" la meta de reducir un 20 por ciento las emisiones y que la UE sigue siendo "uno de los motores más importantes" del proceso.

En relación a los países en vías de desarrollo, agrupados en el llamado "G-77", opinó que hay que "jalar a los que se han mantenido en la periferia de la mesa (de negociación), que han estado solapados, en grupos más amplios, a los que se les ha impuesto una visión de grupo".

"Cada vez vemos más actores, como los pequeños estados insulares, tener una voz propia. El G-77 no es China, dentro hay una variedad de posturas impresionante, aunque también hay una solidaridad de grupo muy grande", anotó.

Sobre el debate entre quien debe asumir más responsabilidad en la lucha contra el cambio climático, si los países ricos o los emergentes, Robledo explicó que "la tesis de México es que el mundo en desarrollo contribuye con el 50 por ciento de las emisiones, así que tiene que poner de su parte".

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