NEWBURY, INGLATERRA (14/NOV/2016).- Además de que la ceguera es dos veces más temida que otras complicaciones comunes de la diabetes (como la enfermedad cardiovascular y el derrame cerebral), un cuarto de las personas con diabetes que participaron en un nuevo estudio no habla sobre las complicaciones de la vista con su médico; y en muchos casos, las consultas son posteriores a la aparición de los problemas de la vista.Estos son algunos de los temas preocupantes en relación con el tratamiento actual de la retinopatía diabética (RD) y del edema macular diabético (EMD) que reveló el DR Barometer Study, lanzado a través de un trabajo conjunto exclusivo entre expertos de la Federación Internacional de la Vejez (IFA, por sus siglas en inglés), la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés), la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB, por sus siglas en inglés) y Bayer Pharma AG.En el DR Barometer Study se hizo hincapié en el verdadero impacto de la RD y del EMD. Se observa que el 79 % de las personas con RD siente que la pérdida de la vista les dificulta la realización de actividades, como manejar, ir al trabajo y concretar tareas básicas del hogar; cuando no les resultan imposibles.Además, el 20 % de las personas con RD o EMD también menciona que los cambios que sufren en la vista les restan capacidad para atender su diabetes; tema que se ve reflejado en la percepción de la salud general de los encuestados, dado que más de la mitad de los participantes con RD calificó su salud física entre pobre y regular.“La retinopatía diabética es una de las causas principales de la ceguera en la población en edad laboral de la mayoría de los países desarrollados, y la pérdida de la vista resultante puede tener un impacto profundo tanto en la calidad de vida de la persona como en su capacidad para trabajar”,explicó Peter Ackland, director ejecutivo de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPPB). La RD y el EMD se pueden manejar si se realizan los estudios y los tratamientos adecuados. Sin embargo, muchas personas con diabetes corren un riesgo innecesario de perder la vista debido a limitaciones que existen dentro del sistema de derivaciones y de atención al paciente.El DR Barometer Study destacó las principales limitaciones que impiden que los pacientes se realicen los estudios de la vista necesarios; paso fundamental para detectar y controlar la RD. Este problema queda en evidencia al observar que tanto los oftalmólogos como los adultos con diabetes que participaron en el estudio manifestaron “largas esperas para conseguir un turno” como una de las principales limitaciones para optimizar la salud de su vista.Una de cada tres de las personas con diabetes encuestadas también confirmó que incluso cuando logra sacar un turno, el costo de la consulta puede ser el factor limitante, y el 24 % de los pacientes dijo que el tiempo de espera en las clínicas y en los centros de atención es otro problema.La combinación de limitaciones con respecto al acceso a atención médica y al costo de los estudios, junto con la falta de directrices claras dan lugar al peor de los escenarios para esta población vulnerable, tanto ahora como en el futuro: las personas con diabetes viven en riesgo de experimentar demoras en el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de la vista a causa de la diabetes. Casi dos tercios de los oftalmólogos encuestados consideran que un diagnóstico tardío es la peor de las limitaciones para mejorar los resultados, y más de la mitad revelan que las personas con diabetes llegan a la consulta cuando los problemas de la vista ya han comenzado; y en muchos casos, cuando ya es demasiado tarde para realizar cualquier tratamiento.El DR Barometer Study deja en evidencia numerosas limitaciones que impiden que muchas personas con diabetes puedan realizarse los estudios, recibir un diagnóstico y tener acceso a un tratamiento antes de que sea demasiado tarde; limitaciones que debemos tratar sin falta, si buscamos ser más eficientes a la hora de controlar las consecuencias de estas enfermedades ahora que el grupo de personas en riesgo está en aumento. La edad del paciente, dónde vive o cuáles son sus ingresos no deberían ser factores determinantes para decidir cómo manejar y cómo tratar su diabetes o cualquier complicación relacionada con la enfermedad, como la ceguera».