Woody Allen: un genio irracional

GUADALAJARA, JALISCO (06/DIC/2015).- Woody Allen es imposible describirlo en una palabra. Podemos decir que es un judío “obsesionado” con el catolicismo y con roces de ateísmo o que es un claustrofóbico que ama pasear por urbes como Nueva York, Barcelona o París donde nacen sus historias.

Incomprendido en Estados Unidos e idolatrado en Europa (tal como lo dejó plasmado en su filme “Hollywood Ending” —una joya de 2002—), es prácticamente imposible ser indiferente a su cine, ha producido 45 cintas.

Habrá gente que diga que gustaba más de su propuesta de los setenta, cuando presentó “Sleeper” de 1973, mientras que otros prefieren sus últimos trabajos como “Vicky Cristina Barcelona” (2008) o “Blue Jasmine” de 2013, con el cual Cate Blanchett, quien interpreta a una adorable e irritante millonaria venida a menos, obtuvo el Oscar a “Mejor Actriz” en 2014.

En su filmografía hay de todo y para todos; encontramos guiones cargados de angustia existencial, autoanálisis, lucidez, pensamientos sombríos, requiebros, falta de esperanza y muy buen humor. Y es que quién no soltado la carcajada con frases como: “Para el ejército me declararon inutilísimo. Si hubiera una guerra yo sólo serviría de rehén” o qué tal “Te voy a contar una historia tremenda acerca de la anticoncepción oral: le dije a esa chica si quería hacer el amor conmigo y me dijo que no”.

Trabajar con Woody se ha convertido en una obsesión y privilegio para los actores tanto de Hollywood como del resto del mundo y no es por los sueldos que les pague; de hecho, se sabe que nadie se vuelve rico después de actuar para él; la realidad, es que lo hacen porque es considerado uno de los mejores directores de escena, capaz de lograr que alguien como Owen Wilson deje de lado las interpretaciones insulsas para dar vida al entrañable escritor, “Gil Pender” en “Midnight in Paris” de 2011.

El pasado 1 de diciembre, Allen cumplió 80 años; no hubo fiesta, sólo una pequeña cena en su hogar ubicado en el barrio neoyorquino de Upper East Side, en compañía de algunos amigos y su esposa, 35 años menor, Soon-Yi… Sí, la hija adoptiva de su ex pareja Mia Farrow, con quien ha logrado encontrar el equilibrio emocional que no alcanzó en su pasada relación.

Tras ocho décadas de vida, Allen goza de salud y se prepara para el estreno de su próxima cinta, “Hombre irracional”; además, está trabajando en una serie de televisión para Amazon. Si acaso, arrastra la sordera de un oído, un problema que en realidad utiliza como Luis Buñuel: cuando quiere, desconecta el audífono y se hace el sordo. 

Así es él, así son los genios (neuróticos): hacen lo que quieren, cuando quieren y como quieren; incluso, no acudir a recoger uno de los cuatro Oscar que ha ganado por quedarse a tocar el clarinete con su banda de jazz, The New Orleans Jazz Band… Así es Woody Allen, aquel hombre nacido en el barrio de Brooklyn, en 1935, que escribió: “Para ti soy ateo. Para Dios, soy la fiel oposición”.

Desmitificando a Woody

Recientemente, Natalio Grueso, amigo de Allen y autor del libro “Woody Allen. El último genio” calificó al cineasta de ser un hombre renacentista, culto, superviviente dentro de la industria del cine estadounidense: “Allen es un tipo generoso, comparado con las estrellas de Hollywood. Dice que los actores deberían preocuparse cuando nadie se quiere hacer fotos con ellos, no cuando sí quieren”.

De hecho, cuenta en un pasaje del texto que cuando Allen se encontraba rodando en Avilés ‘Vicky Cristina Barcelona’, el director obligó a Scarlett Johansson a salir a saludar a los curiosos que rodeaban la filmación. “La imagen que hay de él, de tipo desvalido es falsa; la gente confunde personaje cinematográfico y persona”.

Comerse las uñas lo salvó

Proveniente de una familia judía de orígenes ruso-austríacos, a la que el propio Allen define como “burguesa, bien alimentada, bien vestida, e instalada en una cómoda casa”, descubrió su amor por la magia a los seis años; gustaba de ir a una tienda Círculo Mágico.

Empezó a trabajar muy joven: con apenas tenía 16 años escribía chistes para Nick Kenny, columnista de “The New York Daily Mirror”. Su carrera estuvo a punto de truncarse por la guerra de Vietnam; sin embargo, se libró del reclutamiento cuando en el último examen médico, pasados los exámenes psíquicos y físicos, un doctor descubrió que se mordía las uñas… Su nerviosismo le salía por los poros y, probablemente, le salvó la vida.

En 1968 rodó su primera película (completamente escrita y dirigida por él y en la que actúa como un ladrón), “Toma el dinero y corre”. En 1977, tras filmar “El dormilón” (1973) y “Love and Death” (1975), Allen realizó la película con la cual obtendría su primer premio Óscar: “Annie Hall”… El resto, sólo es una carrera llena de éxitos la cual fue coronada cuando en 2002 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Desde entonces tiene una estatua en su honor en el centro de Oviedo, España.

Toma nota
Sus musas

• Diane Keaton. La legendaria actriz trabajó en ocho filmes con Woody, siendo el más representativo “Annie Hall”, por el cual obtuvo en 1977 el Oscar a la Mejor Actriz.

• Mia Farrow. La actriz estadounidense, que mantuvo una relación sentimental con Woody Allen, ha aparecido en 10 películas del director de Nueva York.

• Christina Ricci. La californiana protagonizó la comedia “ Anything Else” en 2003, en el papel de la neurótica Amanda.

•  Scarlett Johansson. La guapa actriz nacida en Nueva York lleva ya tres películas bajo la dirección de Woody Allen: “Match Point”, “Scoop” y  la más taquillera: “Vicky Cristina Barcelona”.

• Penélope Cruz. La actriz madrileña ganó el Oscar en 2008 a la Mejor actriz de reparto gracias a “Vicky Cristina Barcelona”.

• Emma Stone. Ahora es el turno para la sexy actriz, quien después de filmar “Magic in the Moonlight” repite con el director en “Hombre irracional” a estrenarse el próximo año.