Waldo Saavedra, el amo de un espejo que retrata la realidad

GUADALAJARA, JALISCO (17/ABR/2016).- Nació en La Habana, Cuba, pero ha hecho de México su segunda patria. Se trata de Waldo Saavedra, el pintor que adoptó las calles de Guadalajara como hogar y se ha consagrado como uno de los creativos que tiene a la perfección como mantra y al hiperrealismo como estandarte.

Aunque los pinceles son su carta característica, Saavedra se desenvuelve con facilidad e impacto en distintas disciplinas que van desde la escenografía hasta el vestuario teatral. Pero su trayectoria también se ha salpicado brevemente en la polémica, aunque esto jamás lo ha detenido y el pintor acapara los reflectores y los pisos de exhibición por su compromiso con el arte, con la genialidad que le viene por naturaleza y la maestría con la que sus manos crean belleza desde cero.

No por nada estrellas internacionales han tomado las habilidades artísticas de Waldo Saavedra como referencia para concretar visualmente su mensaje e identidad como Maná. Es por ello que recientemente el cubano se sumó al concierto de despedida de Vicente Fernández, el llamado “Charro de Huentitán”, quien buscó al pintor para que él fuera el responsable de elaborar el mural con el que el intérprete de “La ley del monte” se despidió de los escenarios.

Sin escuelas previas en su debut dentro de la plástica, Waldo Saavedra comenzó avanzar entre la comunidad artística de manera autodidacta hasta que en 1982 se unió a las aulas del Instituto Superior de Arte de La Habana, sin pensar que posteriormente se adentraría a la docencia impartiendo clases de dibujo y pintura en la tierra que lo vio nacer.

Conforme su currículo en la plástica avanzaba, Waldo Saavedra comenzó a manifestar otras cualidades como el diseño de vestuario y escenografía para Amaury Pérez, Pedro Camejo, Edesio Alejandro y la Nueva Trova Cubana, además de revelar su vena cinéfila al aceptar la dirección artística en el filme “Hello Hemingway”, de Fernando Pérez.

La vida como inspiración

Para Waldo Saavedra, una de sus principales musas de creatividad es la vida misma, de la cual tiene un concepto muy claro de cómo disfrutarla y exprimirla al máximo, por lo que aventurarse al mundo de las artes visuales no fue una duda que taladrara en su cabeza por años, pues el cubano ha asegurado en diversas entrevistas que esa inquietud artística siempre estuvo presente desde la infancia.

“La carrera de ser pintor o de trabajar en el arte visual lo traigo desde niño, cuentan que me la pasaba todo el tiempo dibujando, que prefería quedarme a dibujar en casa que estar en la calle. Mi abuelita decía que con eso se nace y creo que tenía razón, hay quienes se van haciendo con el tiempo, pero me parece que me ocurrió lo contrario. Salí con esa manera o esa expresividad”.

Bajo esta ideología, Waldo Saavedra ha huido de la etiquetas y estereotipos, no obstante, su pasión por la realidad se manifiesta tajante e inamovible en su labor plástica, apostando por el hiperrealismo como uno de sus principales estilos entre distintos formatos y técnicas que van desde los murales, las acuarelas y el óleo, tal como confesó a la Red de Televisión y Video de las Instituciones de Educación Superior, México. “No me gustan las definiciones. Soy del criterio que casarse demasiado con un estereotipo, con un estilo te provoca en gran medida la muerte de la creatividad. Es mucho más importante el momento, qué es lo que deseas hacer hoy. Pero reiterarte y repetirte y repetirte no me gusta, por eso me gusta hacerme una autodefinición”.

¿Una portada “real”?

Luego de anunciarse el compromiso matrimonial entre el entonces príncipe Felipe de Borbón (actual rey de España Felipe VI) y la periodista Letizia Ortiz Rocasolano (ahora reina de España), diversos medios de comunicación dieron a conocer que la ex reportera -durante su estancia en México en la década de los noventa- posó para Waldo Saavedra para ser la imagen artística de la agrupación tapatía Maná, para su álbum “Sueños líquidos”, publicado en 1997.

Tras la noticia, Waldo Saavedra aclaró que Letizia jamás había posado desnuda para el arte del disco, pues tan sólo había tomado como inspiración la belleza de la ahora reina española para retratar la feminidad que contenían las canciones de Maná, sin imaginar que esa periodista, con la que había forjado una amistad, posteriormente se convertiría en una de las personas más importantes de la jerarquía ibérica.