Tiendas de artículos religiosos: el arte de sobrevivir

GUADALAJARA, JALISCO (05/ABR/2015).- En un país que, entre otras muchas cosas, se distingue por su larga tradición y cultura religiosa, Guadalajara es una de las ciudades más representativas en este ámbito, una comunidad diversa pero donde todavía las celebraciones, sacramentos, festividades y las numerosas facetas del culto católico son parte del tejido social de manera patente, en la memoria y sus subsecuentes formas de representación.

En este ámbito, aquellos establecimientos que ofrecen a los devotos consumidores artículos religiosos —algunos muy antiguos, con más de un siglo de actividad— siguen conformando un eslabón importante en la práctica de la devoción y la fe que, a querer y no, es parte de nuestra identidad colectiva.

Así, en una época determinante dentro del calendario católico como la Semana Santa —y la consecuente celebración de la Pascua—, los comercios establecidos que distribuyen y venden artículos religiosos compiten en calidad, precio y surtido aunque, en estos tiempos, son empresas que persiguen sobrevivir en la contemporaneidad sin escatimar el valor que se concede al trato directo con el cliente y la satisfacción de sus necesidades.

Con todo, el calendario católico es variado y significa en diferentes épocas del año una oportunidad para las ventas, en especial durante las festividades de fin de año o, como ahora, en los festejos de Semana Mayor, donde se recuerda la pasión y muerte de Jesucristo; en este sentido, Belén Frausto, dependienta en “La nueva sedería”, destaca que, “en esta temporada lo que más se vende son los cirios —cuya bendición se da el sábado de Gloria— y, también, el incienso”.

En términos de figuras o imágenes esculpidas, la temporada hace que los consumidores busquen en mayor cantidad las imágenes de “Cristo resucitado, escenas del viacrucis, las dolorosas o figuras del Divino Preso”, pero dado que en algunas de estas tiendas se comercia también con libros y folletería, no es extraño que se busque, por ejemplo, la Guía de los Siete Templos, que se efectúa en Jueves Santo (en recuerdo de las “siete visitas”).

Pero, asimismo, hay que enfatizar lo determinante de las fiestas que dictan los productos que más se venden; “planillas o imágenes pequeñas, porque se adhieren a los ramos y cruces de palma durante el Domingo de Ramos” y, sin embargo, “no hay un aumento significativo en ventas (aunque años atrás sí)”, algo en lo que influye la pérdida de poder adquisitivo de la ciudadanía pero, también, “a que hay más competencia, porque antes —puede decirse— los cirios se adquirían solamente en estas tiendas y, ahora, pueden comprarse también fuera de los templos, lo que antes era raro”, dice Frausto.

Las fiestas marcan

Aunque las personas “buscan de todo”, dice Miguel Ángel Sánchez, quien atiende en Artículos Religiosos “Pescador”, en estas fechas “es notable que en estos días se vende más el cirio, que desde hace casi un mes lo piden más; pero aquí vendemos de todo y no es raro que pidan lo habitual, desde figuras hasta rosarios y estampas”.

Coinciden en que las imágenes y productos ligan directamente su consumo con las fiestas —que si nos referimos a Semana Santa, “el fervor religioso es mayor que en Navidad”— y, dependiendo de los presupuestos, se ofertan “en varios tamaños”; ahora, estrictamente, el consumo se describe de mejor manera en sentido contrario, asegura Sánchez, porque resulta más sencillo aclarar que lo que de plano no se vende mucho en esta temporada “es lo relacionado con bodas, bautizos, primeras comuniones, porque en esta época del año no suelen celebrarse este tipo de fiestas”, aunque bueno, siempre habrá algún despistado que se case o bautice en plena Semana Santa o Pascua.

Año pesado

Olivia Cabrales, socia de Librería “Cervantes”, establece que se especializan el libros religiosos pero venden por igual otros artículos; a pesar de ello, enfatiza que “este año ha estado muy pesado para las ventas, ha estado más solo, fíjese, incluso una semana antes de la Semana Santa, cuando años antes aumentaban las ventas”.

Al lado de los convencionales rosarios, escapularios o imágenes religiosas, imperan “los cirios, aunque las estampas pequeñas también y libros de oraciones; pero, en mi opinión, después del incendio del Mercado Corona y los cierres de la calle —el establecimiento se ubica sobre Independencia, a pocos pasos de Av. Alcalde— la gente empezó a pasar menos por aquí, creo que eso ha causado la baja en las ventas”.

MENOS DINERO

Como gerente del negocio familiar llamado Casa “Regina”, Rosendo García Martínez conoce bien el manejo de los establecimientos de venta de productos religiosos y, destaca, “es la época de los cirios, aunque hay productos que se venden todo el año”.

Sin embargo, no duda en reconocer que este último año la venta “ha sido mucho más precaria, por varias causas, primero está la economía nacional, luego lo que pasó al Mercado Corona y las obras del Tren Ligero, porque al cambiar las rutas de camión las personas vienen menos al Centro y prefieren ir a otras zonas”.

De manera más precisa, García señala que el declive se hizo más patente desde agosto pasado, porque “las ventas no se recuperaron y, calculo, en esta época estamos vendiendo —en promedio— cerca de 40% menos que en las mismas fechas del año pasado; los fieles siguen siendo muchos, pero tienen menos dinero, apenas los turistas —sobre todo estadunidenses— gastan más o menos igual”.

Para el gerente del negocio, “lo único que queda es resistir; de hecho, tuve que liquidar una de mis empleadas, porque si no hay flujo de clientes no necesito tanto personal. Así de mal estamos”.