Octavio Paz en vida y muerte

Sucede que una de las peculiaridades al recordar a un poeta de renombre y en general a cualquier escritor, es que nos concentramos en los datos superfluos (y en realidad sin importancia) como los nombres de sus padres, su cumpleaños, logros académicos y profesionales, relaciones amorosas, etcétera. Y de lo último que tomamos en cuenta es su obra, sus palabras, que fueron las que le dieron un lugar en este mundo y de las que seguimos hablando aún después de la muerte de su creador.

Es por eso, que si mi meta fuera esbozar una breve, pero rigurosa, biografía de Octavio Paz (escritor, ensayista y diplomático mexicano) les hablaría sobre su abuelo, Ireneo Paz, dueño de una biblioteca que atesoró casi hasta el fin de su vida (en que tuvo que venderla poco a poco para sobrevivir), de su padre, Octavio Paz (abogado de profesión y una figura enigmática en la vida del poeta). Les hablaría también de su juventud en el extranjero, en la que pasó hambres en el sótano de un hotel de California, y de su breve incursión en el mundo del doblaje con la película María Antonieta.

O de la ocasión en la que (acompañado del dramaturgo Rodolfo Usigli) conoció a Pablo Picasso (quien aceptó no conocer la obra de un muralista mexicano llamado Diego Rivera).
Por supuesto, no dejaría pasar la oportunidad de hablar sobre su participación en numerosas revistas (fundó en 1976 Vuelta y en 1955 Poesía en voz alta) o de los premios más importantes que recibió (Premio Xavier Villaurrutia en 1956, Premio Cervantes 1981 y en 1990 El Premio Nobel de Literatura).

Por último, me concentraría en su vida amorosa, en especial con la tormentosa relación que entabló con la insigne dramaturga y cuentista mexicana Elena Garro. Pero como dije al principio, esta no será una biografía, así que dejo esos temas para otra ocasión.

Me limitaré a hablarles de sus libros más destacados. Entre sus numerosos poemarios no se pueden dejar pasar La rama (1937), Piedra de sol (1957), Libertad bajo palabra (1958), Árbol adentro (1987); su obra ensayística guarda textos como El laberinto de la soledad (1950), El Arco y la Lira (1956), Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (1982), entre muchos otros.

Es definitivo, las dos líneas que pueden resumir la vida de un poeta (Octavio Paz nació hace 95 años en Mixcoac, el 31 de marzo de 1914 y murió en la Ciudad de México el 20 de abril de 1998) no tienen sentido frente a sus palabras; así que de las miles que produjo, comparto con ustedes mis favoritas:

Aquí

Mis pasos en esta calle
Resuenan
en otra calle
donde
oigo mis pasos
pasar en esta calle
donde
Sólo es real la niebla.