Suplementos | El contenido hace uso de los ya tan conocidos “caballitos de batalla”, algunos de los cuales caen en el lugar común Música clásica: Temporada de ópera o más de lo mismo Al revisarse el contenido de esta nueva temporada llama poderosamente la atención su falta de originalidad Por: EL INFORMADOR 13 de octubre de 2008 - 13:26 hs por: Eduardo Escoto El último trimestre del año suele significar para Guadalajara un aumento en la oferta de actividades culturales, hecho que viene a ser algo así como la consolidación del esperado, aunque muy paulatino, reencuentro con las diversas manifestaciones artísticas tras su forzada pausa estival. Quizá no encuentre el público -al menos en apariencia- un ritmo de actividad tan profusa como en los meses de mayo y junio, por ejemplo, pero las buenas opciones no se echarán de menos. Precisamente, uno de los momentos esperados en este punto tiene que ver con la tercera y última temporada del año de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ). La agrupación musical más representativa del Estado presenta -tal como lo hizo en 2005 y 2007- una serie de programas reunidos bajo el título El Canto y la Ópera, que en esta tercera edición se presentarán desde el próximo domingo 19 de octubre de manera continua hasta cerrar con los ya tradicionales conciertos de fin de año, los dos últimos días de diciembre. Nueve programas en total, de los cuales, tres se anuncian como especiales. Desafortunadamente, al revisarse el contenido de esta nueva temporada llama poderosamente la atención su falta de originalidad y el uso de los ya tan conocidos “caballitos de batalla”, algunos de los cuales caen en el lugar común. Sin ir más lejos, en el primer programa se incluyen selecciones de la cantata escénica Carmina Burana de Carl Orff, obra que más allá de su sobreexposición mediática -y esto sin entrar absolutamente en juicios de valor-, se presenta con una constancia abrumadora en Guadalajara. Solo en lo que va de este año se ha escuchado dos veces: en febrero, a cargo de la Orquesta de Friburgo, Alemania, y en julio, con la interpretación de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Zapopan, por no detallar las ejecuciones llevadas a cabo también en 2006 y 2007. Antes, en el concierto inaugural del ciclo de actuaciones de la OFJ que se celebrará el día 19 del presente mes, se ejecutará la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky, que apareció también en junio del año pasado durante la segunda temporada 2007 de la orquesta, aunque esta vez estará acompañada por el popular Concierto de Aranjuez del español Joaquín Rodrigo. Esta pieza ya fue ofrecida también por la Filarmónica de Jalisco durante la celebración del Festival Cultural de Mayo en su edición de 2006, aunque en este caso, al ir dirigido el concierto a la noble causa de recaudar fondos para el retiro de los músicos de la OFJ, se puede entender en parte el afán de preparar un programa atractivo a la mayor cantidad de público posible. Un caso similar sucede en el programa número cuatro agendado para el 14 y 16 de noviembre, con la interpretación en solitario de la Novena Sinfonía de Beethoven. Nadie osaría poner en duda su importancia como obra privilegiada y fundamental, no solo en lo musical, sino en el conjunto de toda la cultura occidental, pero que ya formó parte de la programación de la temporada El Canto y la Ópera de la OFJ en su segunda edición, apenas el año pasado, y antes, en la primera temporada de 2005. En el programa especial preparado para rendir homenaje al tenor Flavio Becerra por su trayectoria se presentará en versión de concierto (es decir, sin escenografía ni actuación) la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi. Respecto al tercer programa, aparecen incluidas selecciones de música y arias de Puccini -2008 es su año conmemorativo-, y en el número cinco, diversas escenas de algunas de las más famosas óperas, como Carmen y Aida. Ya en el mes de diciembre y en el marco del penúltimo de los programas considerados como especiales, la OFJ participará en la indefectible representación anual que por parte de una u otra agrupación se hace en esas fechas en nuestra ciudad de la música del ballet El cascanueces de Tchaikovsky. Los dos programas restantes son los dedicados a los villancicos navideños y a la celebración del fin de año. El hecho de encontrar el programa de la actual temporada elaborado de esta manera sorprende, más aún cuando se contrasta con el optimismo de las declaraciones hechas el pasado mes de julio por el director titular de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, Héctor Guzmán, sobre los planes que tenía. Hablaba de estructurarla prácticamente como una temporada de ópera, en la que tendrían cabida obras como La flauta mágica, Carmen, Romeo y Julieta y I Pagliacci entre otras y para las cuales se contaría con la participación de directores de escena de la capital del país. Todo esto sería posible gracias a la aprobación de un presupuesto de un millón y medio de pesos destinado a esta empresa, de acuerdo con lo anunciado en esas fechas por el propio secretario de Cultura de Jalisco, Alejandro Cravioto. Presentar tan frecuentemente lo más “sonado” del repertorio clásico pudiera tener sobre todo a la larga connotaciones más bien negativas, en cuanto a una incorrecta percepción por parte de cierto sector del público del por demás vasto e ilimitado panorama musical que se abre ante los oídos de a quien se ha logrado despertar el interés por el arte musical y que debería ser conducido o llevado a discurrir por senderos más amplios. Quizá sea solamente cuestión de equilibrio. 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