Mujer al volante

En días pasados tuve la oportunidad de tener en mi cochera un Mazda 3 hatchback. Color rojo, equipado y totalmente a mi servicio. Lo primero fue que atrapó mi mirada. En su versión 2010, el diseño del exterior es ligeramente distinto, pero nada que nos quite el sueño.

Este es un auto diseñado para descubrirlo poco a poco.

Entras al vehículo, colocas la llave y de da la bienvenida con un mensaje en el tablero que dice: “hello”. Al momento de meter la llave y justo antes de girarla, podrás apreciar el mensaje: “zoom, zoom”. Cuando te bajas del auto te dice: “good bye”, ya empiezas a tener una relación que pude durar varios años.

El reto de tomar un auto nuevo, con el que no te has familiarizado, es superado a los pocos minutos, pues todo, absolutamente todo está acomodado para servir al conductor. Por ejemplo, los controles del estéreo o del aire acondicionado, están dirigidos ligeramente hacia el lado izquierdo, de forma que todo es muy accesible.

Las comodidades al interior son muchas. De entrada el asiento –como en la mayoría de los automóviles deportivos de lujo- brinda soporte especial, lo que ya da una sensación de soporte muy confortable, y esto es sólo el principio de la aventura al volante.
El aire acondicionado es potente, pero para disfrutar el quemacocos lo mejor es correrlo y abrirlo para enriquecer la experiencia deportiva. Cinturones de seguridad ajustables y es aquí en donde empezamos a encontrar ciertos detalles que son importantes para las mujeres.

La cajuela es muy amplia, lo que por ende resulta en un espacio reducido para los pasajeros que van en el asiento trasero, incluso si el conductor es bajo. Si se trata de una mujer con bebé a bordo, las opciones de servicio que ofrece el Mazda 3 en su versión hatchback son geniales. Para corroborarlo coloqué una silla de bebé en la parte trasera y el espacio y las facilidades que ofrece son mejores que en su versión regular (también tuve el bebé a bordo).

El tablero se enciende en color ultravioleta con naranja. El auto es deportivo y familiar, con lo que se logra un buen balance. Pero esto no es lo único que se atiende. Vamos por partes, pues el manejo de este vehículo (desde el punto de vista de un aficionado) es muy disfrutable.

De las incomodidades… bueno sencillamente la consola de servicio cuenta con un descansabrazo ajustable que es totalmente inservible para las mujeres promedio (1.60 mts.) pues quedan muy atrás y no facilitan el uso de los reproductores Mp3.
En el Mazda 3 hatchback las curvas se toman suavemente. El auto se adhiere al asfalto y logra transmitir esa seguridad al conductor en apenas unas ligeras curvas citadinas, de la ya habitual ruta de Colomos.

Es un coche en el que se puede confiar plenamente, tanto para acelerar a fondo como para detenerse sorpresivamente, gracias a sus frenos ABS.

El silencio al interior permite disfrutar el trayecto sin música, aunque si la decisión es ponerle emoción a la tarde, el equipo de sonido te abre otra serie de posibilidades para ecualizar los niveles y personalizarlo de forma sencilla.

El Mazda 3 hatchback te permite adueñarte del espacio y hacerlo tuyo, puedes tener un auto deportivo y un auto para mamás jóvenes a un precio asequible, creo que es uno que te da el balance perfecto entre el costo y el beneficio, porque otro de los puntos a su favor es que no consume demasiada gasolina. En resumen, éste es un auto amigable con el sector femenino, pero no ideal.

Nota al pie
Para mis amigas que se estacionan de “oído”: el Mazda 3 hatchback cuenta con sensores muy sensibles al movimiento, pero son realmente útiles.