Jueves, 28 de Noviembre 2024
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¿Más juguetes o menos distracciones?

Platicamos con los jefes de área de “conectividad” y de interiores de la marca alemana

Por: EL INFORMADOR

En la imagen el aspecto del tablero del BMW X3. ESPECIAL  /

En la imagen el aspecto del tablero del BMW X3. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (09/OCT/2010).- Navegación satelital por GPS; radio por Internet con 25 mil estaciones disponibles; lectura de correo electrónico por voz; conexión inalámbrica del celular y reproductor de música; central de señal de Internet; sistema de visión nocturna; proyección en el parabrisas de la información del auto y un largo etcétera. Con tanta distracción ¿Cómo vamos a conducir en el futuro? Para contestarlo, hablamos con dos ejecutivos de BMW.

Exceso de botones

Hace dos generaciones el Mercedes-Benz Clase S hizo sonar una alarma en toda la industria automotriz. El ruido de esa alarma despertó a los alemanes más que a nadie, principalmente a los de BMW. Es que el mayor sedán de Mercedes, obligado por su categoría, ofrecía un tablero tan lleno de botones, que alguien tenía que hacer algo. Por esto, los ingenieros y diseñadores de Munich, donde se encuentra BMW, crearon al “anti-botones”, el muy criticado i-Drive, un mando central con muchas aplicaciones y funciones centralizadas, luego imitado por muchos, incluyendo a Mercedes-Benz. El tiempo, empero, mostró que el equilibrio era una mejor fórmula y todos que usan un mando único, hasta BMW, también volvieron a usar botones además de su “ratón”. Ahora, empero, hay más desafíos. La electrónica sigue invadiendo los automóviles. La comunicación del auto con los satélites y celulares, toma una fuerza cada vez mayor. Entre toda esa red de cables y aparatos inalámbricos, el conductor queda atrapado. Esto es aún más correcto en autos de lujo, como BMW. Para entender cómo serán los interiores de los autos en los próximos años, platicamos con Marc Girard, Director de diseño interior para BMW (automóviles) y

Eckhard Steinmeir, Director de Connected Drive.

Sentados arriba del stand de BMW en el salón de París, con una vista sobre las inmensas pantallas que no cansaban de mostrar imágenes de la marca, sus productos y tecnologías, Girard y Steinmeir platicaron tranquilos, principalmente Girard, quien se enfoca más en el tema del entorno de los ocupantes de un BMW, que de las tecnologías que éste usa. El ejecutivo se expresó sobre los interiores de BMW, que para algunos (nosotros entre ellos) son demasiado conservadores, a pesar de toda la tecnología y los juguetes que ofrece. “No lo veo de esta manera. Muchos hablan de los interiores de Audi como ejemplos. Pero ellos [Audi] usan forma más conservadoras que las que usamos en BMW. Ellos se enfocan más a los detalles, a los botones y a los marcos alrededor de los instrumentos. Nosotros buscamos ofrecer líneas más tensas, superficies distintas y materiales diversos. Claro, también vemos los detalles y la construcción, pero de una forma diferente”.

Finalmente ¿Quién conduce?

El uso de las tecnologías actuales, llega a lo que en algún momento pudo parecer impensable. En un BMW Serie 7, por ejemplo, es posible que el auto “lea” las señales de tránsito y obedezca los límites de velocidad. También avisa, por sonido y vibración del volante, cuando se hace un cambio involuntario o brusco de carril. ¿Cómo todo esto encaja en una marca cuya filosofía es el placer de conducir?.

Steinmeir se desconcierta un poco ante la pregunta, pero retoma el aire y habla: “Bueno, pensamos que el conductor siempre debe ir primero. Ponemos la tecnología a su alcance para que tenga la opción de usarla. Pero puedo decidir no hacerlo. Él tiene el control”.

Puede ser, pero con autos que mantienen su distancia del coche de adelante; frenan una sola rueda con tal de mantener la trayectoria; no patinan al arrancan incluso cuando se usa toda la presión del acelerador; activan y desactivan el freno 12 veces por segundo y muchas otras cosas, no queda muy claro que el comando sea del piloto. Al menos no es como solía serlo.

Esto puede no ser muy placentero, pero es más seguro. Porque si algo nos enseña la historia, es que somos muy malos conductores. El detalle es que, mientras vivimos ese periodo de transición entre tener el control del auto y que éste se maneje solo, por lo menos nos quedan algunos años para disfrutar del placer que muchos sentimos al conducir. Principalmente, si en nuestras manos está un BMW.

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