GUADALAJARA, JALISCO (25/SEP/2016).- El paisaje de la región española de La Mancha se ha trasladado temporalmente a un museo del Centro de Quito, donde réplicas del inmortal Don Quijote y de su leal Sancho reciben a los visitantes de la exposición “Yo, Cervantes” para contarles anécdotas y curiosidades del autor español más universal.En la explanada de acceso al Museo del Carmen Alto, sendas figuras de estos dos personajes cervantinos aguardan la llegada del público junto a una reproducción de un molino de viento que recuerda a aquellos que Don Quijote confundió con gigantes y quiso derrotar en uno de los pasajes más famosos del clásico literario.Pero es el autor de la obra, no sus personajes, el protagonista de la exposición, que repasa su vida desde lo literario y desde lo humano y se detiene en anécdotas, curiosidades y circunstancias históricas para ayudar a comprender al creador.Porque la intención es que el visitante pueda “descubrir esas anécdotas, esas vivencias personales, el contexto en el que vivió Cervantes para, de esa manera, tener un acercamiento, un abordaje distinto” al habitual acerca del escritor, dijo el responsable de Museología Educativa de la institución, Jesús García.Proyecciones de vídeo, cuidados paneles con explicaciones sobre su figura, un ejemplar de la primera edición ecuatoriana de El Quijote y textos sobre la novela escritos por intelectuales del país, como Juan Montalvo, son algunas de las piezas que exhibe el museo en esta muestra, que estará abierta hasta el 31 de diciembre para conmemorar el 400 aniversario de la muerte de Cervantes.La exhibición explica, entre otras cosas, el origen de su sobrenombre: “El Manco de Lepanto”, por la pérdida de movilidad de un brazo a causa de las heridas que sufrió en la batalla del mismo nombre y recuerda las cuatro veces que estuvo preso, dos por sus avatares como comisario de abastos, una como prisionero de guerra en Argel “y otra por el descrédito de su familia”.Un recorrido por las salas del museo revela aspectos menos conocidos del insigne autor español, como su origen modesto y los diferentes trabajos que tuvo, pues aparte de escritor y comisario general de abastos fue soldado, recaudador y hasta camarero en Roma.El objetivo, subraya García, es “entender” a Cervantes por medio de detalles como “por qué estuvo preso, qué lo llevó a estas situaciones, entender cómo es el trato de él con las personas de su tiempo, sobre todo con las mujeres” porque, tuvo “una visión bastante interesante respecto a la feminidad” y “respecto a cómo llevar la vida”.La exposición se combina con actividades paralelas, como las representaciones de algunos de los entremeses teatrales escritos por Cervantes, lo que contribuye a dar una imagen más completa del reconocido autor, de quien los impulsores de la exposición resaltan, entre otras facetas, su personal visión de la vida. García destaca lo atípico de un escritor con una vida interesante y versátil, que luchó en Lepanto, fue recaudador, estuvo preso y como literato no gozó en vida del reconocimiento que hubiera merecido.Un autor que, por otro lado, atravesó penurias y momentos difíciles y que, sin embargo, aun en esas circunstancias, “logra ver belleza en la adversidad”, subrayó el experto.