Los mitos de ser hijo único

GUADALAJARA, JALISCO (02/MAY/2014).- Oliver Rashid Medina, de cuatro años, no tiene problemas de actitud. Sabe convivir con los niños de su edad y con sus primos. Su madre, Teresita Núñez Guzmán —licenciada en Educación—, ha estado muy al pendiente de cuidar su educación, para evitar que caiga en el cliché de conducta que se supone tienen los hijos únicos: “Dicen que yo soy muy exigente con mi hijo, yo no me considero así, regularmente cuando salimos no es ni berrinchudo ni grosero, sí he cuidado esa parte. No creo que tenga que ver con que sea hijo único o no, sino más bien cómo se le enseñe”.

Núñez Guzmán admite que ha sido complicado enseñarle a compartir, y al mismo tiempo, orientarlo para que sepa defender sus cosas, “porque pareciera que se quiere evitar esa parte de que sean egoístas y sólo quieran todas las cosas para ellos, [y buscar] que sean demasiado complacientes con las demás personas, entonces eso es conflictivo en términos de mediar”.

Ella, junto a su esposo Mauricio Medina, ha implementado estrategias para que el pequeño disfrute de dar a otros: “Cuando estaba más chiquito siempre le decíamos con [respecto a] sus juguetes: escoge uno que quieras tú, y otro que le quieras prestar a otro niño. Otra forma, por ejemplo con sus primos, que tienen un carrito y todos quieren subirse, entonces [lo que hicimos fue] dividir los turnos, [eso] nos ayudó bastante”.

La profesión de Teresita, quien es maestra en secundarias y preparatorias, le ha ayudado a mantener una visión firme sobre la disciplina en la educación de Oliver. Por ejemplo, lo pone a recoger sus juguetes, a que ayude a la hora de la comida con actividades como limpiar la mesa, o en sus horarios: “En tiempos de escuela [hago] que se duerma a más tardar ocho, ocho y media, también [sólo le permito] ver cierta cantidad de películas: una al día o media hora de televisión”.

• ¿Cómo educarlo?

La sicóloga Julieta Orozco ofrece recomendaciones para educar de una mejor manera a los hijos únicos, según su experiencia como coordinadora en talleres de terapias para acompañamiento infantil.

> Saber acompañar

La labor de los padres es acompañar al hijo en la realización propia (no en las suyas) y en du contacto con el mundo. Entender que los parámetros de fracaso y éxito de los padres pueden ser distintos de los del hijo.

> Dedicarles tiempo

Darle un espacio y hacerlo sentir único, aunque tenga muchos hermanos, decirle esto es lo que te hace especial.
 
> Marcar límites

Enseñarlos a que las cosas se hacen de cierta forma y que existen las reglas.
 
> Entenderlos

Jugar con ellos, platicar, leerles, saber qué están sintiendo, pensando, ponernos a su nivel y dialogar sobre lo que les está pasando sin angustiarnos.
 
> Validar

Aceptar sus sentimientos, sus fantasías y creencias y en su momento irles bajando los pies en la Tierra.
 
> Aceptar

Cuando un papá le acepta a su hijo los errores entonces él se da cuenta que su papá es humano y se da permiso de equivocarse.
 
> Adiós a los tabúes

Hablar de sentimientos sin prejuicios. Orientarlo a tomar sus propias decisiones.
 
> Actividades en equipo

Involucrar al hijo en actividades en equipo con gente de su edad, ya sean deportivas o recreativas en las que puedan compartir con niños iguales que ellos.
 
> Fomentar la convivencia

Que no se sienta solo o el raro que no tiene hermanos. Si tiene primos, haz que los vea seguido, o si detectaste que tiene un mejor amigo, motívalo a que lo invite a comer seguido a la casa (o armar una pijamada).
 
> No lo sobreprotejas

Toma las situaciones con una dimensión verdadera. Si el pequeño se cortó no te escandalices de más, esa angustia es tuya y los hace sentirse peor.

• Los miedos de los padres

> Realización

Muchas veces los papás tratan de realizarse a través de sus hijos, entonces los llenan de expectativas que no pueden cumplir. Si no las realiza no está cumpliendo con su objetivo, “porque el vino a hacer lo que sus papás no pudieron hacer”, puntualiza la sicóloga Julieta Orozco.

> Adicciones

Los padres tienen temor de que los hijos caigan en adicciones de drogas, alcohol, o más. Al tener un sólo niño y no poder compararlo con otros hermanos, los padres de hijos únicos consideran que su éxito o fracaso dependerá al cien por ciento de la crianza que les dieron.
 
> Excesos

Hay confusión entre los padres, porque creen que si le dan todo al hijo, de grandes no van a tener un límite de satisfacción y siempre van a querer más, pero al mismo tiempo piensan que si los estimulan también podrían irse por el lado positivo de querer un mejor trabajo, mejores relaciones, y más.
 
> Soledad

Muchas veces la gente presiona a los padres de hijos únicos al decirles que si no tienen más niños van a quedarse solos.

Fuente: Julieta Orozco Fregoso, sicóloga y coordinadora de talleres de terapia infantil.

LA VOZ DEL EXPERTO

Todos los hijos son únicos

Julieta Orozco Fregoso (sicóloga y coordinadora de talleres de terapia infantil)

Existen muchos prejuicios sobre los hijos únicos: que si son arrogantes, tiranos, egoístas, tercos y más etiquetas que se les ponen, pero la realidad es que su conducta no radica en que sea uno sino el trato de los padres, explica la sicóloga Julieta Orozco Fregoso.

La egresada de la Universidad Autónoma de Guadalajara resalta que “en sí, todos los hijos, aunque tengan hermanos, son únicos. La diferencia es que el tiempo de atención de los padres se distribuye. El ponerle una etiqueta a un hijo único de caprichoso, voluntarioso, es lo que puede llegar a afectar, porque no siempre es así. Existen casos en que son totalmente lo contrario”.

Orozco advierte que lo inevitable de tener un hijo único es que, al ser éste el centro de atención, los padres pueden sobreprotegerlo, pues sienten que el niño es su única responsabilidad —a excepción de aquellos hijos únicos con padres divorciados, quienes centran su atención en la batalla legal y olvidan en ocasiones atender a su hijo(a)—: “Un niño sobreprotegido es un niño no visto, [es decir] cuando una mamá sobreprotege está angustiada, no ve qué le pasa al niño, no está midiendo lo que el niño necesita, y eso puede dejar al niño más alterado. A muchos papás les cuesta darse cuenta de que la sobreprotección es también un abandono”.

La especialista señala que cuando el hijo único deja de serlo con la llegada de un hermano, es que éste aprende, desde más temprana edad, que el mundo es compartido, pero eso es algo que puede ser enseñado por sus padres.

TOMA NOTA

Libros sobre el tema

> “¿Por qué me compraste un 'walkie talkie' si era hijo único?”, de Santi Balmes.

Editorial: Alejandría.

PENDULO.COM: $649 (más gastos de envío)

> “Tu hijo, tu espejo”, de Martha Alicia Chávez. Editorial: Grijalbo.

SANBORNS: $199.

> “The case of the only child: Your essential guide”, de Susan Newman.

GANDHI: $232 (pedido especial).

> “Hijos tiranos o débiles dependientes”, de Martha Alicia Chávez.

Editorial: Random House.

GONVILL: $149 (e-book).