Lunes, 02 de Diciembre 2024
Suplementos | Al lado del Palacio de Gobierno, Trini comparte sus habilidades y pasión por la vida

La bordadora sin manos

A un costado del Palacio de Gobierno de Jalisco, en pleno centro, Trini comparte sus habilidades y pasión por la vida

Por: EL INFORMADOR

'Trini' como la conocen sus allegados nunca ha dejado de trabajara y ganarse su dinerito. EL INFORMADOR J. González  /

'Trini' como la conocen sus allegados nunca ha dejado de trabajara y ganarse su dinerito. EL INFORMADOR J. González /

GUADALAJARA, JALISCO (21/SEP/2014).- Sus pies son sus manos. Con ellos pica la cebolla, el chile y guisa la papa y el tomate; toma el tenedor y se lleva el pedazo de comida a la boca. Con sus pies lava los platos y la ropa, pero la especialidad y modus vivendi de María Trinidad Murillo es bordar con éstos.

Esta tabasqueña, originaria de la ciudad de Villahermosa, nació sin brazos hace 55 años y hasta la fecha no encuentra una respuesta a lo que le tocó vivir. Apenas tiene carne y hueso hasta donde termina la bastilla de una playera de manga corta, pero con esos centímetros de extremidad es suficiente para rascarse su rostro asoleado, limpiarse los restos del líquido de su boca cuando toma agua o acomodarse los lentes.

El esposo y los conocidos de María Trinidad la llaman Trini. También los ambulantes que comparten con ella el espacio de trabajo en el Centro de  Guadalajara, ciudad donde vive desde hace 13 años. Dice que eligió la capital jalisciense como su hogar  porque le gustó este “pueblo”. Y  desde entonces utiliza sus banquetas como aparadores de sus bordados.

Carpetas, zapatitos, gorritos, morrales y blusas. Las piezas hechas con estambre van desde los 50 hasta los 300 pesos. Y para que los peatones y posibles compradores les conste que ella es la autora material de los bordados, Trini se sienta en un banquito de madera —similar al de los boleros— junto a Palacio de Gobierno de Jalisco y con los dedos de su pie derecho toma la aguja, del tamaño de un lápiz, y con el izquierdo toma el bordado; “afila” la mirada y “manos a la obra”, es hora de bordar.

***

Trini no sabe escribir su nombre y apenas puede deletrear lo que lee. Dejó el estudio en la primaria a los 10 años, porque le enseñaron a bordar y tejer. Mercedes, su maestra, le ofreció a su compadre, el padre de Trinidad, darle clases. Esa señora me tuvo mucha paciencia, dice Trini. Cambió el lápiz por la aguja y los cuadernos por el estambre.

También dejó la escuela por las burlas que sus compañeros le hacían. Pero Trini les daba unos “puñetazos” con sus pies para defenderse. Ahora cuando visita sus tierras y se ve con esos compañeros lo recuerdan como cosas de niños.

Guadalajara también ha sido ingrata con ella. Algunas zonas como la de la Normal, cerca del DIF, sus banquetas no tienen rampa para su silla de ruedas. No se sube a los camiones,  dice que los choferes son incomprensivos con las personas con discapacidad. Ya ha tenido discusiones con los que insultan a los que viven en estas condiciones. Ella no se deja, si puede se las regresa, aunque después acepta que se arrepiente de lo que les dice.

La discriminación y regateo a los derechos de Trini no respeta ni fines de semana, ni días festivos, ni vacaciones. La Ley para la Inclusión de las Personas con Discapacidad no tiene “manos habilidosas” para defenderla.

La última vez que Trini fue discriminada fue en agosto, cuando el personal de una de las líneas de autobuses en la central camionera del Norte de la Ciudad de México no le hicieron descuento en el pasaje. Ella les enseñó su credencial Nacional para Personas con Discapacidad que el DIF le dio. En el pedazo de plástico se lee que ella tiene una discapacidad músculo esquelética. Pero para el personal no fue razón suficiente para rebajarle 50% del boleto. Ese día Trini, una abuela que ve a sus nietos en contadas ocasiones, llevaba a Villahermosa a Carlos Alexis, su nieto. El niño estaba por comenzar otro año más de clases en el preescolar. Ella tenía que pagar el pasaje de su esposo, el nieto y el de ella, y costaba “muy caro”.

***

A Trini le gusta verse maquillada, dice que así es más guapa; se pinta las uñas y se pone un anillo en uno de sus dedos del pie derecho. También tiene una fijación por los vestidos. Es vanidosa.

No le gusta pisar el suelo con los pies descalzos,  dice que “ella misma se daría asco” porque con éstos cocina y come. Por eso pone un plástico en la banqueta cuando se quita el calzado y borda.

Ella platica que se trajo a su marido de Tabasco porque le ayuda con los quehaceres. Marco Antonio, su pareja, se encarga de hacer las compras, de algunas labores domésticas, de llevarla a trabajar y pasar por ella.

Trini ha tenido problemas de salud últimamente. No puede comer comida callejera porque tiene colitis y ahora le diagnosticaron una enfermedad en los bronquios. Por eso no deja que su perro se suba a la cama.

***

Si Trini hubiera podido terminar la primaria, secundaria, preparatoria y una carrera, dice que le gustaría haber sido licenciada de algo, ¿licenciada en qué? “pues quién sabe, cómo voy a saber si ni siquiera estudié”, rezonga.

Y aunque no estudió más allá de las sumas y restas, nunca le gustó ser mantenida. Desde que aprendió a bordar y ganarse su dinerito se quiso dedicar a chambear toda su vida. Dice que así los hombres no podrían chantajear.

¿Cuánto gana? Lo suficiente para pagar la renta, para comer y comprar estambre e hilo. Pero con que alcance para lo primero se da por bien servida, mientras tenga un techo donde esté segura, Trini se siente tranquila.

Por eso uno de sus sueños es comprar una casita y ya no pagar renta. Un techo seguro. Pero no sabe cómo hacerle. Ya está cansada de trabajar pero dejar de bordar es impensable. Si aprendiera a pintar, sería otro ingreso.

Aunque no sabe leer, cuando borda en la banqueta, en el plástico color madera tiene una tarjeta enmicada con un lema escrito. Los peatones se acercan y la miran trabajar. Uno se para y no alcanza a ver lo que expresa la frase. Trini se la sabe de memoria y le dice: “Aunque la vida sea difícil, nunca dejes de luchar”.

Tapatío

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones