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Filarmónica en cuatro tiempos

Estás son las historias personales de músicos que integran la Orquesta Filarmónica de Jalisco

Por: EL INFORMADOR

Orlando Idrovo Vintimilla (Violonchelo) y Jolanta Michalewicz (Violín).  /

Orlando Idrovo Vintimilla (Violonchelo) y Jolanta Michalewicz (Violín). /

GUADALAJARA, JALISCO (09/DIC/2012).- Antes de cada concierto los músicos que integran la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) se visten de gala para ir a trabajar. Su oficina es un imponente teatro de estilo neoclásico ubicado en el corazón de Guadalajara; su herramienta, un instrumento musical con el que interpretan las grandes composiciones del repertorio de la música formal.

Desde hace algunos meses Alondra de la Parra es la directora artística de la OFJ, una joven  mexicana, reconocida en el ámbito internacional y que ha puesto a nivel a la orquesta, de acuerdo con lo dicho por algunos críticos.

Pero la música que crean es para cada uno de los espectadores que –las noches de viernes o los mediodías de domingos en temporada— ocupan una butaca del Teatro Degollado un viaje por los sonidos de unas notas escritas –muchas veces— siglos atrás.

Quienes deciden pagar un boleto de entre 110 y 200 pesos, conocen al menos el programa que se escuchará en cada ocasión. Ya sea en días anteriores por los medios de comunicación, o de último minuto por los programas de mano, se enteran si se escucharán las piezas de compositores clásicos, románticos, modernos o contemporáneos; saben de dónde es originario el solista invitado; recuerdan algún dato de la trayectoria del director.

Pero poco, o casi nunca, se conocen las historias de quienes se dedican a hacer sonar a la orquesta del Estado, que con una tradición de casi 100 años, es una de las más importantes de México.

De los 71 instrumentistas que la conforman –los hay de cuerdas, de vientos, de percusiones o metales— cuatro hablan aquí, en primera persona, acerca de sus orígenes; de la manera y los motivos por los que decidieron dedicarse a la música y a su instrumento; de la situación de la Filarmónica en esta etapa , en la que su nueva directora tiene la determinación de hacerla crecer.


Jolanta Michalewicz: destinada a la música Co-concertino (violín)

“Llegué a Guadalajara en 1979 por una oferta de trabajo. Como todos los rumanos y los polacos, llegué para formar parte de la orquesta de cámara del maestro Luis Jiménez Caballero. Después esa orquesta tuvo dificultades económicas y nos pasamos todos a la Sinfónica de Guadalajara, como se llamaba en ese entonces.

Cuando llegué tenía como 26 años. Antes no tenía mucha idea de cómo era México, pues en Polonia no había mucha promoción ni cultural ni política. Nada más había visto una película de la Revolución y esa era la imagen que tenía del país. Por eso cuando me llegaron los boletos de avión me arrepentí, por pura ignorancia. Y por estar tan lejos de mi mamá, porque éramos muy unidas.

Me acuerdo que los primeros años sufrí mucho. Por todo, estaba homesick; luego la diferencia cultural y la diferencia en el aspecto musical en aquel tiempo. Ahorita ya hay músicos nacionales muy preparados de muy alto nivel, pero en ese entonces no había.

Llegué aquí en agosto, y en diciembre dije ‘me regreso’. Pero empezó en Polonia este movimiento sindical de Solidaridad, y como todos en Europa estaban obsesionados con la guerra, me dijo mi mamá ‘no vengas, porque puede ser que estalle la tercera guerra mundial’.

Después de tanto tiempo creo que fue el destino; ya son tantas cosas de mi vida aquí, que creo que tenía que pasar así. A mi marido actual lo conocí al día siguiente que llegué, porque él era gerente de la Sinfónica de Guadalajara y el maestro Jiménez Caballero nos llevó al Camino Real para presentarnos con él. Y entonces vi a ese señor muy guapo, alto, esbelto, güero con ojos azules…

A los siete años comencé con la música impulsada por mi papá, porque él era un músico frustrado. La Segunda Guerra Mundial le impidió terminar sus estudios pero era aficionado, tocaba un poco el violín. Y él tenía el sueño de que su hijita fuera una gran violinista.

En la escuela de música toqué por obligación el piano, porque es necesario en la formación musical, pero nunca me interesó mucho. El violín está más cerca de uno, está cerca de tu corazón, de tu alma. Hay manera de expresar lo que sientes con la música del violín, ya sea nostálgico o alegre; por eso me gustó.

En la Orquesta (OFJ) el nivel es muy bueno. Ya nos pulimos, ya nos pulieron. Alondra es una chica muy talentosa, muy preparada, muy emprendedora, muy exigente. Hay muchas preguntas sobre ella, pues el que una mujer dirija la orquesta en un mundo machista causa controversia. Pero mira, ¡el teatro está lleno!

Guadalajara es una ciudad que demanda mucho la música de la orquesta y eso es muy bueno para nosotros; la gente tiene mucho gusto por contratar músicos. Yo lo hago con mucho gusto, tengo la música en la sangre. Cuando vengo de mal humor empiezo a tocar y se me quita. Por más cansada que esté, me revive”.


Orlando Idrovo Vintimilla: músico y promotor (Violonchelo)

“En mi casa no hay músicos, ni líricos, ni nada. Yo soy músico a causa del socialismo, porque mi hermano militaba en el partido socialista en el Ecuador, y lo enviaron a Rusia por una especie de convenio. Estuvo más de un año allá y de regreso al Ecuador él trajo muchas cosas, entre ellas unos discos de guitarra clásica. Cuando los escuché, yo dije, ‘eso es lo que quiero hacer en mi vida’.

Me puse a aprender las piezas por pura intuición y aprendí en la guitarra más de 100, nada más escuchando. Me empezaron a invitar a conciertos, y luego me invitaron a un concurso y gané el primer lugar. Pero yo no sabía leer música y me daba mucha vergüenza. Ya después me metí a estudiar la música porque realmente era necesario. El chelo lo agarré a los 19 años; la guitarra desde los 13 o 14.

Entré al conservatorio de Quito y luego fue cuando vine a la Ciudad de México, escogido como el único representante del Ecuador para formar una orquesta juvenil que se llamó Mexicana de la Juventud, con un representante de cada país. Desde entonces he estado en muchas orquestas, y he vivido en Toluca, Xalapa, Monterrey y Culiacán.

Ya tengo 32 años en México. Al comienzo no hablaba mucho porque se burlaban de mi dialecto, era muy diferente. Las palabras que se utilizan se prestaban para mucha risa. Tuve que aprender en seis meses para volverme igual o mejor que los albureros.

Este es mi país, aquí está mi familia. Cada vez que voy de visita al Ecuador o voy a dar conciertos fuera de aquí, pues extraño mucho. Estoy desesperado por regresar, por la comida. Además Guadalajara es una ciudad lindísima. Es la segunda del país, no está tan aglomerada y uno puede realmente hacer cosas que en el D.F. no se puede por cuestión de tráfico.

El día sólo tiene 24 horas; yo duermo como cuatro. Aquí (en la OFJ) tenemos los ensayos en las mañanas y terminamos a las 12:30 horas. En las tardes estoy trabajando en un proyecto de formación de orquestas infantiles y juveniles (de la SEP Jalisco), que ya tiene funcionando dos años y nos ha ido muy bien. Hemos hecho un programa bastante nuevo que están adoptando otras instituciones, y la idea después es formar un conservatorio porque no hay uno aquí en Guadalajara, en el Estado de Jalisco.

En esta orquesta tengo cuatro años y yo creo que tiene un potencial muy grande. Lo que necesitamos —que ya estamos empezando a tener— es un buen liderazgo, con ideas claras; un liderazgo que realmente quiera hacer de esta orquesta una institución de un mayor nivel del que tenemos. Yo estoy completamente de acuerdo con las ideas de grandeza de Alondra de la Parra: ¿por qué no compararse con las grandes orquestas, no de México sino del extranjero? Es para mí una de las ambiciones más grandes”.


Tomas Alemany, el único en la orquesta (Tuba)

“A los nueve años empecé a tocar la tuba y es bastante extraño porque no toco otro instrumento. En mi familia no son músicos, pero mi abuelo tenía mucha afición a la banda y me llevaba a ver los conciertos. Porque Valencia (España) es como Oaxaca, con mucha tradición de bandas de alientos. Desde el principio me llamó mucho la atención la tuba: las frecuencias graves, la parte de acompañar. Mis padres, imagínate, sin ser ellos músicos ni nada, cuando dije que quería tocar la tuba, decían ‘pero ¿por qué?, toca la flauta o la trompeta, ¿por qué eso tan grande?’ Yo era tan pequeñito que tenía que tocar con dos sillas para poder sostenerla.

Empecé en la escuela de música de la banda de mi pueblo, luego fui al conservatorio municipal de Valencia y de ahí pasé al Real Conservatorio de Música de Madrid, donde en aquel entonces era el único catedrático de tuba en todo al país.

Me fui a Holanda a terminar el posgrado y me quedé por cuatro años. Gracias a una convocatoria internacional llegué a Mérida, Yucatán, a formar la Orquesta Sinfónica del Estado, un proyecto totalmente nuevo que hoy en día funciona con un patronato. Fue muy bonito crear una orquesta y una escuela de música desde la nada.

La tuba es un instrumento del que sólo hay uno en la orquesta. No es como el violinista que dice ‘yo quiero vivir en tal país’ o ‘me gusta tal orquesta’, pues cada dos o tres años sale alguna plaza. En tuba sale una y normalmente queda libre hasta que el músico se jubila. Fue así que llegué a Guadalajara: se jubiló el señor de aquí, decidí venir a concursar y gané.

El director de la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara me contactó cuando supo que llegue a la orquesta (2009), porque no había aquí un maestro con especialidad en tuba. Empecé a dar clases y rescaté la banda sinfónica de la escuela, con la que ya hemos hecho festivales internacionales, hemos grabado un DVD y un disco próximamente. Ya somos 70 músicos en la banda.

Me nacionalicé mexicano porque ya son 10 años viviendo acá y me siento muy orgulloso de serlo. Guadalajara me gusta mucho. Yo vengo en bicicleta todos los días desde la colonia Ladrón de Guevara, y me encanta que tenga muchos árboles, el clima es ideal, me gusta mucho la gente. Lo que no me gusta son los coches, hay un tráfico espectacular. Y el mar está demasiado lejos.

Una de las partes malas de vivir aquí es estar lejos de la familia, y más teniendo un niño pequeñito. Aunque en la orquesta somos como una pequeña familia. Cuando llegamos a España y le digo ‘este es tu tío tal’, y me pregunta ‘¿y él qué toca?’

Ahora la orquesta está en una época de transición. Con la entrada de la nueva directora hay muchos proyectos. Todos estamos esperando a ver para donde vamos. Pienso que estamos en un momento de expansión, con muchas oportunidades de crecer, tanto para grabar discos, hacer giras, colocarnos en otros lugares y la infraestructura de esta orquesta permite hacer muchas cosas”.


Aurelian Ionescu Georgescu, hombre de cifras (Primer violín)

“Estudié violín en el Conservatorio de Bucarest. En 1979 tuve contacto con empresarios de dirección de música de varios países, y antes de llegar acá tenía tres propuestas: Maracaibo (Venezuela), Leipzig (República Democrática de Alemania) y Guadalajara. Vine acá por pura curiosidad, pero dentro de mi corazón sabía que aquí me esperaba una persona muy linda, que es mi presente esposa.

Ya tengo más tiempo aquí que en Rumania, soy más mexicano ya, pero trato de ir cada tres años a visitar lo que queda de mi familia.

Mi educación fue muy rígida. De donde yo vengo son 12 años de escuela de música más cinco de conservatorio. Son 17 años de estudiar violín, quieras o no tienes que estar muy preparado. La competencia es muy grande, por ejemplo cuando entré al conservatorio había 26 lugares y 135 candidatos. Pero terminabas y ya tenías trabajo.

Soy el primer violín desde hace 30 años. He tenido varios momentos de solista, personalmente estoy muy feliz en ese sentido. Yo pienso que una persona que pasa por la vida tiene que dejar cosas buenas detrás de él. Cosas que valgan la pena y que en el tiempo sean apreciadas.

Mi papá era maestro de literatura rumana y ganó varios premios internacionales con novelas. Yo estando en México he publicado 11 libros; libros históricos, novelas y libros de orientación musical dedicada al violín. Los publiqué personalmente, sin editorial.

La orquesta (OFJ) tiene el mismo perfil que desde que la conozco hace 33 años: hay ensayos todos los días en las mañanas, y los viernes y sábados cuando estamos en temporada. Cuando no hay temporada a veces también hay conciertos didácticos, hacemos óperas, ballets, conciertos con mariachis; la orquesta tiene un funcionamiento multiusos.

El nivel es bastante bueno. Comparándola con otras orquestas de México, es de las primeras a nivel artístico. Nada más que el nivel de los sueldos, no. Eso es lo más triste.

Yo soy un hombre de cifras. Cuando yo llegué aquí ganaba 21 mil pesos al mes y el litro de gasolina costaba un peso, podía comprar 21 mil litros de gasolina; era un buen sueldo. Hoy gano a la quincena cinco mil 630 pesos, entonces puedo comprar nada más 617 litros de gasolina. Después de 33 años.

Lo que yo haría es organizar competencias entre los Estados con las orquestas y giras en el Estado de Jalisco, porque me llamo la Filarmónica de Jalisco, no la Filarmónica de Guadalajara. Que te vea la gente que no te conoce. Vete a todas partes de Jalisco y levanta el sueldo, porque es la única orquesta del Estado.

No cualquier persona puede hacer esto, la preparación te costó toda la vida. Mi hermano se iba a jugar futbol y yo me quedaba a estudiar violín en la casa. Entonces siento que estamos un poco abandonados.

Somos únicos en Jalisco. Es la única orquesta multifuncional, todos los directores que vienen de fuera la aprecian, porque responde bien, toca bien; pero no hay dinero”.


AGÉNDALO

Concierto de Navidad


• Leslie Dunner regresa a la Orquesta Filarmónica de Jalisco como director huésped para los conciertos de Navidad, el 13 y 14 de diciembre, y Fin de Año, el 30 y 31 de diciembre, en el Teatro Degollado.

• Bajo la batuta del neoyorquino, quien dirigió a la OFJ durante la ceremonia inaugural de los Juegos Panamericanos 2011, sonarán piezas del periodo Barroco como La Suite Orquestal N° 3 de Johann Sebastián Bach, La Entrada de la Reina de Sheba del Oratorio Salomón  de Georg  Friedrich Haendel, y, también de Bach, el Cuarto de los célebres Conciertos de Brandenburgo, con la intervención como solistas de Sava Latsanich (violín), y Nury Ulate y Nathalí García (flautistas), integrantes de la OFJ.

• Luego del intermedio, el público gozará de la conmovedora fanfarria del ballet La Péri, escrita por el compositor francés Paul Dukas, mejor conocido por su por su poema sinfónico “El aprendiz de brujo”, seguida por amadas obras clásicas escritas por Von Suppe, Tchaikovsky, Humperdinck y Bizet y como final feliz, la típica Navideña “Sleigh Ride” (Paseo en Trineo) de Leroy Anderson.

• Dunner  realizó tres excitantes programas para concluir el Mundial de Futbol de la FIFA Sudáfrica 2010 y dirigió a la Orquesta Filarmónica de Jalisco en la presentación de la Gala de Ópera y Ballet “Carmen”, aquí en Guadalajara, así, Leslie Dunner continúa entusiasmando al público con sus vigorosas e innovadoras interpretaciones.

• El precio de los boletos va de los 110 pesos a los 200 pesos, con 50% de descuento para estudiantes, maestros, adultos mayores y personas con capacidades diferentes;  se pueden adquirir en las taquillas de Teatro Degollado.

Tapatío

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