Favorito del mundo

GUADALAJARA, JALISCO (06/SEP/2014).- En 1989 el mundo vio al primer Mazda Miata, que más tarde ganaría el nombre con el que hoy lo conocemos: MX-5. Ahora, un cuarto de siglo después, fuimos presentados a la que será su cuarta generación.

Fue un día de ensueño el que tuvimos gracias a invitación de Mazda México a Monterey, California, el pasado miércoles, 3 de septiembre. En la mañana dejamos las playas de Monterey para dirigirnos a la legendaria pista Mazda Raceway en Laguna Seca. Ahí, escuchamos de varios directivos de la marca la rica historia del MX-5, que nació de un rústico dibujo hecho en un pizarrón por un ex periodista de autos y hoy detiene el récord Guiness de deportivo bi-plaza más vendido de la historia, con una cifra que ya rebasó las 940 mil unidades.

Más que conocer esa historia, tuvimos oportunidad de vivirla un poco y conducir las tres primeras generaciones del auto, en un pequeño camino justo en las afueras de Laguna Seca. Fue muy grato manejar la primera generación, lo que resultó suficiente para entender su éxito. Porque el coche ya era lo que hoy es, y esto significa un vehículo directo, firme, con una gran dirección precisa, que nos informa siempre dónde están pisando las ruedas y reacciona con gran rapidez. No tenía mucha potencia, como hasta hoy no tiene, pero ya era rápido. Esa velocidad viene del bajo peso y se incrementa con el centro de gravedad muy cerca del piso, además de la natural tracción trasera. Aún con 115 HP, el primer Miata era un auto extremadamente agradable.

Un entusiasta no tiene cómo no enamorarse de uno luego de haberlo manejado. Todavía es un coche con el que se puede convivir todos los días y disfrutar cada minuto al volante. Porque éste es el verdadero concepto del MX-5, ser un auto capaz de otorgar placer al conductor en cada kilómetro manejado, no sólo en un autódromo.

Pérdida y recuperación

La segunda generación del auto nació en 1998 y tenía un motor con 140 HP. Se percibe más refinamiento, además de la mayor capacidad de aceleración. Pero de alguna manera ya no era exactamente el mismo coche. Su dirección no era tan comunicativa. Fue como si la mayor potencia le quitara la emoción. Tal vez fuese culpa del equipo que comenzaba a usar, como los controles eléctricos para abrir las ventanas y otros lujos. Que no se mal interprete, no era un mal auto y muchos, todavía estaríamos felices de convivir con uno de ellos, pero no era tan bueno como el primero.

Mazda aparentemente lo percibió. Tal vez se dio cuenta de que no podía caer en el error que otras, como Honda, cometieron al subir la potencia más allá de lo debido, sacrificando una de las claves de un buen deportivo: el bajo peso. Por esto la tercera generación fue una recuperación. Sí, el motor del que dejó de llamarse Miata a partir de 2005, ya tenía 160 HP. Sí, era y es un auto mucho más refinado. Pero se recuperó esa buena dirección, se mejoró la economía y el manejo con una caja manual de seis velocidades. Y esto nos quedó muy claro en el circuito de Laguna Seca.

El grupo de periodistas mexicanos nos pusimos los trajes de Nomex y los cascos, para subirnos a varios MX-5 preparados para carrera, con asiento sólo del lado del conductor, sin radio, sin aire acondicionado y con jaula protectora. Lo difícil era contener la sonrisa por manejar en el icónico circuito, más aún en la famosa curva “saca-corchos”. Luego de una subida larga y una curva a la izquierda, llegamos a la cima de la loma en la que tenemos que frenar fuerte. Ahí, podemos ver a la izquierda una pequeña recta la cual, para tomarla, necesitamos hacer un giro de 90 grados. Apenas entramos y nos damos cuenta de que ya se acabó la pista. Con suerte un auto delante de nosotros nos mostrará el camino, porque de inmediato tenemos que girar otra vez 90 grados, ahora a la derecha, para iniciar una caída equivalente a seis pisos. Sin la guía de un auto delante de nosotros, todo se resume a una cuestión de fe y de confiar en nuestra memoria y capacidad de controlar el automóvil. La gravedad nos ayuda a acelerar, sea cual sea el auto, pero pocos como un MX-5 para hacernos sortear las siguientes curvas con tanta gracia. Una inolvidable experiencia que nos dejó enamorados de la “Corkscrew”.

En la noche, momentos antes de un concierto de un grupo que, como el Miata, nació en los 80 para conquistar el mundo, Duran Duran, vimos la cuarta generación de la que sabemos poco o nada. El auto, que llegará al mercado en 2015 como modelo 2016, se ve moderno, actual, incluso algo atrevido. Aún no sabemos qué motor usará, probablemente el 2.5 litros con 188 HP que equipa a varios de sus hermanos, pero el simple hecho de saber que pesará 100 kilogramos menos que hoy, ya nos deja la pista para pensar que, al contrario de la segunda generación, la cuarta será un más que digno MX-5, que ojalá se volviera a llamar simplemente: Miata.