Expreso doble

GUADALAJARA, JALISCO (07/SEP/2012).- Si el 500 es un auto más preocupado en cómo llegar de qué tan rápido puede hacerlo, el Abarth se encarga de esa segunda parte gracias a un motor más enjundioso y una suspensión de corte mucho más deportivo.

Fiat quiere poner a Abarth como una marca independiente, pero la realidad es que se trata del preparador, del modificar de autos para darle una talante deportivo, así como M para BMW o AMG para Mercedes-Benz. En este momento, sólo hay dos autos que reciben el escorpión de la marca: el Punto Evo y este 500.

Estéticamente, es obvio que se trata de una versión “picante” del Cincuecento. Hay modificaciones en ambas fascias, rines de 17 pulgadas exclusivos, un par de logotipos extra en los costados y, por si fuera poco, inmensas franjas laterales donde se lee el nombre Abarth. Como clientes, mejor pediríamos el auto sin esas franjas, pero en un momento en el que no muchos han oído hablar de Abarth, es comprensible la necesidad de promoverla como se pueda.

Buen lujo, poco espacio

Dentro del auto, vemos un volante forrado de piel pintada de negro, con costuras rojas. Los asientos mantienen esa línea, pero todo lo demás es igual que el 500, con el tablero usando la parte frontal del color de la carrocería, como se acostumbrada en los años 50, cuando el auto fue lanzado originalmente.

El espacio delantero es bueno, pero la posición del conductor no tanto. Le hace mucha falta un ajuste telescópico al volante para que los más altos puedan encontrar la mejor postura para manejarlo. Como está, el volante puede quedar muy lejos o los pedales muy cerca. Todo lo demás es agradable y relativamente sencillo de usarse. El buen estéreo, firmado por Bose, tiene controles de volumen digitales, es decir, hay que presionar un botón para subirlo y otro para bajarlo. Nos parece mejor solución el clásico botón análogo, que sirve para ambas cosas y funciona más rápidamente.

Los asientos traseros son para niños muy chicos, nada más. Incluso cuando los delanteros no estén tan hacia atrás, es complicado viajar en la segunda fila. Es mejor considerar el 500 como un auto de dos plazas. La cajuela, con sus 185 litros, puede ser considerada adecuada para un auto de 3.66 metros de largo total, pero si hay planes de un viaje largo con el auto, es mejor que vayan sólo dos personas, para así abatir los asientos traseros y contar con un decente espacio de equipaje.

El quemacocos, que para muchos es indispensable, añade peso done menos lo quieres, pero ni modo, mercado mandó. El detalle es que sólo una cortina muy transparente protege a los ocupantes de los rayos del sol y esto, en este país, resulta muy incómodo.

Listo para divertir

El verdadero cambio de este auto con relación al 500 normal es, por supuesto, el motor. Sí, es el mismo MultiAir, de cuatro cilindros y 1.4 litros que equipa el auto de Fiat, pero aquí, gracias a un turbocompresor, la potencia va de 100 a 160 caballos de fuerza. Y esto hace toda la diferencia del mundo. El coche deja de ser para verse y ser visto y pasa al lado de los autos hechos para gozarlo. La aceleración es poderosa y la máquina, en parte gracias al doble escape, emite un sonido delicioso, ronco, profundo.

La dirección, pese a la tracción delantera, no muestra señales de excesiva sensibilidad al torque, que con 170 libras-pie a las 2,500 revoluciones del motor, es más que adecuado para garantizar buen desempeño. Para llegar a los 100 km/h, fueron necesarios poco más de ocho segundos.

La única opción de cambio en el Abarth es una caja manual de cinco velocidades. Los cambios son precisos y de relaciones algo cortas, como se espera en un coche que privilegia el desempeño. Claro, sería bienvenido un cambio más, principalmente para mejorar la suavidad y el consumo de combustible en carretera, pero esto hubiera implicado algo más de peso y, por supuesto, de dinero.

La suspensión es más baja y rígida que la del 500 normal, lo que compromete un poco la calidad de marcha, pero no se siente tan dura como en un MINI Cooper, por ejemplo. El eje trasero es de barra de torsión y esto exige cierto cuidado en las curvas, principalmente cuando el piso es irregular. Los frenos son eficientes y no muestran fatiga pronto, pero pueden comprometer un poco la trayectoria si se usan con algo más de fuerza en una curva, por ejemplo.

Quedamos con una muy buena impresión del auto. Es rápido, estable, bien hecho y muy divertido. Así, el 500 Abarth nos dejó con una sonrisa cada vez que lo condujimos. Y esto, es impagable.

Para saber

¿Vale los casi 350 mil pesos que se pide por él?

Depende de las prioridades de cada uno. A nosotros nos parece que sí, pero estaríamos más convencidos si  los “detalles” como el ajuste de profundidad del volante o una caja de seis cambios, formaran parte de este divertido auto. Sin embargo, vale la pena desembolsar esta cantidad, si lo que busca es algo deportivo y a la vez cómodo, ya que su manejo es suave y desde el motor se emite un agradable sonido, que se transforma en emoción.

349,900 pesos

Ficha Técnica

Fiat 500 Abarth

Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 1.4 litros de desplazamiento; Turbo;  16 válvulas; con inyección directa de combustible. Potencia: 160 cv @ 5,500 rpm / Torque: 170 libras-pie @ 5,200 rpm.

Tracción: Delantera.

Transmisión: Manual de cinco velocidades (5+R).

Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Semi-independiente, con eje de torsión.

Frenos: De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS) y asistente de frenado.

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia electro-hidráulica.

Dimensiones y capacidades:

Largo / Ancho / Alto (mm)

3,667 / 1,628 / 1,490

Distancia entre ejes: 2,300 mm

Peso: 1,005 kilogramos.

Tanque- 40 litros.

Cajuela- 185 litros.

Resultados de la prueba realizada en el autódromo guadalajara:

Aceleración 0 a 100 km/h: 8.11 segundos.

Frenado: 100 km/h a 0: 41 metros

Cuarto de milla: 15.9 segundos a 135 km/h

Velocidad máxima gobernada: 205 km/h