El verano en la piel

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUL/2012).- Aunque algunos padres han aprovechado los cursos de verano que ofertan distintas instituciones, llegará el día en que los niños (todos) estén en plena vacación y entonces vendrá (en muchos casos) la idea de pasar al menos unos días en la playa bajo los intensos rayos del Sol.

Pero no hay que esperar hasta entonces para comenzar a preocuparse por la piel de los pequeños, pues incluso en la ciudad ésta puede deteriorarse, simplemente con salir a la calle o al parque a derrochar un poco de la mucha energía de los pequeños.

El dermatólogo Tranquilino Guillén, asegura que “la etapa en la vida donde más nos exponemos al Sol es en nuestra infancia, cuando jugamos con nuestros amigos a campo abierto, nadamos, y prácticamente en cualquier actividad normal que realiza cualquier niño. Aquí los padres debemos tomar en cuenta la tecnología y usar los filtros solares”.

No se tiene que satanizar al enorme astro, ya que nos ayuda a sintetizar la vitamina D, pero se debe limitar la exposición a éste, porque el daño por la radiación fotolumínica es permanente y tiene un efecto aditivo que se va guardando en la piel.

Cuando se llega a la edad adulta, toda esa radiación se transforma en un verdadero problema, alterando la disposición de los ácidos nucleicos en la capa basal de la piel, donde se están dividiendo las células, y por ende, en la etapa adulta puede presentarse el cáncer en la piel en aquellas personas que se expusieron en su juventud en exceso al Sol sin cuidarse.

“Las personas adultas dicen ‘yo ya no me asoleo’, (pero) no se preguntan si de niños lo hicieron. Lo importante es que de niños se hayan protegido”.

Hay enfermedades como la “xenoderma pigmentosa”, donde los niños pueden desarrollar cáncer de piel si se exponen al Sol, pero son casos extraordinarios; sin embargo, sí es posible que en la etapa adulta presenten el deterioro de los genes supresores de tumor, particularmente el BCL-2 y el P53.

“En el verano lo más común son los fuegos, ya que al asolearse mucho los niños, bajan las defensas y aparecen estos fogonazos”. Para tratarlos, Guillén recomienda aplicar aciclovir cada cuatro horas.

Otro tipo de infecciones aparecen mientras los niños juegan y se raspan: “Pueden desarrollar infecciones bacterianas por estreptococos o estafilococos en su piel, por lo que hay que utilizar antibióticos tópicos, como el ácido fusídico, que es barato y se aplica de dos a tres veces al día, al mismo tiempo que se cura la herida al lavarse con agua oxigenada”.

Los cuidados básicos para los niños radica en el uso de jabones suaves, así como no aplicar cremas oclusivas (hidratantes) como la vaselina o petrolato, más bien hay que buscar aceites de almendras dulces o agua de rosas, para que su piel se hidrate, y utilizar filtros solares.

En cuanto a la ropa, el especialista recomienda el uso de tonos claros para no absorber la radiación fotolumínica y camisas o blusas con cuello tipo polo, que además cubran los brazos, así como pantalones y de preferencia ponerse gorras.

TOMA NOTA

Recomendaciones

- Evitar que los niños menores de tres años se expongan al Sol.

- Utilizar una protección solar especial para niños.

- Aplicar continuamente la protección solar, incluso después de salir del agua (no es cierto que los protectores sean resistentes al líquido).

- Proteger principalmente la cabeza con gorras y el cuerpo con camisetas de manga larga si tienen la piel muy blanca y sensible.

- Beber mucha agua durante el día.

- Acudir al médico ante cualquier señal de reacción o síntoma extraño en la piel.