Color, estilo y diseño tapatío

GUADALAJARA, JALISCO (16/JUL/2010).- Cada vez es más común que los jóvenes se lancen a la odisea de conquistar sus propios espacios, crear sus nidos particulares llenando los huecos con lo que tienen a la mano: tapetes, una silla que les regalaron, cojines de distintos modelos y colores, cajas de frutas (que sirven como estantes o mesas), colchones, telas y lo que se les traviese en el camino para generar su estilo, sin importar siquiera que haya o no armonía, la cosa es no sentarse en el suelo y tener algo qué ofrecer a las visitas.

Y es que cuando uno deja el nido familiar, no hay más que aceptar lo que llega y se acomoda decentemente en casa; primero, por los costos de los muebles que se exhiben en las grandes tiendas y, en segundo lugar, por las pequeñas dimensiones de los nuevos espacios.

Para este sector de la población, incluyendo a las nuevas parejas y sus recién formadas familias, Alonso Moreno y Betsabé Briseño han trabajado -y continúan haciéndolo- en la consolidación de Mambo Muebles, novísima empresa enfocada en el diseño y producción de salas para esos rinconcitos (literalmente) que abundan hoy en día, sin dejar de lado el estilo, calidad en el diseño y confortabilidad.

“Mambo está dirigiendo sus productos a gente joven que no encuentra lo que quiere en una mueblería común. Estamos poniendo más color, más diseño y dimensiones más pequeñas. La primera colección que sacamos está un poco más apegada a lo tradicional, todavía no está tan locochona, por así decirlo, porque Mambo quiere introducirse al mercado. Cada vez vamos a tratar de meter algo más novedoso, ya teniendo un lugar, un nombre”, dice Alonso Moreno, egresado de la carrera de Diseño Industrial, de la Universidad de Guadalajara, y director general de la empresa.

Colorido, movimiento, diseño, calidad y precio, son las promesas de la nueva empresa, que se ha empeñado en ofrecer modelos que impacten a los clientes y satisfagan sus necesidades reales, rompiendo los esquemas que se manejan en las grandes mueblerías.

Si bien no se trata propiamente de obras de arte, las salas de Mambo poseen ya su propia personalidad y están listas para adaptarse a las condiciones de sus probables propietarios.

Una amplia paleta para escoger

Sólo son cinco los modelos en salas que ofrece hasta el momento la empresa: Emotion, Atraction, Seduction, Ilution y Conviction.

“Decidimos crear solamente cinco diseños. En las empresas grandes te enseñan un catálogo gigante, como un álbum, pero que no tiene ningún concepto y realmente de un modelo a otro lo único que cambian son las costuras. No queremos hacer eso, queremos cinco modelos, pero que sean diferentes; pensamos que es mejor y que confundes menos a tus clientes. De ahí también surge la idea de hacer algo distinto con el catálogo”, advierte Moreno, mientras sostiene en sus manos un cuadernillo en negro, que en su interior posee cinco postales desmontables que muestran al clientes las posibilidades de cada uno de los diseños a la venta.

Sin lugar a dudas el loveseat es el rey de este Mambo, en cualquiera de las cinco variantes:

• Emotion: ofrece comidad para sus dos ocupantes, sin sacrificar demasiado el espacio.

• Atraction: con un estilo más tradicional, con amplios portabrazos que se integran al espacio de los ocupantes. Los cojines son cómodos y su diseño está plagado de líneas.

• Seduction: su diseño es cuadrado, con un descansabrazos elevado de un lado y del otro, una pequeña superficie en madera, que ofrece a sus usuarios de un útil compartimento para los controles remotos de los aparatos electrónicos.

• Ilution: al más puro estilo de los sillones lounge, es el modelo más sencillo de la colección. Su tamaño ofrece comodidad a sus ocupantes, sin acaparar demasiado espacio. Bien podría ser el sillón principal de la sala o un cómodo asiento en la recámara.

• Conviction: podría ser una variante del Seduction, con la particularidad de que éste -cuadrado también- posee un descansabrazos y una mesa anexa, dejando del otro lado libertad para unir otro mueble con las mismas características.

Muebles acequibles

Así como cada modelo tiene un elemento distintivo, también hay variaciones en cuanto a los precios, de tal suerte que es posible hacerse de toda una sala desembolsando menos de 10 mil pesos, y con la seguridad de que se tratará de muebles de óptima calidad; con el extra de que es un trabajo netamente tapatío y la satisfacción de que se apoya el desarrollo de jóvenes emprendedores.

Por ejemplo, el Ilution tiene un costo aproximado de ocho mil pesos. El sillón de una plaza cuesta mil 964 pesos; el loveseat, dos mil 980; el taburete, mil 579, y la mesa, mil 560.

Sin embargo, el precio puede incrementarse dependiendo de los materiales que se utilicen (viniles, pieles), “hay una cantidad exagerada de opciones, colores, texturas; puede ser el color que tú quieras, nada más nos mandas una muestra”.

Y si el cliente se pone demasiado creativo, también es factible analizar las posibilidades y probar nuevos diseños. “Se puede hacer todo lo que quieras, como diseñadores estamos abiertos a todo. Podemos ayudarte a aterrizar tus propuestas y a mejorarlas, lo único es que esto sí incrementa el tiempo de entrega y el precio. El costo aumenta un 10% del precio de lista y el plazo de entrega crece a 10 días, porque como es algo nuevo, hay que hacerle pruebas de resistencia”, explica Alonso.


¿Dónde?
Aunque el mambo inició formalmente hace cuatro meses, la empresa no cuenta con un sitio propio de exhibición, por lo que han tenido que picar piedra en la búsqueda de clientes que se conviertan en sus propomotores a través de otros espacios.

De esa forma, es posible conocer las colecciones de Mambo Muebles en Home elegance, Mueblerías San Pablo, Mobili, Muebles Primavera y Casa Mueble. Se espera en breve cerrar nuevos contratos para tener más espacios de  venta.
Asimismo, el sitio www.mambomuebles.com ofrece un encuentro cercano y la posibilidad de cerrar tratos “de tú a tú”.
Y por supuesto, está también la opción de comunicarse directamente con estos jóvenes empresarios en el teléfono 36 12 32 14.

El surgimiento

A Mambo lo antecede Estudio 3, un despacho de diseño industrial que comenzó a colarse en el mundo de los muebles.
“Tuvimos la suerte de trabajar con empresas muy grandes a nivel nacional, como Grupo GDL, que en este momento son los dueños del mercado de las salas en Guadalajata. Les gustó nuestro trabajo y nos empezaron a contratar. Nos invitaron al Design fest; nos empezaron a surgir trabajos interesantes sobre el diseño. Nos fuimos enfocando muchísimo en lo que es el mueble, inclusive dar asesorías, clases y algunos cursos escuelas”, cuenta Alonso.

“En el trabajo cotidiano del mueble, nos dimos cuenta de que en México hace falta muchísimo el diseño, porque  íbamos a las empresas y era muy sorprendente ver cómo eran sus juntas de diseño: sacaban fotos de internet y ahí se
seleccionaba el modelo a hacer. Fue una decepción. Los empresarios, con tal de ganar dinero sacrifican la profesión de alguien que se dedicó más de cuatro años a estudiar y lo sustituyen con una simple foto de una revista”.

Esto es lo que orilló a Alonso a pensar en trabajar de manera independiente y crear Mambo Muebles, convirtiéndose esta empresa en la maquiladora de los diseños de Estudio 3, despacho que existe desde hace cuatro años.

“A lo que le estamos echando ganas, es a que los muebles de Mambo empiecen a entrar a las tiendas de Guadalajara, entrar en una expo, traer en cada exposición un concepto diferente. Nuestro sueño es que nos vaya muy bien, que estos muebles llamen la atención y que la competencia quiera hacer algo parecido; eso nos daría mucho gusto, porque a lo mejor a futuro la expo será más atractiva, con conceptos distintos”, advierte el joven empresario.