Suplementos | El Personaje Capriles contra el Estado Hoy los venezolanos acuden a las urnas para elegir presidente y por primera vez en 14 años la oposición tiene una oportunidad real para vencer a Hugo Chávez: Capriles, quien proviene de una familia con poder en los medios de comunicación, construyó una épica, la del ciudadano frente al poder Por: EL INFORMADOR 6 de octubre de 2012 - 20:15 hs El candidato opositor a la presidencia de Venezuela, Henrique Capriles. / GUADALAJARA, JALISCO (07/OCT/2012).- Hugo Chávez ha sobrevivido a un golpe de Estado y a un cáncer, amenazas a su poder y a su propia vida. Pero Henrique Capriles Radonski ha logrado lo que ningún otro político venezolano pudo en los últimos 14 años: convertirse en una intranquilidad más para el actual presidente venezolano. Uno de sus mejores amigos del colegio, Alejandro Barrios, cuenta que Henrique solía ser un muchacho tímido y regordete. Cuando eran adolescentes dijo que quería ser presidente: “Yo le decía a mi madre: en cuanto cumpla 18 años voy a inscribirme en un partido político, pero siempre viendo los toros desde la barrera”. Luego de estudiar derecho, se transformó en el miembro más joven de la historia del Congreso venezolano, como parte del Partido Social Cristiano (Copei), y fue electo en 1998 presidente de la Cámara de Diputados, el año en que Chávez ascendió al poder: “Dimos un mensaje al país de abrir las instituciones, hicimos todo para que nuestro país entrara en un cambio, que el Congreso no fuera un centro cerrado, sino la casa de la representación popular”. Católico devoto nacido en Caracas, en julio de 1972, resta importancia a su origen como hijo de empresarios adinerados. La Cadena Capriles posee importantes medios de comunicación (Últimas Noticias, El Mundo, Líder, Urbe, Urbe Bikini, Dominical, Multicolor, entre otras), además de Cinex, una de las más importantes compañías de salas de cine en el país; empero, habla de sus abuelos y de su familia materna: judíos-polacos que sobrevivieron el gueto de Varsovia antes de emigrar a Venezuela con un maletín de ropa y un rollo de película que el abuelo del candidato usó para abrir lo que se convertiría en la cadena de cines más importante del país. “Nunca hubo esa lágrima de rencor. Mi abuela me transmitió esa lucha por la vida. Esa lucha constante”. Su carrera política está marcada por el éxito. En el año 2000, con su propio partido, Primero Justicia, ganó la alcaldía de Baruta, Miranda. El triunfo fue contundente: 63% de la votación. Logró disminuir los índices de delincuencia e implementar amplios programas de carácter social-sanitario, además de trabajar en infraestructura. “Es el trabajo más bonito de todos. Te dicen: mire alcalde, yo necesito que usted solucione eso. Es como un conserje. Luego empezó otro sueño”, recuerda, aunque no todo fue miel y rosas, pues en ese lapso fue a la cárcel durante cuatro meses, dice, “porque no simpatizo con el Gobierno de Hugo Chávez”. Tras ocho años como alcalde de Baruta, se convirtió en gobernador de Miranda, el segundo Estado con mayor población en Venezuela. Contrario a Chávez Capriles, con 40 años, es contrario a las nacionalizaciones y a la política agresiva contra las inversiones extranjeras; aspira a un modelo progresista que pasa por desarrollar un programa basado en inversiones públicas en materia de sanidad y educación, enfatizado en los sectores más empobrecidos de la sociedad venezolana. El ascenso que ha mostrado en las encuestas tiene poco que ver con la posibilidad de enmendar las relaciones con Estados Unidos o con el empresariado; ha encontrado una exitosa fórmula para desafiar a Chávez: una postura izquierdista en los temas económicos y resaltar el populismo. Se enfoca en los males cotidianos que asedian a los venezolanos, como los cortes de luz y la escasez de alimentos, marcando un contraste con las metas usualmente ostentosas del presidente. “El pueblo nos ha dicho sus problemas. Su problema en los servicios públicos, su problema con los apagones, su problema de vialidad… de falta de liceos… de no construir viviendas que se ofrecen”. Y ha prometido mantener el énfasis de Chávez en los pobres y en los programas de gasto emblemáticos de su Gobierno, las llamadas “misiones” que proveen desde alimentos subsidiados y vivienda hasta cuidado médico básico gratuito y pensiones. Además, el equipo económico de Capriles se ha comprometido a invertir 100 mil millones de dólares en infraestructura e iniciar un programa de transferencia de fondos para los pobres, que sigue los modelos de México y Brasil. Quiere elevar el salario mínimo e indexarlo a la inflación, una medida que preocupa a los economistas en un país con una de las tasas de inflación más altas del mundo. Parece decidido a conquistar a los partidarios de Hugo Chávez. Durante su campaña, ha visitado más de 300 barrios pobres y ha dicho a la multitud que el presidente hizo lo correcto al poner a los más necesitados primero, pero que su Gobierno ha sido desorganizado y corrupto. “Todo lo que he logrado, lo he logrado a través del voto. Llegó el momento de tomar la decisión”, señala Capriles en un video biográfico que circula en redes sociales. “Un caudillo militar melodramático” Un presidente enfermo, con el desgaste que supone el ejercicio del poder durante 14 años y una gestión plagada de promesas incumplidas e incompetencia, estaría condenado en buena parte del mundo a una derrota segura si buscase una nueva reelección. Pero no en Venezuela, no tratándose de Hugo Chávez. El cáncer ha hecho al presidente venezolano perder reflejos y ha reducido el número de mítines en comparación con años anteriores, pero Chávez aún retiene un fuerte tirón popular. “El chavismo tiene dos mitos fundacionales: la interpretación de la implosión del sistema de partidos en 1998 como un rotundo fracaso de la democracia y el reivindicativo de las demandas sociales”, afirma Colette Capriles, profesora de Teoría Política de la Universidad Simón Bolívar, sin parentesco con el líder opositor, Henrique Capriles. “Parte de su éxito es su recuperación de un modelo patriarcal, sobre todo en el mundo rural, un mundo lleno de ausencias por la vertiginosa urbanización de Venezuela. En 1920 sólo el 20% de la población era urbana y en 1980 llegaba al 79 por ciento”. Una contienda cerrada Hoy Venezuela decidirá entre la vía socialista o dará un giro hacia una economía mucho más sensible con el sector privado. Parece un empate técnico. Chávez es el favorito, pero el opositor Capriles tiene oportunidad. Algunos ven a Chávez como el defensor de los pobres; otros le acusan de ser un autócrata peligroso. Ambos bandos se miran con recelo y tienen frescos en la memoria violentos episodios que pusieron en jaque al país, como el golpe de Estado contra Chávez, el feroz paro petrolero que casi quiebra la nación y turbulentas marchas que terminaron en enfrentamientos, a veces con muertos de lado y lado. El agrio debate político ha dividido familias, roto amistades y enrarecido el ambiente en empresas y organismos públicos, en un país cuyo principal tema de conversación desde 1998 es “Chávez” y donde permanecer neutral se ha tornado casi imposible. Chávez llega a los comicios tras un cáncer que lo obligó a pasar tres veces por el quirófano en un año, con el ritmo de campaña menos intenso de su carrera política. En cambio su rival, tras ser elegido candidato único de la oposición, se lanzó a una frenética gira a lo largo y ancho del país. Los sondeos varían ampliamente, en parte porque los venezolanos mantienen desconfianza de las casas encuestadoras. Hay quien le da a Chávez una ventaja de 10 y hasta 20 puntos, mientras otros aseguran que la carrera presidencial está empatada. El triunfo de Chávez le abriría las puertas para blindar y profundizar su proyecto socialista en un tercer mandato de seis años. Su derrota transformaría el panorama político en América Latina, pues durante la última década ha sido el líder más prominente de la región, y un estandarte de la oposición a los EU, además de un símbolo de la izquierda populista. Un éxito opositor abriría un compás de incertidumbre, con los ojos puestos en la reacción de Chávez, quien tiene mayoría en el Parlamento y controla instituciones clave del Estado, como el sistema de justicia y los cuerpos de seguridad. Podría verse un desenlace que lo dejara como el líder de la oposición durante varios años y aunque perdiera la elección, Capriles podría tener otra oportunidad. Temas Tapatío Elecciones en Venezuela El Personaje Lee También El INE denunciará campañas anticipadas de aspirantes al PJ ¿A qué hora es la toma de posesión de Donald Trump y dónde verla? Edmundo González Urrutia asistirá a la toma de posesión de Donald Trump Descartan a más de cinco mil aspirantes a elección judicial Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones