Apuntes de mi libreta

GUADALAJARA, JALISCO (06/FEB/2011).-  Bien dicen que “de los arrepentidos se vale Dios”, es el caso que el Gobierno federal tomó la determinación de que el año 2011 sea conocido como el “Año del Turismo”, esto es luego de que en mayo de 2010 firmara y publicara la nueva Ley Federal del ramo y en octubre propusiera la desaparición de la Secretaría de Turismo, tal parece que se quieren rectificar las cosas, lo cual sería del todo encomiable.

Empero, lo que sí me queda claro, es que no con adoptar dicha leyenda para ser utilizada en todos los documentos oficiales del Gobierno federal se va a lograr una mayor conciencia acerca de la importancia de la actividad turística, ni tampoco servirá para llenar hoteles o saturar cualquiera de los múltiples servicios que el sector implica.

Lo que se tiene que hacer, es implementar una política de Estado en la materia en la cual se contemple a todos los actores implicados, para luego dar paso a un plan estratégico, que entre otras cosas habrá de reconsiderar y priorizar la profesionalización de todos los actores que habrán de tomar las decisiones respectivas, pues no es posible continuar improvisando “funcionarios que no funcionan” o que se guían por meras ocurrencias, o lo que es peor, los que se guían en función de sus intereses personales o de grupo.

Aumentar el presupuesto destinado a la Secretaría de Turismo (Sectur)  y cuidar que el mismo no vaya a parar sólo a los bolsillos de los proveedores que resulten ser amigos, compadres y/o parientes de quienes encabezan la dependencia federal o las de las entidades del país, porque como ya se ha padecido, es una práctica “común” en algunas entidades.
Por lo pronto, el propio Presidente Felipe Calderón Hinojosa está  realizando cada semana recorridos por algunos de los destinos turísticos más importantes del país, a efecto de que la prensa –particularmente la extranjera– se pueda percatar de que existen muchos lugares dignos de ser visitados, recursos naturales y culturales que difícilmente podrán encontrar en otros destinos, además de que existe plena libertad para poder desplazarse de un lado a otro, sin mayores riesgos que los que se puedan encontrar en otros países.

Qué bueno sería que un simple decreto –en este caso del lema gubernamental– fuera suficiente para cambiar las cosas y provocara que se compusieran, desafortunadamente no es así, e incluso con la próxima firma del Acuerdo intersecretarial, mismo que será avalado por el propio Felipe Calderón, al igual que ha sucedido con por lo menos los últimos seis presidentes de la República, y lo único que ha arrojado es la creación de expectativas o “cuentas alegres” que a la hora de la hora se quedan en el camino.

Así, es tiempo de implementar nuevas estrategias de trabajo.