Apuntes de mi libreta

GUADALAJARA, JALISCO (23/ENE/2011).-  Considerada como la madre de todas las Ferias Turísticas, sobre todo para el mercado que nos interesa, la llamada Fitur, se celebra esta semana en la ciudad de Madrid, España, y por más que haya quienes no se han perdido una sola desde sus inicios, la verdad es que siempre será una gran tentación hacer acto de presencia para enterarse de lo que está sucediendo en la materia, pero aparejado a ello siempre debería de ir intrínseco el objetivo de “vender, vender, vender” nuestros destinos, lo que redundaría en la cadena productiva y se convertiría en uno de los principales detonadores del desarrollo regional.

Pero… para lograrlo es necesario saberle, diría un amigo al que ya se le ha hecho una sana costumbre asistir, sobre todo a cuenta del erario público. Nunca faltan, agregó, los que sólo van a pasear, pero tampoco la saben hacer, “todo se puede, pero insisto, hay que saber hacerla”, dice sonriente. Acuérdate de cuando nos llevan por primera ocasión, si eres jefe, se esmeran por que te la pases de lo mejor, aunque no vendas, aunque no aprendas, aunque nadie te conozca y te regreses sin conocer a nadie de la gente con que se hace negocio.

“Otra cosa es cuando llevas de invitado al jefe, pues en ese caso es más pesado, ya que tienes que hacer tu trabajo y el de él, pero como te absorbe buena parte de tu tiempo, al final los resultados no son los apetecidos. Porque podrás quedar bien, mal o regular con tu jefe, pero una persona que es profesional no se deja llevar sólo por eso, porque sabe bien que en México esos “jefes” duran un máximo de seis  años, ya luego se van a hacer política o a sectores de los cuales nunca debieron de haber salido, ya que los que llegan a turismo son gente de fuera, extraños al sector y luego de sus continuas paseadas hasta llegan a cansarse, sobre todo porque no buscan aprender, no le encuentran el “sabor” al servicio público en ésta área específica, pero bueno –finaliza diciendo resignado- así es esto, yo no voy a cambiar las cosas y ellos menos”.

Cuánta razón encuentro en las palabras de mi amigo, pero la verdad es que yo no me resigno. No sé cuándo, a lo mejor nunca, dejaré la lucha porque se logre una verdadera profesionalización del sector –más nos vale-.

Y es que mire usted, cuando una persona de éstas, sin oficio, viaja a cuenta del erario sólo para conocer o pasear, es un gasto cuantioso; pero cuando es un profesional, entonces es una inversión inteligente, pues habrá que esperar una tasa de retorno que en principio cubra los gastos realizados y luego rinda una utilidad.