Ajetreos

GUADALAJARA, JALISCO (30/JUN/2013).- "Vida es movimiento", así en castellano, dice Brad Pitt a otro personaje de Guerra mundial Z que no entiende el inglés, pero que está igual de confundido que él por lo que sucede a su alrededor. Para la trama, el aforismo es una muestra temprana del buen temple del protagonista. Quien, en vez de desdeñar al extranjero, quizás ilegal, se toma la molestia de recomendarle con esas palabras sabias, que salve el pellejo. La proposición también adquiere sentido para el trabajo del realizador, puesto que la película gigantesca y un tanto hueca es ante todo una especie de ensayo de estimulación sensorial, donde los cambios de velocidad en lo que pasa, se vuelven el mayor motivo de interés.

En general un sentido de urgencia domina la mayor parte de los acontecimientos. No sólo la desgracia se cierne sobre una familia en particular, sino que amenaza con alcanzar en poco tiempo a la Humanidad entera. La manera en que el problema se entromete en la vida del protagonista, un hombre apacible que sólo quiere ser buen padre y esposo, resulta muy ilustrativa del proceso regular de aceleración y desaceleración. Primero, se presentan noticias de conflictos alrededor del mundo, y luego, un hogar en Filadelfia donde el papá prepara el desayuno y lleva a su mujer al trabajo y a las niñas a la escuela. El peligro inminente que señalan las imágenes informativas se disuelve en el ritmo de los asuntos cotidianos, para emerger como ataque vertiginoso un poco después. En algo que parece el embotellamiento de tránsito de cada mañana, la familia se topa con las muestras repentinas del colapso social. Desde el vehículo observan una explosión, policías que pasan a toda velocidad, una estampida de personas aterrorizadas, gritos, y un conjunto de personas furiosas que corren tras los demás y arremeten a mordidas contra ellos. El director es consciente de que la sensación de prisa pierde atractivo, por lo que elabora la parte final dejando a un lado las agitaciones, y acentuando el suspenso que extiende angustiosamente el tiempo.         

La cautelosa Z del título, significa que los seres rabiosos de ojos en blanco son zombis. Figuras de la fantasía que se asocian fácilmente con necedades, ridículo, y violencia extrema. También cabe la posibilidad de entenderlos con enfoque filosófico como signos que cuestionan la complacencia, al evocar una lucha imaginaria por la supervivencia en circunstancias en donde la civilización se debilita o se vuelve inexistente. En esos casos los zombi son lo de menos, lo que se vuelve en verdad importante es la fragilidad de los actos sociales y de la condición humana que damos por hecho.

Poco puede mencionarse de intenciones filosóficas de la película. Como tradicional espectáculo de verano es acción, efectos especiales, y unos pocos apuntes satíricos de geopolítica, relacionados con Israel y Corea del Norte.    

- Guerra mundial Z (World War Z), EUA, 2013 / Dirección: Mark Forster / Guión: Matthew Michael Carnaham, Drew Goddard, Damon Lindelof / Actuación: Brad Pitt, Daniella Kertesz, Fana Mokoena.