El miércoles pasado, la Guardia Nacional dio a conocer que tres de sus elementos perdieron la vida luego de un enfrentamiento contra civiles armados ocurrido en algunas comunidades de Los Altos de Jalisco.Es un ejemplo de la violencia contra los elementos encargados de la seguridad pública en México, pues de enero de 2019 y hasta el pasado 5 de mayo, han sido asesinados mil 509 policías municipales, estatales y de la Guardia Nacional, de acuerdo con el Registro de Policías Asesinados de la organización Causa en Común. Cada 19 horas, en promedio, un agente es asesinado en el país. Una cifra inédita comparada con los sexenios pasados.Las bajas se remarcan ante la frase del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que “cuidamos a los elementos de las Fuerzas Armadas, de la Defensa, de la Guardia Nacional, pero también cuidamos a los integrantes de las bandas” criminales.Según la estadística, Guanajuato y Estado de México son las Entidades donde más policías han sido asesinados en el periodo mencionado, con 228 y 118 agentes ultimados, respectivamente.La investigadora Estefanía López Mendoza lamenta el abandono profesional en el que se tiene a los elementos por parte de las autoridades federales y locales. En lo que va del año, en Jalisco han sido asesinados cuatro policías: tres municipales y un policía investigador, sin contar los tres elementos de la Guardia Nacional ejecutados la semana pasada tras los enfrentamientos ocurridos al interior de la Entidad.Sin embargo, en total van 80 policías y elementos de la Guardia Nacional asesinados entre enero de 2019 y el pasado 5 de mayo, con lo que Jalisco se ubica como el Estado número ocho a nivel nacional con mayor número de policías asesinados, de acuerdo con el Registro de Policías Asesinados de la Organización Causa en Común.El ataque más reciente fue contra dos policías de Jocotepec, quienes el pasado 10 de marzo se encontraban apoyando en un choque vehicular ocurrido en el kilómetro 86.9 de la carretera libre a Morelia, a la altura de la brecha Zapotitlán Hidalgo. Cuando le pidieron a una camioneta que disminuyera su velocidad ante el percance, los tripulantes les dispararon y huyeron.La investigadora de Causa en Común, Estefanía López Mendoza, lamentó que sean los policías municipales los más atacados por los criminales, y consideró que esto ocurre porque conforman el mayor número de corporaciones del país, y porque los municipios tienen menos recursos para equiparlos y prepararlos. Por eso, remarcó, es muy grave que la Federación les retirara el Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg), subsidio que se entregaba para la compra de uniformes, patrullas o para capacitación.“Los policías municipales son los más vulnerables y ahora con el recorte de presupuesto peor. En 2019 hicimos una encuesta que se llama ¿Qué piensa la policía?, en la que vimos que la mayoría de los policías gana de 10 mil a 15 mil pesos y que muchas veces tienen que pagar por botas, chalecos o incluso cubrir algunos gastos de las patrullas, y con esos salarios tan bajos pues no es equiparable el riesgo al que se enfrentan día a día”, añadió la investigadora. Pese a estos homicidios, las autoridades solamente han logrado emitir, en lo que va de la actual administración, cuatro sentencias en contra de asesinos de policías. Una fue para un hombre de 39 años, quien recibió una pena de 20 años en prisión y la obligación de pago de 735 mil pesos como reparación del daño, y otro hombre de 52 años recibió una sentencia de 28 años de cárcel y el pago de 1.9 millones de pesos como reparación del daño, según informó la Fiscalía del Estado través de Transparencia, aunque no dio a conocer los hechos por los cuales los criminales resultaron culpables.Los otros dos sancionados son César Iván “C” y José Luis “G”, a quienes se les dio una sentencia de 35 años de prisión por el asesinato en 2019 del policía zapopano, Luis Abraham Camacho Galindo, durante un enfrentamiento ocurrido en la colonia Loma Bonita Ejidal, según dio a conocer la Fiscalía en un comunicado el pasado 24 de febrero.La sentencia máxima fue la de 35 años, pese a que en marzo de 2019 se aprobó la reforma al Código Penal para castigar, con hasta 70 años de cárcel, a quienes quiten la vida a personas que desarrollen funciones de seguridad pública.Para el académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Arturo Villarreal, el aumento de las penas no inhibe el delito y esto se demuestra con el número tan bajo de sentencias en comparación con los asesinatos de policías ocurridos, pues “los criminales ya han perdido el miedo a atentar incluso contra policías debido a que saben que no lograrán detenerlos”, o si esto ocurre, probablemente quedarán libres debido a los altos niveles de impunidad que hay en el Estado. Para Arturo Villareal, el que exista impunidad en el sistema de justicia hace que los asesinos de los policías se vuelvan invisibles, es decir, que no sean detenidos y no se les castigue por los crímenes cometidos.De acuerdo con el académico, los homicidios de policías en Jalisco son un desafío para el Estado y no hay consecuencias por ello. Según explicó, las autoridades no han establecido algún mecanismo real para hacer frente a esta situación, pues si bien se han incrementado las penas para quienes asesinen a elementos encargados de la seguridad, esto no representa una disuasión para que dejen de hacerlo, pues los criminales saben que no darán con su paradero.“Por eso se atreven a hacerlo, pareciera que para ellos es un desafío privarlos de la vida. Es muy importante subrayar que, si los criminales se atreven a cometer estos delitos, o desaparecer a algún policía, es pensable que se atreverán a cualquier cosa, porque están conscientes de la alta impunidad que existe”, expresó.Ante este tipo de situaciones, dijo, es necesario que se capacite a las y los policías y se les dote de las herramientas necesarias para que puedan detener a estos criminales, que se califiquen nuevos delitos, que castiguen estos crímenes en particular y se establezca una unidad especializada para investigar los homicidios de policías, con el objetivo de que piensen dos veces en agredir a algún oficial.De acuerdo con el estudio más reciente de la organización México Evalúa, denominado “Hallazgos desde lo local: Jalisco”, presentado en febrero pasado, en nuestra Entidad el 94.5% de los delitos que sí son denunciados ante las Fiscalías quedan impunes, es decir, apenas 5.5% de todos los ilícitos investigados por las dependencias son castigados.Por ello, de acuerdo con México Evalúa, la Fiscalía de Jalisco debe avanzar en sus modelos de gestión con un plan de persecución penal para optimizar la investigación de los delitos, además de que el Estado debe avanzar en la profesionalización de los operadores del sistema de justicia. De acuerdo con el estudio “Policías Abatidos: El riesgo de servir a la seguridad pública en México”, publicado en agosto del año pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre 2013 y 2018, un total de 802 policías fueron abatidos durante el cumplimiento de su deber, de los cuales 41 fueron asesinados en Jalisco, según información reportada en los certificados de defunción analizados por el Instituto.Según el estudio, uno de los factores predictivos que explican el abatimiento de los oficiales es que, al ser principalmente jóvenes quienes pierden la vida en estas condiciones (menores de 40 años según el análisis), también tienen menor experiencia, ocupan rangos menores y son menos cautelosos en situaciones de peligro.El académico de la UdeG, Arturo Villarreal, consideró que esta situación refleja una desatención y abandono por parte de las corporaciones policiales y de las autoridades a cargo de su fortalecimiento, pues los datos revelan una falta de capacitación, principalmente durante su formación inicial. Con los tres elementos de la Guardia Nacional fallecidos tras los enfrentamientos ocurridos en poblados de Teocaltiche, Jalostotitlán y Villa Hidalgo, suman nueve los agentes pertenecientes a esta corporación asesinados en Jalisco, desde su conformación el 26 de marzo de 2019.Ese año, en el mes de diciembre, fue asesinado el primero en nuestro Estado: identificado como Omar Argenis Angulo, antes policía federal, quien fue baleado junto con un compañero suyo tras una persecución ocurrida en Lagos de Moreno.El vehículo de los delincuentes volcó, y cuando los oficiales se acercaron al automotor los agresores les dispararon. Pese a que Omar fue trasladado a un hospital para su atención médica, falleció horas más tarde. Su compañero salió ileso.De los nueve agentes asesinados, siete murieron en enfrentamientos, uno fue asesinado mientras acudía al gimnasio y uno más fue privado de su libertad y posteriormente su cadáver fue abandonado en el Parque de la Solidaridad, en Tonalá.Este medio de comunicación dio a conocer que, a nivel nacional, han sido al menos 66 los elementos de la Guardia asesinados desde que fue creada formalmente por decreto del Presidente Andrés Manuel López Obrador, como parte de su estrategia para combatir la delincuencia en el país.