Comprar en el súper, viajar en avión comercial, llevar a los niños a la escuela, cortarse el cabello. La estrategia publicitaria de los precandidatos a la Presidencia de México para las próximas elecciones en julio se centra en presentar a los aspirantes como personas comunes y corrientes ante los votantes.Desde el momento en que fue designado como candidato del PRI, a José Antonio Meade se le ha promovido como el aspirante “ciudadano”. Tan ciudadano que se destacó –en los medios de comunicación, por supuesto– desde el principio que el ex secretario viajaba en avión comercial, como el resto. Mientras que Andrés Manuel López Obrador aprovecha las nuevas herramientas de Facebook, como los videos en vivo, para invitar a sus simpatizantes a conocerle más personalmente. Ricardo Anaya, por su parte, también ha aprovechado las plataformas digitales para recordarnos que no deja de ser un ser como el resto, que disfruta de llevar sus hijos a la escuela. Pero, a pesar de lo que ellos piensan, la gente no está “comprando lo que venden” y sus estrategias se han convertido en la burla favorita de muchos usuarios de las redes sociales. Al parecer, los posibles votantes no han caído en el juego y les cuestionan la forma en la que gastan el dinero destinado para las precampañas, considerando que cuentan con seis mil 778 millones de pesos para gastar en su promoción y -de acuerdo a la revista Forbes- apenas en 20 días ya habían gastado cinco millones. No obstante, la molestia de los ciudadanos se ha visto rebasada por la ridiculez de los aspirantes a la candidatura presidencial, y las bromas no cesan. Éstos son algunos de los mejores momentos que nos han dado hasta ahora.