Pese al escándalo que se dio en la administración de Vicente Fox por la expedición masiva de permisos para la apertura de casinos, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se otorgaron 233 autorizaciones, de acuerdo con información otorgada vía transparencia. En el documento se advierte que 40 de ellos se dieron de baja.Entre las principales empresas beneficiadas se encuentran Operadora de Coincidencias Numéricas, Petolof y Espectáculos Deportivos de Occidente. Cada una recibió permisos para abrir 30 salas de apuestas. Esta última obtuvo además una prórroga para operar 15 años más.Cerca de 40% de los permisos expedidos durante el sexenio pasado se dio durante el último año de Gobierno, con un total de 88.Al concluir la administración de Felipe Calderón se tenían 725 permisos para operar centros de apuestas en todo el país; incluso 373 aún sin abrir. Actualmente funcionan 367 centros, 31 de estos en Jalisco. TELÓN DE FONDOA partir de 2010 se generó un debate sobre la proliferación de casinos en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), donde algunos casinos abrieron sin contar con el permiso de la Secretaría de Gobernación (Segob).Algunos de estos fueron los centros de apuestas Capri y GDL Casino, ambos de Operadora Megasport. En el caso del primero, en ese año trascendió un documento donde el entonces regidor de Guadalajara, Eduardo Almaguer concedió la anuencia para la instalación del negocio, pese a que el único facultado para este fin era el alcalde. Ambos espacios fueron clausurados, pero el Capri logró abrir poco después con el permiso de Megasport, el cual fue revocado en 2014, por lo que ahora opera bajo el amparo de otra empresa.El inmueble que ocupaba GDL Casino, en Niños Héroes 1406, logró abrir hace algunos meses con el permiso de la Segob. Sin embargo, lo hizo con el nombre de Copa Cabana y a través del permisionario Espectáculos Deportivos de Occidente, que fue uno de los principales beneficiados durante el sexenio pasado. Recibió 30 nuevos permisos y una prórroga para operar por 15 años más.A pesar de que Zapopan es el municipio que concentra el mayor número de casinos en Jalisco, ninguna las aperturas se dio de manera reciente, aclaró Alfredo Aceves Fernández, director de Padrón y Licencias.Indicó que tampoco hay trámites para la operación de nuevos espacios y si tuvieran información sobre nuevas autorizaciones, no lo permitirían.“Afortunadamente no ha habido una solicitud, pero la política es no aperturar este tipo de giros en Zapopan. No está en nuestra agenda la de aperturar este tipo de establecimientos”.A diferencia de Guadalajara, en Zapopan no expiden licencias para la operación de casinos. El funcionario público declaró que no ven gran beneficio con estos giros.“Obviamente este tipo de negocios tienen sus pros y sus contras. Podemos decir que al final del día te generan dinámica económica. Por otro lado hay un tema de salud pública, como la ludopatía. Son actividades económicas de la ciudad, pero no propiamente que le den un beneficio al Gobierno”.Desde niña, Sofía —nombre ficticio— siempre tuvo gusto por los juegos de apuestas: la lotería, juegos de cartas en familia y más. Luego de casarse, hace alrededor de 30 años, cada 14 de febrero comenzó a acudir junto con su esposo a Las Vegas; sin embargo, no le fue suficiente y decidió también ir en su aniversario de bodas, pero comenzó a tener problemas.“Él no tiene la enfermedad. A él le gusta jugar pero podría decir: ‘Ya perdí equis cantidad y ya me voy a dormir’, pero a mí no me gusta perder. (Me gustaba quedarme) hasta que me recuperaba, hasta las cuatro o cinco de la mañana, porque lo único que me importaba era estar jugando”.Pese a todo, sólo era en un par de ocasiones al año cuando satisfacía su adicción. “El problema fue cuando vienen los casinos aquí a Guadalajara, porque entonces no era una o dos veces al año, sino era tener aquí la tentación y estar yendo cada vez que se podía al casino. Ahí fue donde mi adicción se dispara”.Sus visitas a los centros de apuestas eran diarias. Sofía buscaba cualquier pretexto para acudir incluso varias veces en un mismo día.“Comenzó a salírseme de las manos el problema. Mentía (al decir) que iba a otro lado. Me acabé todos mis ahorros. Empecé a pedir prestado y después no nada más pedía prestado sino que le robé dinero a mi esposo y me lo gasté. Estoy endeudada..., le debo a hermanas, a mi mamá, a amistades”.En su grupo de ayuda Jugadores Anónimos saben que la ludopatía es una “enfermedad del alma” que no se cura, sino que se trata paso a paso junto con los compañeros. “Hablamos de lo mismo. En otro lugar, otras personas no entienden que es algo más que simplemente un vicio. Es una adicción, una enfermedad”.Sofía considera el juego como un escape de la realidad. Sin embargo, por su adicción perdió tiempo, salud y amigos. “Muchas veces es esa parte mundana que quiere el placer, es un hábito. Las conexiones neuronales son tan carambas que a veces hay un sonido, un olor que te recuerda al casino y quieres ir”.La importancia de acudir a los grupos de apoyo, aseguró, es que todos hablan el mismo idioma, existe una comunión y buena voluntad que los impulsa a querer dejar de sufrir.A diferencia de un internamiento que puede costar cien mil pesos, ellos solo hacen aportaciones voluntarias de 20 o 50 pesos para pagar la renta del espacio y el café.De los 31 casinos que operan en el Estado, Zapopan es el que más tiene con un total de 11, le siguen Guadalajara con siete y Puerto Vallarta con cuatro. En Tonalá y Ocotlán hay dos, mientras que otros cinco municipios cuentan con uno.GUÍA¿Qué es la Ludopatía?También conocida como juego patológico, es un trastorno que consiste en el comportamiento persistente y recurrente de jugar por dinero, que domina las actividades del jugador y lo expone a consecuencias negativas.Las actividades de juego van desde los boletos para raspado, el bingo y apuestas deportivas, máquinas tragamonedas, el póquer, los dados, carreras de perros o caballos, etcétera.El juego toma tanto control sobre la vida de los jugadores que piden dinero prestado, mienten y ponen en riesgo relaciones personales u oportunidades laborales.¿Cómo se desarrolla este trastorno?El juego patológico no ocurre de la noche a la mañana, ya que involucra una serie de conductas y pensamientos, que de manera progresiva, va generando consecuencias negativas.¿Cómo obtener mayor información sobre el tema?Llamar a la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic): 01 800 911 2000 (disponible las 24 horas del día todo el año).Los Ayuntamientos de Guadalajara y Zapopan carecen de programas para la atención de la ludopatía, informaron las autoridades municipales.En el caso de Guadalajara, solamente el artículo 15 del Reglamento de Centros de Apuestas Remotas y de Sorteos obliga a los permisionarios a entregar información impresa en los negocios sobre los riesgos de la ludopatía.Aunque el mismo artículo establece que los particulares deben coadyuvar con la autoridad para la implementación de programas dirigidos a la prevención y atención de este problema, al momento no hay ninguno, reconoció Érick Tapia, secretario particular de la Presidencia.“No se tienen identificadas denuncias o brotes de enfermedades (de este tipo). El día de hoy en Guadalajara, como programas públicos, no tenemos registrado algo con estas características, pero tenemos los servicios de salud y la comunicación permanente con el Estado y la Federación para identificar estas necesidades”.El funcionario añadió que si en el futuro se llegara a detectar algún problema de salud pública, seguramente se generarían programas con recursos de las empresas dedicadas a este giro.En Zapopan tampoco existen programas de atención a la ludopatía, informó Alfredo Aceves Fernández, director de Padrón y Licencias.José Guillermo González, jefe de Enseñanza y Capacitación del Instituto Jalisciense de Salud Mental, admitió que el Estado no cuenta con este tipo de programas.Las personas que padecen ludopatía presentan deterioro en su salud familiar, en sus relaciones personales, en su bienestar económico y en lo social. “Prácticamente no habría una esfera de su vida que no se viera afectada”, apuntó Francisco Javier Salazar Aguilar, director de la Unidad Operativa Guadalajara Centro de los Centros de Integración Juvenil (CIJ).Aunque en México no hay estadísticas certeras sobre los casos de ludopatía, se estima que existen alrededor de 600 mil personas en esta situación. En el caso del CIJ Guadalajara atienden pocos casos, pero sí se ha registrado un incremento de hasta cuatro veces en los últimos cinco años.“Sí se ha dado un incremento. Estoy hablando de que a lo mejor desde hace más o menos cinco años hacia atrás estábamos recibiendo tres o cuatro pacientes en el año, y ahora deben estarse atendiendo de 15 a 20 personas”.Existen varios factores por los cuales las personas con ludopatía no acuden a un tratamiento: la escasa difusión por parte de las autoridades de programas de apoyo y el que las personas no acepten que tienen el problema.“No es para lo que más nos buscan (consultas). Además es difícil que la persona ludópata solicite ayuda. Se ha incrementado sobre todo en mujeres adultas y en adultos mayores. Es una visión cualitativa de la problemática en la Zona Metropolitana de Guadalajara”.El programa del CIJ se basa en la terapia cognitivo conductual. La modalidad es grupal y se llevan a cabo alrededor de 14 sesiones a la semana, incluso hay terapias individuales.“Toda nuestra intervención es a partir de un diagnóstico. Normalmente encontramos otro tipo de situaciones que hay que atender, como trastornos de ansiedad y de depresión asociados con la ludopatía, entonces también se ofrece el apoyo farmacológico por parte de nuestros médicos psiquiatras para facilitar el cambio y que la persona no racaiga”.Aunque no cuentan con estadísticas generales, Salazar estima que del total de atenciones que brindan se tiene entre 60 y 70% de recuperación en las personas que concluyen el programa.Recomendaciones