Un Mundo feliz

“El bien de la Humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás”. Aldous Huxley.
 
En días pasados, en la ciudad de Washington el director general de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), Antonio María Costa, afirmó que en la lucha internacional contra el tráfico de drogas “México es un caso extraordinariamente violento y una situación sin par en el mundo”.

Costa comentó que el mercado mundial de la cocaína está sufriendo cambios muy significativos en el marco del informe de esta oficina correspondiente a 2009.

“Han disminuido los niveles de pureza y el número de incautaciones en los principales países consumidores, lo que ha aumentado los precios y ha hecho que fluctúen las pautas de consumo”, añadió, “esta situación podría explicar el horrible recrudecimiento de la violencia en países como México”.

Este funcionario aceptó que las medidas de mayor control y seguimiento en el mercado de la droga ha generado un tipo de vendedor que cada vez más recurre a la violencia y alimenta la corrupción, no obstante Antonio María Costa se manifestó contra toda legalización de estas sustancias, considerando que sería un error histórico. “Las drogas representan un peligro para la salud. Por ese motivo, están y deben seguir estando prohibidas”.

De lo más preocupante de este informe,  es que la elaboración de drogas sintéticas entró en un nivel industrial en la región del Mekong, en el Sureste asiático, de cuyos laboratorios salen “cantidades masivas de metanfetaminas, cristal meth y otras sustancias como la ketamina”.

Esta semana tuve la oportunidad de presentar la más reciente publicación del Centro de Integración Juvenil , “Metanfetaminas, lo que los Padres deben saber”.  

Detallan en esta obra cómo las drogas sintéticas se fabrican en laboratorios clandestinos usando procedimientos sencillos e ingredientes relativamente baratos, generalmente de fácil acceso. De hecho cualquier casa, o bodega, puede convertirse con relativa facilidad en un laboratorio clandestino. Estos factores se combinan para hacer de la metanfetamina una droga de gran circulación, cuyo abuso está muy extendido en Estados Unidos y en varios países de Europa.

Los efectos de la metanfetamina pueden durar hasta seis u ocho horas. Los adictos a esta sustancia pueden permanecer despiertos durante varios días generando un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo. Sin embargo, la droga bloquea las señales normales del cuerpo, como fatiga, sueño o hambre, que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. Una vez que la droga abandona el organismo, estos sujetos pueden experimentar estados de gran agitación psicomotriz, a veces asociados con comportamientos violentos y delirios persecutorios.

Los organismos internacionales nos tratan de prevenir que la siguiente ola de adiciones tendrá que ver con las drogas sintéticas.  Esta nueva tendencia de consumo de drogas en México se traducirá lamentablemente en más violencia.  Ante esta realidad, me pregunto: ¿Qué vamos hacer? ¿Qué estamos esperando para actuar?

ANA MARÍA SALAZAR / Analista política.
anamaria@anamariasalazar.com