Viernes, 27 de Diciembre 2024

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Los porqué en el organismo vegetal

Por: EL INFORMADOR

Una enorme interrogante que siempre estaremos enfrentando todos aquellos inmersos en la convivencia con la naturaleza pura; o sea, la que vivimos cotidianamente con sus colores y formas, las plantas vegetales pues espontáneas o cultivadas. Nuestra determinación por enterarnos como funciona un organismo vegetal, nos vuelve repetitivos en nuestro trabajo de hacer cultivos y producir alimentos y productos cosecha industrializables.

El cómo hacerlo nos lo da el sentido del arte; el con qué hacerlo la tecnología; y para qué hacerlo tiene objetivos muy nobles; cuando hacerlo es la oportunidad de estar a tiempo para proporcionar satisfactores.

Sin embargo una respuesta total no será siempre difícil de obtener debido a los múltiples factores ecológicos y recursos físicos y materiales, que no siempre podemos tener en convergencia. La relación de la planta con el suelo y con el agua ha sido un principio básico para entender dicha relación con el medio ambiente, además. En este contexto para producir un organismo vegetal se requiere pues, sentido del arte; después vendrá la ciencia para interesarse de todos los factores que dan como resultado un organismo bello; y por ultimo –decíamos- viene la tecnología.

De la época del agricultor de “coa” al de tracción animal pasaron muchos siglos, hasta llegar al tractor; en todos los casos la tierra agrícola ha sido de suma importancia en cuanto a su calidad como referencia para establecer algún cultivo. Para la ciencia y la tecnología que tienen que ver con la agricultura el factor suelo tiene tendencias a ser solo una porción aprovechable para los espacios en donde se instalan estructuras dentro de las cuales estamos desarrollando una producción de altos rendimientos, optima calidad, bajísimos costos, con superficies de suelo reducidísimos.

La ciencia y la tecnología parece que han rebasado el primer principio; o sea, el del arte. Producción masiva en menor tiempo y sin embargo con belleza. No obstante todo,  todo lo anterior, nos confundimos o despistamos cuando notamos algún desequilibrio en nuestras plantas de cultivo. No es raro que en muchos casos apliquemos un criterio equivocado al querer razonar un diagnóstico. Es nuestra intención pues en la presente colaboración que es dominical, abrir algunos espacios que tal vez o asaz nos lleven a encontrar respuestas para más de alguna ¡pregunta sorpresa! Cuando porque y como funciona nuestro organismo vegetal son algunos aspectos que enseguida tocaremos.


ALGUNOS CONSTITUYENTES DE LAS PLANTAS

Reacciones cualitativas de las proteínas.- sin proteínas no hay vida. El protoplasma, sustancia fundamental de la vida, esta compuesto principalmente de proteínas. Las proteínas tienen moléculas relativamente grandes, de estructura muy complicada; consisten aproximadamente de 50% de carbono, 7% de hidrógeno y mas o menos un 18% de nitrógeno; el resto lo ocupa el oxígeno, y una muy pequeña cantidad de azufre. Las proteínas forman dispersiones coloidales cuando son disueltas en agua. Cuando se hidrolizan las proteínas se puede comprobar que están formadas por unidades más sencillas y pequeñas: por ejemplo los aminoácidos. Como parte esencial estos tienen por lo menos un grupo de carbono oxígenos e hidrógeno y uno más de nitrógeno. Existe solamente un número limitado de aminoácidos, alrededor de treinta, y por múltiples combinaciones de ellos se forman las complicadas moléculas de las proteínas. Por las numerosísimas combinaciones que son posibles, puede explicarse que cada especie o individuo, tanto animal como vegetal, pueda producir sus proteínas características y específicas.

Hasta ahora sigue siendo un tema a veces controversial para encontrar un sistema de clasificación de proteínas enteramente satisfactorio. Aunque pueden distinguirse dos grandes grupos: proteínas compuestas y proteínas sencillas. Las proteínas compuestas o proteidos son sustancias formadas por la combinación de una proteína co algún compuesto o compuestos que no sean sales; los nucleo proteidos en cambio, son combinaciones de proteínas  con un ácido nucleico (nucleinico) que contiene fósforo y constituyen el material básico de los genes. Las proteínas están combinadas con carbohidratos también llamados o conocidos como hidratos de carbono en los glucoproteidos, con lípidos en los lipoproteidos, y los cromoproteidos se originan por combinación en un compuesto colorado, por ejemplo el Hem.

La clasificación de las proteínas sencillas que consisten solamente de aminoácidos, es un tanto difícil por desconocerse todavía en gran parte su composición química. Por esa razón se ha preferido aceptar una clasificación física, principalmente a base de diferencias en solubilidad.

Algunas de las proteínas sencillas importantes en los vegetales son: las albuminas, solubles en agua y en disoluciones diluidas de sales muertas; tienen un peso molecular relativamente bajo, coagulan con calor y son muy abundantes en la naturaleza. Las globulinas que no son solubles en agua pero sien disoluciones diluidas de sales neutras, coagulan también con calor y constituyen gran parte de las proteínas de reserva junto con las glutelinas, que son solubles en disoluciones alcalinas y en ácidos diluidos.

Las prolaminas o gleodinas son solubles solamente en alcohol etílico de 70 a 80%. Todas estas proteínas aparecen principalmente como material de reserva en semillas y otros órganos.


NUESTRO TRABAJO

Realmente desde que se inicia la labranza del terreno o se acondicionan las estructuras de invernadero, se inicia nuestra labor agronómica con la cual, logramos que el vegetal que cultivemos, se transforme en una “fábrica”. Ya hemos visto la cantidad o cúmulo de compuestos y factores de la vida que un vegetal es capaz de desarrollar, aunque tal desarrollo muchas veces, nos enfrente a la interrogante de la que hablamos al  principio.


CELULA Y TEJIDOS O CELULAS Y TEJIDOS

Utilizamos tanto el singular como el plural con lo cual sustentamos nuestro entendimiento del lenguaje campesino.

A partir de la semilla que a decir verdad, tiene toda la información genética del organismo en cuestión, sabemos que la germinación arranca con un crecimiento que lleva pues, la información referida con su potencial, hasta los doce centímetros de altura sobre el perfil del suelo; a partir de ahí somos responsables de mantener las cualidades de la planta de donde procede la semilla. Vamos a tratar pues un aspecto que toca muy de cerca esa responsabilidad.

Generalmente a la célula vegetal se le considera como un sistema osmótico (potencial de atracción). La pared celular no forma parte de este sistema, ya que es completamente permeable a cualquier disolución o sustancia, solamente las membranas del protoplasma, la capa exterior y la interior de este, son semipermeables. El protoplasma encierra el o los vacuolas (consultar cualquier botánica), cuyo jugo esta constituido por una disolución de sales, ácidos orgánicos, azúcares, etcétera, sustancias todas osmoticamente activas.

El protoplasma puede ser bastante permeable a ciertas sustancias, lo que implica la absorción de iones por las células absorbentes de las raíces y su transporte de célula a célula en los tejidos. Otras sustancias, como la sacarosa, no son fácilmente absorbidas y en este caso la célula se comporta como un sistema osmótico casi perfecto. Como ejemplo para encontrar un porque de lo que estamos describiendo ¿ha visto usted amable amigo agricultor como “se enrollan” hacia adentro las hojas de su planta de papa? Y esto, no obstante que pueda darle al cultivo un sobre riego?

Al reducirse el volumen vacuolar con la perdida de agua, disminuye al mismo tiempo la presión de turgencia hasta que desaparece del todo. El protoplasma se contrae alrededor del vacuolo y empieza a separarse de la pared celular. A este fenómeno se le llama plasmólisis; así que agricultor amigo si las hojas del cultivo están enrolladas hacia adentro, usted esta enfrentando una plasmólisis, y justamente cuando empieza la separación del protoplasma de la pared, se le refiere como plasmólisis incipiente. El proceso continua hasta que el jugo celular llega a estar tan concentrado por la pérdida de agua como la disolución en que sucede.

Ser productores en el ramo agrícola nos obliga a la observación frecuente de la cosecha en cuestión. Tratemos de eludir la ilusión de óptica; ya hemos mencionado en las colaboraciones de esa misma página dominical que en nuestra latitud por debajo del trópico de cáncer el tiempo correcto en horas para observar el estado de nuestro cultivo, es apenas de once de la mañana a la una de la tarde. Es ahí en ese lapso que vemos el verdor (sic), la turgencia y el brillo en las hojas de nuestro vegetal en cultivo. Antes o después de esas dos horas es mera ilusión de óptica par bien o para mal. Es decir, que durante la mañana podemos ver con “ojos de  esperanza” que nuestro cultivo está bien pero, ¡oh sorpresa! En la tarde puede parecernos un desastre.

Son muchas otras cosas que iremos describiendo en un pequeño serial con la venia de los mandos editoriales y, porque el tema justifica el interés.

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