Así llamaron los rarámuris, uno de los 71 pueblos indígenas reconocidos en el país, a la Presidenta de la República en su visita del viernes pasado a la Sierra Tarahumara, en el Estado de Chihuahua.Viajó hasta allá para reintegrar sus tierras a dos comunidades pertenecientes al Pueblo Tarahumara mediante sendos decretos donde se les reconocen su propiedad y posesión para el uso, disfrute y disposición de las mismas, de conformidad con sus sistemas normativos y en resarcimiento y restitución por los agravios cometidos en el pasado contra ellos: se trata de las comunidades de Guasachique con 1,485 hectáreas, y de Bosques de San Elías Repechique, con 693 hectáreas.Antes de entregar los respectivos decretos, a solicitud de la gobernante de Guachochi y mujer de conocimiento, la Presidenta dio vueltas a un altar con tres cruces que representan la divinidad y se hincó con humildad y sin reparos.Con la ceremonia que se llevó a cabo, la Presidenta de la República envió una clara señal a las fuerzas que se disputan este territorio, entre ellas, los intereses de las élites chihuahuenses que se han hecho de títulos “legales” de propiedad de amplios territorios que, en numerosos casos, carecen de antecedentes registrales.Ante mujeres y hombres de los pueblos originarios de esta Sierra Tarahumara, informó que en Chihuahua también continuarán los Planes de Justicia y Desarrollo Integral de los Pueblos y Comunidades Indígenas, por lo que se seguirán construyendo carreteras y caminos artesanales. Además, se creará un camino especial que vaya de Chihuahua a Sinaloa. Y para atender las demandas de las comunidades rarámuris, se otorgarán recursos especiales al programa La Escuela es Nuestra, así como a Centros de Salud.Se han invertido 4 mil 720 millones de pesos en el Plan de Justicia de los pueblos de la Sierra Tarahumara y aún se tienen otros 9 asuntos agrarios pendientes de resolución, por lo que se seguirá trabajando en ellos.Los dos decretos que devuelven la propiedad comunal de las 1,485 hectáreas a favor de la comunidad indígena de Guasachique y la titulación para 693 hectáreas de tierras como propiedad de la comunidad indígena de Bosques de San Elías Repechique, son simplemente un acto de justicia.Como lo dijo la Presidenta ante hombres y mujeres rarámuris: “La justicia es una palabra muy profunda. La justicia es la esencia de la Cuarta Transformación, la justicia social, sobre todo”. Por tanto, es de la mayor importancia que entendamos que el progreso con justicia es la misión que la 4T tiene encomendada, que nunca debe de ir el progreso montado sobre la miseria y el despojo de los pueblos originarios de nuestra patria. Por el contrario, por el bien de todas y todos, ha llegado el tiempo de la dignificación de sus pueblos.El acto entero del viernes pasado en la Sierra, ha servido como símbolo de acción de justicia social hacia las comunidades tarahumaras de Chihuahua, y ha sido extensivo a todos los pueblos originarios de nuestra Nación para que se reconozca el valor de su esencia, culturas, y su dignidad, con la que se ha desarrollado el México profundo que es orgullosa herencia de todas y todos los que hemos nacido en este gran país.Ernestina Godoy / Consejera jurídica de la Presidencia