| Frutales en el jardín Por: EL INFORMADOR 30 de octubre de 2010 - 23:00 hs Es costumbre muy establecida de plantar árboles en las áreas de jardinería sobre todo en los espacios dedicados al pasto de jardín, que al fin y al cabo por su verdor este vegetal, es el ancla de la estética en la jardinería citadina. Repetidas veces y, con el debido respeto a los conceptos y criterios hemos mencionado en este espacio de nuestra colaboración dominical, que, aunque la temática del título de página es agricultura y ganadería, sin embargo, como profesionales de la agronomía el cultivo de ornamentales viene a llenar un espacio que los agrónomos no debemos descuidar. LAS DIFERENCIAS EN LA COMUNIDAD VEGETAL La diversidad de las especies implica una atención para diferenciar el comportamiento de cada grupo en convivencia comunitaria y con iguales condiciones ecológicas. No obstante, la taxonomía o nomenclatura botánicas que estudian la estructura del organismo vegetal, nos dan un señalamiento hacia donde están los caminos que nos lleven a los objetivos que lograr el equilibrio en la convivencia. Debido a nuestros maravillosos climas los agrupamientos de especies viven, aunque no tan óptimamente como es de desear; las diferencias se hacen notar y el usuario se extraña y se pregunta ¿porqué?. Veamos la razón: un suelo llamado “de jardín”, “vegetal” o para macetas es aquel que guarda una estructura de equilibrio entre, partículas de diversos tamaños que van desde los dos centímetros a las dos micras; para ello hemos de pensar en la grava, en el limo y en la arcilla cada uno con su porcentaje de presencia en la mezcla; además, esa estructura requiere de un “relleno” de materia orgánica. Aquellos son resultantes minerales la materia orgánica (M.O) es el colchón intermedio que ofrece las condiciones físicas primeramente, químicas después y finalmente microbiológicas, que han de mantener la fertilidad y su reacción debido a la dinámica de movimiento de la flora microbiana del suelo. En un momento dado ninguno de estos factores debe estar en desequilibrio, ya que dicha mezcla representa la estructura que, finalmente tendrá una textura. Esta es la parte física principalmente que se apoya repetimos, con la química y la microbiología. LA REACCIÓN DEL SUELO, DE LA PLANTA, DEL AGUA Y LOS FERTILIZANTES La escala de medición de un pH es de cero a catorce, siendo el siete la parte neutra. La mayoría de las especies con un medio de cultivo incluyendo las condiciones climáticas trabajan con un pH seis punto siete; la excepción esta representada por las plantas calcícolas que como su reacción lo denota tienen un pH mas bien alcalino y, como muestra mínima mencionamos, maíz y la alfalfa. Las plantas acidófilas, hablemos solamente de las ornamentales, viven bien con un pH de cuatro punto cinco a seis punto cero; tales como la gardenia la planta de fresa las violetas y las calmelias. Factor importantísimo en ambos grupos de extremo (calcícolas y acidófilas), requieren de una cantidad grande de oxígeno; esta condición sine cua non, como dicen los abogados debe tenerse presente por que representa un satisfactor indispensable para la vida microbiana que recibe las condiciones ecológicas externas y así continuar su constante movimiento en bien de los sistemas radiculares. Para mantener las condiciones de alcalinidad o acidez hay en el mercado productos para enmendar la reacción: calhidra o yeso; azúfre en polvo o líquidos polisulfúricos. El agua de riego requiere se le preste una atención en cuanto a la temperatura y el pH. Generalmente el agua potable o para riego tiene un pH de seis punto dos, y cuando tiene varias unidades por arriba del siete es conveniente la aireación (en la actualidad estamos disfrutando en cuanto a tecnología para riegos, lo que ya se había venido haciendo en otros países hace más de veinte años), volvemos a estar concientes de los tres factores determinantes en la jardinería: arte, ciencia y técnica. La temperatura del agua es de vital importancia para la fisiología del metabolismo de la planta, por ello, la temperatura mínima para riego es de 18º C, teniendo como máximo 22º C. el riego se prefiere durante las horas de la mañana, sobre todo el riego en el pasto de jardín. La decisión de abonar la jardinería requiere del conocimiento mínimo en las necesidades de cada especie; así, los rosales se fertilizan con un tipo de abono en mezcla específica con tendencia acidófila; decimos tendencia y no el rango ácido que requieren la azalea, la camelia, la violeta, y la planta de fresa. Cuando abonar el jardín?, lo hemos de decidir observando el estado de nuestros ornamentales los cuales, deben estar verdes, turgentes y brillantes en un período de dos horas que es de las once de la mañana a la una de la tarde. EL PASTO Y LOS ÁRBOLES El pasto de jardín trabaja o vive bien con un pH de seis a seis punto cinco; aunque podemos tenerlo con un pH menor o mayor, al rango mencionado, pero no será un pasto saludable ni que podamos de hecho, disfrutar plenamente, con todo y que le demos el corte de los cinco centímetros de altura. Son necesidades muy específicas. Cuando decidimos por árboles frutales, por aquello de que es muy estimulante el solo estirar el brazo y cortar el fruto, no deja de tener sus bemoles o sea, ciertas dificultades que diferencian los tratamientos. Primero nos hemos de preguntar que espacio tenemos en total para que podamos ver diversas especies conviviendo, sean estas menores o mayores. Pongamos por caso cítricos. De una manera universal los textos de la fruticultura nos hablan de “cultivos generalizados”, no siendo del todo cierto ya que la experiencia en el ejercicio profesional nos ha guiado por caminos de la rentabilidad en el cultivo sin que por ello se menosprecie la estética, la cual se da principalmente con la poda, la alimentación adecuada y, por supuesto la sanidad. Pero viendo mas allá y con mención a los cítricos, el árbol del naranjo para fruto de gajo y mesa y el fruto para la producción de jugos, tienen diversos tratamientos pues, en el mercado el consumidor final tiene la última palabra y, esta es calidad utilitaria. Si además de cítricos tenemos granados, macadamia, guayabo, manzanos, peral, arrayán, algún aguacatero y, hasta algún nogal, ciertamente estaremos en problemas que tendremos que resolver con nuestro correspondiente gusto por hacerlo y en lo que hemos de encontrar la mayor de las satisfacciones por el conocimiento adquirido. ESPACIOS La diversidad de especies por mínima que sea nos obliga a sacrificar espacio verde (pasto), para dar terreno de cajeteo alrededor del tronco del árbol que puede ocupar un diámetro de hasta un metro. Este suelo de “cajete” debemos mantenerlo limpio de malezas y mullido. Sin duda alguna al inicio de la plantación de arbolillos que combinen nuestro concepto de estética con el pasto y demás pequeñas especies ornamentales, no nos daremos cuenta de que (a excepción de especies enanas como el konquat) los árboles han de crecer y producir una fronda normal la cual sin embargo, debe ser administrada con las podas en su tipo correspondiente. La fronda libre va a producir sombra bajo la cual va a ser muy difícil el desarrollo del prado. Por otro lado cada árbol de acuerdo a su anatomía reclama su espacio y su rango de luz. Los tratamientos de fertilizante en los cítricos en este tipo de comunidades deben estar acordes en sus fórmulas y dosis, con el rango de luz que estén recibiendo. Los fertilizantes trabajan a su óptimo con luminosidad plena digamos pues que las variedades de naranjo antes mencionadas las vamos a fertilizar diferente a como lo hemos de hacer con el mandarino, con el limón persa y el limón criollo (con semilla). El genero Eugenia al cual pertenecen el guayabo y el arrayán tienen necesidades mas universales y por tanto la importancia de su conformación anatómica es lo básico ya que en nuestro medio ecológico el árbol, del guayabo como también los cítricos trabajan todo el año. Guayabo fresa y arrayán se dan bien con una reacción neutra y de tendencia mínima alcalina; no así el manzano y el peral especies caducifolias cuya principal atención esta en la poda, de las ramas gruesas esto, para compensar un tanto la falta de horas frío requeridas en ambas especies que no alcanzan en nuestra latitud y por tanto hay que restringir el riego en frecuencia pero en abundancia por tratamiento. Esperamos haber llevado la información adecuada a nuestros amables lectores interesados en mantener la estética con comunidades vegetales diversas en convivencia. Nuestro correo sigue a su disposición: ing.sierraarrobayahoo.com.mx Temas Roberto Sierra B. 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