Viernes, 27 de Diciembre 2024

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Formación profesional de nuestros productores

Por: EL INFORMADOR

Incluimos, por supuesto en el concepto, a las dos grandes e importantes ramas de la producción de alimentos para el hombre: lo agrícola y lo pecuario; en ciertas etapas  lo pecuario depende de lo agrícola; por no decir, que  totalmente. Los insumos para alimento pecuario tienen su origen  en lo vegetal con excepción lógica de los insumos minerales que se agregan a los forrajes.

Nuestros antecedentes que se toman como históricos en el campo que nos ocupa en la presente colaboración, nacen, se desprenden o arrancan en el capítulo colonial cuya filosofía de la alimentación nos llega, de España.

Se van los españoles como gobierno, y  quedamos los mexicanos a expensas de lo que se había importado material, física, y culturalmente. Tortillas y frijoles mayoritariamente con un poco de legumbres y verduras todo cultivado con prácticas que hoy en día consideramos rústicas. El cultivo del trigo se quedó para algunas regiones y zonas con clima propio para tal gramínea; pero en general, la herencia precortesiana y el cultivo de maíz y frijol estuvo dominando en el mundo de la producción de cosechas; el arroz, el otro grano cultural bien que se cultivó de una manera incipiente.

La sociedad mexicana ha pasado a la historia universal con un cúmulo de experiencias principalmente políticas las cuales, han repercutido fuertemente en la economía. En los conflictos de acomodamiento político y social no hubo tiempo para establecer un pivote rector alrededor del cual girar económicamente, como sí, pasó ha pasado y sigue pasando en las sociedades más avanzadas. El mundillo político mexicano, desde el nacimiento del país como nación “independiente” ha estado muy lejos de desarrollar un proyecto de nación –que la expresión nos sea permitida por los grillos de la polaca-, en el cual se contemplara la necesidad de la producción alimenticia, la necesidad de educar a la población, y así mismo de cuidar de la salud pública. No obstante pues las fechas de celebración que hemos vivido en los últimos tiempos, nos hacen pensar que seguimos caminando con muleta, concepto reflejado en la dependencia a la que hemos estado sujetos en materia –que es lo que nos importa en esta presente colaboración- agropecuaria ¡no producimos lo que nos comemos, no obstante la maravillosa climática!

PERDIDA DE BRUJULA EN CONCEPTOS Y CRITERIOS

Indiscriminadamente compramos lo que nos quieren vender con respecto de insumos para la producción agrícola y la producción ganadera “maravillas cura todo” que surgen –reza el dicho popular- como hongos y nosotros compre y compre, aunque los resultados por el uso no sean los esperados y se vuelvan asaz frustrantes y en el mejor de los casos, mediocres.

En el proyecto de producción agropecuario de haberlo tenido desde nuestros inicios libertarios, se debió pensar en la preparación del hombre de campo, aunque, si estamos concientes de que la importación de sistemas educativos para la producción agropecuaria debieron de importarse de Europa pues siendo este continente con el que más cercanas relaciones se tenían, no se esperaba que el país allende el río bravo pudiera darnos el auxilio para tales efectos; fue hasta la época de “don porfis” que se planteó la conveniencia de tener “una escuela de agricultura”, sin embargo lo “europizante” trascendió hacia los campos michoacanos, pues se construyó un edificio para tal objetivo en las cercanías de la población de Vista Hermosa Michoacán, construcción afrancesada que persiste hasta nuestros días; solo que ahora, en funciones para otros menesteres.
    
ABRIENDO BRECHA DE EJEMPLOS

Todo, absolutamente todo (exceptuando los productos chafitas), lo que se produce en beneficio de las cosechas lleva la mejor intención porque, además, y, básicamente es el producto de la inteligencia del hombre el dinero de inversión así como el tiempo en periodos de prueba; que el productor interesado no sepa como utilizar los insumos,¡es harina de otro costal!.

Los llamados fertilizantes foliares cuya presentación comercial viene en líquido o en polvo, son una mezcla que contiene una gama amplia de diversos elementos fertilizantes para la nutrición vegetal, cuya base lo sabemos, es la tabla de los elementos del ruso Mendeleyev.

Al dar lectura a la etiqueta del contenido este se expresa en porcentajes de cada uno de esos elementos. Esto de los porcentajes pudiera ser irrelevante o tomado como tal, por el productor común; sin embargo no necesariamente los elementos numerados o expuestos en la etiqueta le son necesarios o indispensables a la cosecha o cultivo, a menos que tengamos el conocimiento de los requerimientos de nutrición del vegetal. Y tal como la planta se pudiera beneficiar también puede salir perjudicada cuando en la aplicación no se toman en cuenta factores ecológicos entre los cuales la temperatura y la luz de la atmósfera son tan importantes como el oxígeno y la humedad en el suelo para lograr la completa dinámica de cambio iónico-catiónico de los microorganismos que pueblan el suelo principalmente en el  entorno a los sistemas radiculares.

Antes de aplicar los foliares debemos asegurarnos de que tenemos plena luz ya que con ello la planta tendrá totalmente abiertos sus estomas y por tanto habremos de estar manejando la economía de bolsillo tanto como la economía del cultivo.

Debemos atender con mucha acuciosidad  la ubicación de los estomas en la hoja, ya que estos, pueden estar por el az, por el envez o bien por ambas caras del foliolo ¡ojo! Si rociamos la cara de la hoja y los estomas se ubican por el envez estaremos “tirando el dinero” y afectando grandemente los costos de producción. Siendo la planta hipostomática (poros y estomas por el envez) debemos utilizar la boquilla T-K5. Es el caso de la planta del maíz. ¡probemos! Estimado agricultor amigo si pasamos la palma de la mano por el az o encima de la hoja de maíz y esto lo hacemos temprano, con seguridad que tendremos la piel mojada; pero si pasamos el dorso de la mano por debajo o envez de la misma, sentiremos solamente una sensación de humedad lo que nos indica pues, que la planta de maíz es hipostomática.

Un ejemplo respecto de la capacidad del mecanismo de transpiración que por cierto, es muy agresivo es el árbol eucalipto, que es anfistomático (que tiene estomas o poros por ambas caras de la hoja), el cual desafortunadamente se esta utilizando viciadamente en la reforestación y sobre suelos cuyos rangos de humedad en las capas freáticas superficiales, son mínimos.

FUNCION Y APOYO

Los compuestos para rociado deben estar químicamente fabricados para guardar el equilibrio de interacción molecular que se suscita entre el contenido de compuestos en el vegetal de cultivo y la presencia de los productos de nutrición. Sin que, como agricultores tengamos que llegar a la química agrícola total (¿), si debemos saber que los fertilizantes para la nutrición como ya lo hemos expuesto en colaboraciones anteriores, tienen un peso específico, un peso atómico y un peso molecular. Ahora, si queremos estar en el escalón o nivel de los productores agrícolas de avanzada, vayamos a cualquier papelería en donde podemos comprar o adquirir una hoja con la tabla periódica de elementos; ahí podemos educarnos al respecto. La interpretación de dicha tabla puede ser realizada con auxilio de técnicos y, hasta con miembros de nuestra familia con nivel de secundaria.

Lo mismito en concepto y criterio que acabamos de exponer para los foliares se aplica en lo físico y material para la fertilización en suelo; solo que también, debemos entender que el suelo requiere mantener un estado fértil que sin embargo corresponda a las necesidades de la planta en desarrollo de su ciclo biológico. En este aspecto, importantísimo es, que tratemos de mantener el rango de pH (reacción del suelo) lo más cercano a las relaciones suelo-planta-agua y conductividad eléctrica. Una cosa importantísima: con la fertilización al suelo, ¡ningún fertilizante debe caer en suelo seco!, a pesar de que se diga que puede regarse inmediatamente después de ser depositado. Algunos materiales se afectan con el calor, la luz y no digamos la humedad así que, tratemos de hacer una agricultura económicamente racional, aprovechando los elementos tecnológicos con los que en la actualidad contamos.

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