¿Y las elecciones?

Sepultadas por el alud de escándalos que sobrevino a la Semana Santa, los comicios para gobernador en 12 estados del país se perdieron en la agenda mediática y política. Justo en el momento en que las maquinarias políticas y partidistas se aceitan —con los gobernadores salientes como jefes de campaña— para competidas disputas, en algunos casos, y elecciones casi de trámite en otras entidades, la atención no está en los procesos locales que costarán a los mexicanos miles de millones de pesos en propaganda y campañas políticas.

Menos atención e interés que el dramático caso de la niña Paulette o la desbordada guerra contra el narco, con sus entrevistas de portada para capos, ha tenido el registro de candidatos en todos los partidos para los comicios del 4 de julio.

Pocos se percataron, por ejemplo, que en Hidalgo ayer se registró Francisco Olvera como precandidato del PRI, aunque todos saben ya que es el candidato oficial del gobernador Miguel Osorio Chong, para enfrentar a una disminuida alianza PAN-PRD con Xóchitl Gálvez a la cabeza. O que en Tamaulipas, en una elección que se ve de trámite, el abanderado priista Rodolfo Torres será oficializado este domingo en medio de la feroz y cruenta disputa por la plaza que libran los cárteles del Golfo y de Sinaloa, aliados contra Los Zetas.

En Oaxaca, después de algunos jaloneos y forcejeos con Jorge Franco, que no se resignaba a aceptar que Ulises Ruiz no lo hubiera favorecido a él, Eviel Pérez se prepara para asumir la candidatura formal el domingo, mientras que su contrincante, Gabino Cué, terminó su precampaña y tras recorrer el Estado, espera la unción también formal de la alianza opositora que forman PAN-PRD-PT y Convergencia.

En Puebla, mientras tanto, el góber precioso Mario Marín, junto con su delfín Xavier López, se mueven con todo —incluido el presupuesto estatal— para enfrentar al candidato aliancista Rafael Moreno Valle, que tiene, además de los apoyos de los partidos que lo postulan, un hada madrina con mucho poder y dinero: la maestra Elba Esther Gordillo que jugará con todo por su pupilo y afina ya su estructura electoral con el magisterio nacional y poblano para apuntalar a su principal apuesta en estas elecciones.

Poco se ha dicho del huracán de lodo que se forma en Veracruz, donde el novato candidato del PRI, Javier Duarte, de la mano del gobernador Fidel Herrera, parece que no tendrá problema para derrotar a un Miguel Ángel Yunes, que no tiene el apoyo de la maestra Gordillo en esta campaña y al que apoyan casi por compromiso desde Los Pinos y el CEN panista, aunque le ven cada vez menos posibilidades de ganar.

Y mientras en Sinaloa, con la aparición estelar del “Mayo” Zambada como fondo, los dos candidatos ya casi formales, Jesús Vizcarra por el PRI y Mario López Valdez por la alianza PAN-PRD, movilizan estructuras y hacen malabares por sacudirse el pesado fantasma del narco.