Una comida, una foto y un regaño

Un regaño interno al coordinador parlamentario Francisco Rojas y una comida ex profeso para la foto y para alejar rumores de pleitos y fantasmas de ruptura, fue la forma en la que el PRI procesó ayer la imagen de división y enfrentamiento entre sus dos principales presidenciables: Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones.

El lunes por la mañana, tanto Peña como Manlio recibieron una llamada para convocarlos a la comida de ayer en un comedero político de Polanco.

La idea, les dijo Humberto Moreira a los dos, es acallar los rumores que hablan de una confrontación política por las reformas en el Congreso. Ambos aceptaron de buen modo; sólo Manlio puso una condición: que se exija claridad a Francisco Rojas, el coordinador de los diputados, a quien se culpa de haber dado pie, con su actitud caprichosa, a las versiones de un enfrentamiento priista.

La condición se cumplió y ayer mismo la bancada priista decidió convocar hoy en la sesión de la Comisión Permanente a un periodo extraordinario “urgente” para discutir las reformas pendientes, entre ellas las Reforma Política aprobada ya por el Senado.

A Rojas se le reconvino por generar con su rechazo público a las reformas la percepción de división interna, que sirvió para que desde el PAN azuzaran la idea de un pleito entre los priistas y culparan a Peña Nieto de frenar las reformas.
Porque en el PRI están convencidos de que toda la estrategia panista de golpeteo contra Peña por el aplazamiento de las reformas, tiene su origen directamente en Los Pinos.

Por eso en el encuentro cara a cara que tuvo ayer con el Presidente Calderón, tras el llamado de éste a “trabajar por encima de las diferencias”, Peña respondió con la petición de “respeto” al Presidente, como si supiera que detrás de la jauría panista en su contra está el inquilino de Los Pinos.
Así que la comida se armó y la información se filtró para que llegaran los medios y vieran juntos, departiendo entre pastas, filetes y vinos a Peña y Manlio.

Y no es que haya que creer totalmente en la foto de la amistad —que tratándose de políticos de cualquier signo, siempre será para la suspicacia y la duda—, pero la de ayer era una imagen que llevaba un doble mensaje político: hacia fuera del PRI, para desmentir la imagen de un priismo dividido y enfrentado; hacia dentro del viejo partido, para recordarles a los propios priistas y a sus aspirantes presidenciales que si se enfrentan, su proyecto de regreso al poder se esfuma.

NOTAS INDISCRETAS…En Nayarit, la coalición PT-Convergencia impugnó al candidato del PRD, Guadalupe Acosta, por carecer de la residencia que le exige la ley para contender por la gubernatura. La prueba de que Acosta no cumple ese requisito es otra constancia de residencia en el Estado de México que él mismo presentó hace dos años para poder ser diputado por esa Entidad… Por cierto que el abanderado petista, de nombre Nayar Marroquín, es subsecretario de Hacienda del gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador, por si quedaban dudas de quién quiere tirar al chucho Acosta Naranjo… En total en Nayarit serán cinco candidatos los que disputen la gubernatura: el priista Roberto Sandoval, la panista Marta Elena García, los ya mencionados Acosta y Nayar y un quinto candidato de un partido local, el PRS, Donaciano Robles, apadrinado por Alejandro Gazcón, el político local que ganara la gubernatura en 1976, pero que fuera sacrificado en aquella concertacesión entre Porfirio Muñoz Ledo y Jorge Cruischank, que le permitió al entonces líder del PPS ser el primer senador de oposición en México, a cambio de entregar la gubernatura al PRI. ¿Sería la venganza de Gazcón?.. Santiago Creel niega tener un plan B en caso de que no gane la candidatura presidencial del PAN. “Voy hasta donde llegue y si no gano apoyaré a quien sea candidato”, dijo el senador a esta columna, al negar que tenga como opción ser candidato a jefe de Gobierno del DF… Se detienen los dados. Segunda escalera. Buen tiro.