Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | Por María del Carmen Alanís

Tres problemas para 2012

A unas horas de que se dieron a conocer los resultados de las elecciones parlamentarias del 6 de mayo en el Reino Unido, existen dos escenarios posibles

Por: EL INFORMADOR

A unas horas de que se dieron a conocer los resultados de las elecciones parlamentarias del 6 de mayo en el Reino Unido, existen dos escenarios posibles. Que los conservadores gobiernen con una mayoría débil y pronto se lleve a cabo un nuevo proceso electoral, o que los laboristas y demócratas liberales establezcan una endeble coalición de Gobierno. Los próximos días serán definitorios para poder hacer un análisis posterior de los resultados políticos. Sin embargo, es oportuno realizar un estudio comparado de dos sistemas electorales completamente diferentes. El primero pertenece a una de las democracias más antiguas, la británica. El segundo es pilar de la democracia mexicana.

Ningún sistema electoral es perfecto, pero hay esquemas que están mejor diseñados para enfrentar los problemas que ponen en peligro a la democracia. La mayor virtud del sistema electoral británico es que cuenta con la confianza incondicional de los electores y de los actores políticos. La confianza es un factor presente en todo el proceso electoral.

Las elecciones en el Reino Unido son organizadas de manera local y no existe un equivalente al IFE. La Comisión Electoral del Reino Unido cumple una función de supervisión, no organiza el proceso. Hace recomendaciones a los órganos administrativos locales (equivalentes a los ayuntamientos) de cómo llevar a cabo la votación. Las boletas son impresas por el propio Gobierno y no contienen mayores controles de seguridad, sólo deben de cumplir con ciertos requisitos mínimos para ser comprensibles para el elector.

Los británicos no requieren una credencial para ejercer su derecho al sufragio, de hecho está prohibido pedirle su identificación a un elector a cambio de entregarle su boleta, sólo basta con que diga su nombre y dirección. Los listados nominales de electores únicamente contienen nombre y dirección del elector, a diferencia de los mexicanos que además contienen datos de la credencial para votar y la fotografía.

Tienen varias formas de ejercer el voto. Pueden acudir al centro de votación personalmente, pueden votar por correo e inclusive pueden solicitar que un representante vote a su nombre (proxy). Después de ejercer su voto se tacha su nombre de la lista, no se le aplica tinta indeleble en el dedo.

Los funcionarios de casilla son empleados del propio Ayuntamiento que durante un par de días, voluntariamente, se capacitan, trabajan en la casilla y realizan el conteo de votos. El propio administrador electoral local es el equivalente al secretario del Ayuntamiento, que durante varios meses deja sus funciones y se incorpora a la Comisión Electoral del Reino Unido. En México, los funcionarios electorales que organizan la elección pertenecen al IFE, un órgano completamente autónomo, los funcionarios de casilla son ciudadanos cuya primera letra del apellido y mes de nacimiento fueron sorteados por el Consejo General del Instituto.

Pareciera que los británicos carecen de controles en su sistema electoral porque no los necesitan, y que nuestro sistema, en aras de garantizar la confianza, los requiere. La realidad es que el sistema británico no está exento de prácticas ilegales e inclusive ha habido casos en donde se han probado. La confianza del ciudadano y el índice de participación se mantienen a pesar de que se tenga que repetir la elección particular del parlamentario beneficiado. Las impugnaciones son llevadas a la justicia ordinaria por medio de un juicio civil y son resueltas en promedio de seis a nueve meses cuando el parlamentario ya tomó posesión, a diferencia de los 10 días en promedio que le toma al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolver impugnaciones habitualmente. Se le puede destituir del Parlamento pero los votos que haya tomado como representante popular durante el periodo en funciones se mantienen.

Las diferencias entre los distintos sistemas son infinitas. Pero como se ha dicho, la principal es el enfoque ciudadano, el británico confía en sus instituciones, y las instituciones confían en el ciudadano. La desconfianza del mexicano ha derivado en la construcción de un modelo electoral sólido, con instituciones electorales fuertes, confiables y profesionales. Es tiempo de que miremos hacia fuera para comparar y nos sintamos orgullosos de la democracia que hemos construido, es momento de confiar.

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