Lunes, 02 de Diciembre 2024
México | Por Vicente Bello

Tren parlamentario

Santa Ana y Huerta, superados

Por: EL INFORMADOR

Una declaración, pronunciada ayer por la senadora del PRI, Rosario Green Macías, resume en parte la indignación y la ira que el Presidente Felipe Calderón Hinojosa ha provocado en estos días sobre éste de por sí atribulado país. “Sentimos que se nos ha ocultado, no sólo eso, sino el Centro Conjunto contra el Tráfico de Drogas. ¿Qué es eso? ¡Por Dios Santo! ¿Cuáles son los acuerdos a los que se compromete  Calderón cuando va a Washington?”

Dos periódicos extranjeros, desde temprano, marcaron la agenda política del país, este miércoles 16: el estadounidense “The New York Times” y el español “El País”.

“The New York Times” reveló que aviones militares no tripulados de Estados Unidos han incursionado en el espacio aéreo mexicano desde febrero. Y que se ha instalado en México un centro de espionaje en el que participan agentes estadounidenses y mexicanos. Todo, como parte de un acuerdo secreto reciente entre Barack Obama y Felipe Calderón, para combatir al crimen organizado desde territorio nacional.

“Me parece una barbaridad”, restallaba Green, cuya voz no es de un senador del montón. Fue la secretaria de Relaciones Exteriores en los tiempos de Ernesto Zedillo y la actual presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de Xicoténcatl. “Porque hay disposiciones constitucionales efectivamente que tienen que ver con el espacio aéreo mexicano, y porque si no hay nada que ocultar, por qué no debatirlo entonces con el Congreso, que a final de cuentas tiene muchísimo que ver con el mantenimiento de la soberanía nacional, de manera particular el Senado de la República”.

“¿Qué falta que haga el Presidente Calderón para entregar el mando del país? Me parece esto muy preocupante”.

La declaración de la ex canciller gravitó sobre los territorios del Congreso de la Unión. Víspera era de lo que hoy, jueves 17, será la comparecencia de Patricia Espinosa, la actual secretaria de Relaciones Exteriores de México.  “Por supuesto” -había reiterado Green- “de confirmarse lo que dice el The New York Times,  habría una clara violación de la soberanía de México en estos dos terrenos: en lo del Centro Conjunto, de cuya creación no estamos enterados en el Senado, y en lo de estos vuelos”.

Por supuesto, en estos territorios del Congreso, a Calderón le barbotaron a la vera dos defensores de oficio: el senador panista Luis Alberto Villarreal y el diputado federal, también panista, Rogelio Cerda Pérez.

He aquí Villarreal: “No sería el único país (México) ni la primera vez que esto suceda (que Estados Unidos viole soberanías). Si algo ha demostrado (Calderón) es su alto compromiso con la legalidad y con la instauración del estado de derecho que durante un tiempo se dejó perder”. Sí… esto dijo.

Y no se quedó atrás Cerda Pérez, quien afirmaba: “El sobrevuelo de aviones norteamericanos en territorio mexicano para el combate del narcotráfico, podría constituir una acción ‘metalegal’ o ‘metaconstitucional’, pero que no vulnera ni rebasa la soberanía nacional, por lo que no hay que hacer escándalo, pues se trata de ver el lado bueno”.

El otro diario extranjero, protagonista de la discusión nacional, “El País”,  organizó un foro junto con Bancomer, en la Ciudad de México, que por nombre tuvo “México, puerta a América”, y en el que el Mandatario participó.

Ante banqueros y empresarios españoles, fundamentalmente, Calderón hizo un compromiso y una celebración. El compromiso: “Voy a seguir trabajando y vamos a sacar las reformas que la opinión pública nos ayude a impulsar, merced a la exigencia de que haya reformas estructurales en México”.

Entonces fue cuando Calderón  llamó al Congreso mexicano a “hacer mucha política para sacar adelante reformas pendientes. Mucha política, muchos acuerdos”.

Y la celebración de Calderón: que la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya rechazado la impugnación a los contratos múltiples, los incentivados, de Pemex. Y dijo entonces a la concurrencia ibérica: “Abre una gran certidumbre jurídica y va a permitir que haya inversión especializada, global, para producir petróleo y procesarlo. En fin, un salto cualitativo en Pemex”.

No lejos de ahí, en las oficinas centrales, la paraestatal informaba que Pemex Gas y Petroquímica Básica inició una licitación pública internacional para contratar a una empresa que realice el mantenimiento de 785 kilómetros de ductos.

Nada dijo Calderón de lo que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha informado, en una filtración a “La Jornada”, en el sentido de que “sin la autorización del Congreso de la Unión, Pemex  comprometió hasta 2018 parte de la factura por ingresos derivados de la exportación de petróleo crudo”, en una suerte de hipoteca a cambio de un préstamo por 50 mil millones de dólares, que recientemente hizo el Gobierno de Estados Unidos a México.

Tampoco, nada de lo que la misma ASF denunció ayer, en San Lázaro, de que el Gobierno federal, a través de la Secretaría de Educación Pública y el Comité de Festejos del Bicentenario, otorgó contratos directos, sin licitación pública, a empresas que armaron los festejos el 15 de septiembre de 2010 y el 20 de noviembre.

En cambio, el Gobierno federal echaba mano de la manida táctica del ruido. A través del secretario de Hacienda, el Gobierno de Calderón se puso a darle de patadas en las canillas a Manlio Fabio Beltrones, a propósito de la reforma fiscal planteada por el priista. 

En los pasillos de Xicoténcatl, senadores del PRI, PRD y PT adelantaban una frase que hoy restregarían a Patricia Espinosa: Calderón ha superado a Santa Ana y a Victoriano Huerta, en su subordinación y entreguismo a Estados Unidos.

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