Viernes, 18 de Octubre 2024
México | Por Vicente Bello

Tren parlamentario

El llano en llamas

Por: EL INFORMADOR

En su más reciente sesión, la Cámara de Diputados debatió sobre la seguridad alimentaria, y tuvo como efecto casi inmediato que el Gobierno federal echara una gran velocidad a la entrega de recursos para que todo Sinaloa resembrara casi 500 mil hectáreas, en su mayoría cultivadas con maíz blanco.

El jueves, el Pleno de San Lázaro aprobó por unanimidad un punto de acuerdo mediante el cual exhorta al Ejecutivo Federal a que emita con prontitud la declaratoria de desastre natural en los estados norteños de Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, que, al igual que la Entidad sinaloense, fueron azotados por una histórica helada, con temperaturas de hasta menos 18 grados centígrados.

Hubo un común denominador en las dos asambleas: el Gobierno federal fue criticado con severidad por diputados federales por la lentitud y desenfado con que ha reaccionado ante tamaños embates de la naturaleza y porque sólo se ha concretado a ayudar a algunos estados y no a todos los que lo necesitan, como ha sido el caso de los otros del Norte, como Coahuila, Durango, Nuevo León y Zacatecas, que siguen esperando.

Y es más: legisladores tildaron de perversa la política gubernamental en materia agrícola y pecuaria, pues no sólo el Norte de México fue castigado por las heladas; también el Sur, como Guerrero, Puebla, Oaxaca y Veracruz. Y de los campos y llanos de esta parte del país, de plano Felipe Calderón no quiere ni mirar.

Un caso específico es la Mixteca poblana, donde la helada negra que cayó el 8 de diciembre arrasó con cultivos de maíz, hortalizas, árboles frutales, y hasta a los mezquites y tehuixtles los pasmó.

En abril de 2010, una tromba azotó la Mixteca poblana y sus fuertes vientos destruyeron docenas de invernaderos, muchos de los cuales no han sido reactivados por falta de financiamiento.

Hay situaciones en torno del campo que el Gobierno federal soslaya, evita. ¿Ineptitud o mala fe? Es una pregunta que escuece en la Cámara de Diputados.

Verbigracia: el diputado federal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Cruz López Aguilar dijo, cuando el posicionamiento de su partido sobre la crisis del campo y la seguridad alimentaria, que “ya es tiempo de darle la importancia que tiene al campo de México, antes de que sea tarde”.

Y remachaba: “La apuesta debe ser por México y por los mexicanos. Esperemos que no se apueste a los productores de Estados Unidos para producir el maíz blanco que va a necesitar el pueblo de México”.

Algo sabía Cruz López el martes, o le atinaba en el tanteo. Tres días después, un periódico capitalino reveló que la misma Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ha estado proponiendo a la industria alimentaria del país a que “contrate” con productores estadounidenses siembras de maíz blanco, claro, en Estados Unidos.

Un dato así supera cualquier ineptitud y se acerca peligrosamente a la mala fe, a la traición. Habiendo tanto terreno de cultivo ocioso en México, y tantos productores que esperan financiamiento para ponerse a trabajar y a dar empleos en los pueblos de por sí sedientos de trabajo en el país, el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa ha propuesto algo que diputados el martes pasado habían juzgado como parte de una política económica impuesta al campo mexicano que debería ser cambiada.

Mario di Costanzo, del Partido del Trabajo (PT), decía el martes: “Me atrevería a decir que no es consecuencia únicamente de la helada. México desde hace mucho tiempo ha dejado de tener la autosuficiencia alimentaria, y casualmente va aparejado con la entrada en vigor de la política neoliberal”.

El petista decía entonces: “Importamos 74% del arroz que consumimos, 14% del frijol, 24% del maíz, 42% del trigo, 14% de la carne de res, 44% de la carne de cerdo.

Importamos 25 mil millones de dólares en alimentos cada año. Lo paradójico es que, de acuerdo con el Programa Especial Concurrente para el Campo, durante 2010 se le asignaron 268 mil millones de pesos, un poco más de 20 mil millones de dólares y, sin embargo, los resultados no mejoran”.

Estaba tocando Di Costanzo ese otro tema candente, que escuece a panistas tanto como escoció a los priistas en sus tiempos: el de la calidad en el ejercicio del gasto. Y el del intermediarismo en el ejercicio del gasto, en referencia a los líderes de organizaciones campesinas.

Tuvo el Gobierno federal, sin embargo, un diputado que lo defendió: el panista Javier Usabiaga, quien con Vicente Fox Quesada fungió como el titular de la Secretaría de Agricultura: “Las acciones emprendidas por el Gobierno federal son las correctas en el momento actual y estoy seguro de que seguirán siendo las adecuadas ante la demanda de los productores nacionales”.

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