Miércoles, 04 de Diciembre 2024
México | Por Vicente Bello

Tren parlamentario

El dinamitero de Gobernación

Por: EL INFORMADOR

Este lunes 10 de enero, en los territorios del Congreso de la Unión seguían preguntándose porqué el Presidente Felipe Calderón insiste en dinamitar el camino por donde todas las fuerzas políticas tendrían que transitar en busca de la construcción de los acuerdos de la República.

Una declaración transfigurada en carga explosiva, violenta, había emitido el domingo Francisco Blake Mora, secretario de Gobernación: “Después de luchas históricas contra el viejo régimen, que suprimió por décadas las libertades de los ciudadanos, la democracia llegó para quedarse y ser el eje fundamental para transformar al país”.

La declaración de Blake provocó el efecto del trueno. Y no hubo, evidentemente, otro partido político que más se haya dado por aludido que el Partido Revolucionario Institucional; el mismo que en la Cámara de Diputados se ha convertido en un verdadero dolor de muelas para el Presidente Calderón, sobre todo desde que se perfila como el más grande contendiente opositor en la elección de 2012.

Desde San Lázaro, el diputado federal priista Carlos Flores Rico restregó a Blake: “En la Cámara abogamos por una relación nueva, generosa, cordial, que construya, que pueda crear unidad en torno a objetivos fundamentales, que tiene bastantes en la Secretaría el señor Blake. Primero que nada es la gobernabilidad; segunda, la seguridad, y tercera, la construcción de acuerdos para lograr cambios de fondo que puedan abatir la miseria, pobreza, desigualdad, inseguridad, ingobernabilidad y la incertidumbre”.

Junto con Flores Rico, salió por el PRI a atajar a Blake el también diputado federal César Augusto Santiago  Ramírez: “No es un problema tan sólo de Blake, el Presidente de la República debiera ser el Jefe del Estado mexicano, y actuar en consecuencia para gobernar en beneficio de todos y no sólo actuar en beneficiar de su partido”.

César Augusto demostraba una vez más por qué lo tienen como uno de los diputados del PRI con mayor filo en la palabra. “El hecho de que ahora el secretario de Gobernación --remachaba-- explícitamente se convierta en un militante de un partido de oposición para atacar a sus adversarios, deja muy claro que no tiene vocación de Estado. Más bien, por azares del destino está en responsabilidades partidarias, aprovechando el énfasis de los recursos públicos”.

Y entonces tildaba la declaración de Blake de “triste y penosa, que en las condiciones en que está el país no haya ánimo (desde el Gobierno de Calderón) de conciliación, ni de Gobierno para todos, y se siga privilegiando una actitud sectaria buscando sólo el beneficio de un partido político que está, por cierto, en plena decadencia”.

Se refería el priista, por supuesto, a Acción Nacional, al que desde que es el partido en la Presidencia de la República, se le ha visto arropado por el Presidente en turno (primero, Vicente Fox; ahora, Calderón), sin ambages.

Y las declaraciones de uno y otro bando políticos no se convertían más que el encontronazo de lo que se perfila en el país como el inicio, en este 2011, de la lucha por la Presidencia de la República en 2012 entre los --por el momento-- dos principales protagonistas: el partido en el poder y el PRI.

Este lunes prevalecía en San Lázaro el relampagueo de cambios en el gabinete presidencial. Parte de lo mismo. César Augusto Santiago y Mario di Costanzo, diputado del PT, coincidían en advertir que las modificaciones de marras fueron para colocar a Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, en la punta  del carril, con miras acaso de que gane la candidatura del PAN por la Presidencia, que a Calderón, por cierto, ya le disputan con ardor desde un sector del PAN.

Aspira fuertemente a ser candidato el senador Santiago Creel, quien en 2005, cuando se perfilaba como el postulante de Vicente Fox a 2006, fue rebasado por la derecha por Felipe Calderón y perdió perdiendo. Busca Creel, obviamente,  la revancha, pero Calderón ha movido sus fichas.  “Es un acto de desesperación”, juzgaban los priistas los cambios en el gabinete presidencial.

Tan de “desesperados”, insistían, como el hecho de que el mismo secretario de Gobernación haya salido al campo de batalla electoral a dinamitar caminos y puentes en el Congreso de la Unión.

El líder nacional electo del PRI, Humberto Moreira, también salió al paso de Blake: “Debería responder (Blake) a millones de pobres y jóvenes sin oportunidades, en lugar de poner una cortina de humo a los problemas del país con críticas al viejo régimen”.
Muy caliente ha comenzado 2011.

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