Tren parlamentario

El discurso dominical de Felipe Calderón, en el que ha asegurado que “el crimen encontró un campo fértil en lo que era el corazón del viejo sistema”, en alusión al PRI. Y la respuesta flamígera, llameante, de la facción dominante del priísmo en la Cámara de Diputados, hizo que de inmediato doblaran las campanas en San Lázaro y se visualizaran uno y otro posicionamiento como los fundamentos sobre los cuales el PAN y el PRI encarrilarán —a partir de ayer mismo— la guerra por la sucesión presidencial de 2012.

Todavía no concluían los brindis de la boda de quien figura como el hombre del PRI que más posibilidades tendría para hacerse de la candidatura presidencial tricolor, el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, cuando, un día después, este domingo, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa pronunció un discurso en el que arengaba a los panistas a “evitar la tragedia de que retorne el antiguo, autoritario, viejo, opresivo e irresponsable sistema que sólo atrae aparejada más pobreza y corrupción”.

Nunca Calderón hizo mención expresa del PRI. Pero ni falta hacía. Es el partido que más probabilidades tiene hoy de relevar al suyo en Los Pinos. Y así le saeteaba: “El crimen encontró un campo fértil en lo que era el corazón del viejo sistema. En la complicidad, en la impunidad, en la corrupción, en la opacidad”. Y, ya encarrerado, Calderón remachó: “Vamos por más, porque México no se merece quedar varado a la mitad del camino del cambio democrático que hemos emprendido y mucho menos la tragedia de regresar a lo antiguo, lo autoritario, a lo irresponsable, porque eso significará pobreza, corrupción, y negación o simulación de la libertad del derecho”.

Un día después, o sea ayer lunes, el discurso de Calderón tuvo el efecto en el PRI de quien recibe un patadón en los testículos; aunque, al parecer, ya se lo esperaba porque al instante la bancada priista de San Lázaro hizo público un documento elaborado con tanto detalle que bien podría ser el equivalente a un análisis de los resultados de los 10 años de gobierno panistas.

“¿10 años de logros?”, lo tituló. Y abría la glosa de esta década de Administración federal panista con un texto firmado por Francisco Rojas Gutiérrez donde había párrafos con efectos que bien podrían ser similares a los que deja un latigazo en el lomo de un mulo. “La ausencia de una visión de Estado ha repercutido en el debilitamiento de las instituciones”, fustigaba Rojas a Calderón, “y este es un daño sustantivo para la vida del país a corto y largo plazos”.

Aunque, a decir verdad, el tono de Rojas no parecía alcanzar los decibeles que había logrado la violencia discursiva de Calderón. Ni siquiera cuando el coordinador priista —y alfil principal de Peña Nieto en San Lázaro- le restregó: “No se pueden seguir distorsionando los hechos con un triunfalismo que no se compagina con la realidad en la que vivimos. No es justo ni sensato que el Gobierno privilegie los procesos electorales por encima de la resolución de los problemas que aquí se destacan: la inseguridad, el estancamiento económico, el desempleo y la desigualdad social”.

Hacía unos párrafos, Rojas Gutiérrez había expresado que México “vive sobresaltado por la violencia que no se había visto desde las épocas más críticas de la Revolución. La inseguridad ha llegado al grado de afectar la cohesión social y la economía; su efecto ya se nota, entre otros, en el estancamiento de las inversiones privadas, la emigración de capital humano y la disminución de la inversión extranjera directa y el turismo”.

Y ya en el cuerpo de su análisis, el PRI de San Lázaro hizo una glosa del desenvolvimiento de 2000 a 2010 del empleo, el salario, la competitividad, el crédito… Y la confrontación que el PRI hizo con los datos oficiales y los datos de la realidad llamaban la atención porque causaban, literalmente, los mismos efectos que han causado las críticas de la oposición más recalcitrante.
Verbigracia: En 10 años, el salario perdió en términos reales 4.26 pesos diarios, equivalentes a 129.45 pesos mensuales; apenas 14.7 millones de personas tienen empleo formal, de una Población Económicamente Activa de 47 millones de habitantes.

En diciembre de 2006, había 425 mil empleos en la construcción; en julio de este año, 380 mil. En 2000, el foro Económico Mundial ubicó a México en el lugar 42 en competitividad.

El PRI, sin embargo, usó datos candentes, que podrían quemarle las manos, como cuando habló del crédito y del gasto corriente excesivo en el Gobierno federal. En 1995, escribe el PRI en su documento, el crédito de la banca privada representaba 27% del PIB; ahora, 2010, es menor a 17%, y las empresas siguen financiándose 80% con los proveedores, lo que, en efecto secundario, representa menos salarios, mayores abusos contra trabajadores y pérdidas por inflación.

Dijo que el gasto corriente aumentó de forma muy relevante. Según Hacienda, se lee en el documento de marras, en 2006 el gasto corriente aumentó en más de 27.7%. Y en términos erales más del doble desde 2000. Y ejemplificaba: “en sueldos y salarios, el Gobierno gasta actualmente unos 850 mil millones de pesos anuales y más de 456 mil millones en gasto de operación. en cambio, en inversión carretera, por ejemplo, se gastan 54 mil millones, para un total en inversión pública por apenas 560 mil millones”.

Al PRI, el resto de la oposición, lo ha tildado de cómplice de Calderón porque con sus votos el priismo bien podría reducir drásticamente el gasto corriente del Gobierno; pero no lo hizo; no al menos en estos 10 años desde el Poder Legislativo.