Viernes, 18 de Octubre 2024
México | Por Vicente Bello

Tren Parlamentario

De Los Pinos a San Lázaro

Por: EL INFORMADOR

La Cámara de Diputados quería jugar ayer al contrapeso político, pero  la realidad la alcanzó de inmediato para recordarle que  su función de control político  sigue sin poder escapar de los territorios de la simulación.

Pudo mirarse con claridad en dos actividades, entre muchas que este miércoles se desarrollaron en San Lázaro.

Durante el informe del auditor sobre los resultados del análisis de la cuenta pública de 2009 y durante  la reacción de priistas y panistas a la demanda de Felipe Calderón de que ya elija San Lázaro a los tres consejeros electorales.

Una. Cuando el auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez, compareció (durante siete horas) ante la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF),  los diputados comprobaron amargamente que el Ejecutivo Federal sigue desatado, haciendo lo que quiere. En particular, la Secretaría de Hacienda.

Y, por mucho, esto sucede porque los grupos parlamentarios que controlan al Congreso de la Unión han estado insuflando este desequilibrio de los poderes de la Unión, con la fabricación de leyes que han robustecido el papel de preeminencia jurídica que el Presidente de la República tiene desde los tiempos del presidencialismo priista.

En su informe, el auditor  Portal Martínez  hizo hincapié en el endeudamiento de las entidades federativas, en el subejercicio, en la discrecionalidad bárbara que tiene Hacienda en el ejercicio presupuestal y, también, en la frustración que tiene la ASF para auditar, ante los vericuetos jurídicos por donde la administración pública federal se escabulle cuando ve a los auditores.

En esas siete horas de comparecencia,  múltiples cifras barbotaron, como los flashazos  de una cámara fotográfica que retrata, insistente,  el “fracaso de la política social de Felipe Calderón”, decía el PRI; o como la descripción de un “modelo económico fallido”, insistía el PT.

Cuando se hablaba del endeudamiento feroz de los estados de la Federación, fueron los priistas los que más respingaron. Y aparecían entonces, aupadas en los discursos, las cifras de los estados más endeudados en 2009: Jalisco, Chihuahua y Nuevo León.  
Más incluso, sostenía el PRI, que el Estado de México, al que los diputados del PAN llevaban y traían como una de las entidades más desorganizadas, más mal administradas, y poco transparentes. 

Verbigracia: Mientras Jalisco aumentaba su deuda ese año por 12 mil 797 millones de pesos, para llegar a los 20 mil millones, Chihuahua incrementaba mil 313 millones, para estacionarse en los casi 12 mil millones. Y Nuevo León, también, unos 11 mil 721 millones, para quedar en los casi 20 mil millones.

El PRI se dio por aludido, cuando se dijo que los estados incrementaron su endeudamiento en casi 200 mil millones de pesos en conjunto.

Y más cuando un técnico de la ASF decía que el sobreendeudamiento y falta de pago de los estados podría poner en jaque al sistema financiero, y tendría la Federación qué salir al quite.

Carlos Flores Rico respondió hablando del subejercicio infame de Hacienda en los programas sociales fijos; el de los ramos, pues.  Y en la tremenda discrecionalidad con que Hacienda ejerce el presupuesto. 

Flores Rico citó la cuenta de 2009: en el Ramo 23, Hacienda cambió el presupuesto que había ordenado la Cámara de Diputados, en 74%;  en el Ramo 25, removieron recursos en 41%; ramo 26, 18 por ciento.

“Estos boquetes de la discrecionalidad han sido enormes, de casi 200 mil millones de pesos, y nos espantamos si la deuda (de los estados) sube o baja”, decía Flores.

Y preguntaba al auditor: “¿Cuál es el margen legal que tiene la Secretaría de Hacienda para cambiar lo que la Cámara ordena?” Y remachaba el priista: “Cuánta razón la de Sebastián Lerdo de Tejada cuando dice que éste, es un Gobierno caro y malo”.
No lo decía, obviamente, el priista Flores Rico, pero la discrecionalidad de la que se quejaba, en mucho tiene la culpa el PRI, su partido.

En 2003, verbigracia, cuando Calderón era, por cierto, el coordinador de la bancada panista, hizo junto con Elba Esther Gordillo que la Ley del Presupuesto permitiera al Ejecutivo  Federal mayores márgenes en la discrecionalidad del ejercicio presupuestal. 

El panista Jesús Clouthier y el petista Mario di Costanzo coincidían: la desigualdad en la distribución de la riqueza ha profundizado en la pobreza. Y, Di Costanzo decía también, no hay otro remedio que el cambio de modelo económico. Un modelo económico fallido, insistía, que sigue defendiendo el PRI, y el PAN por supuesto.

Dos. En la sesión ordinaria de este miércoles  gravitó sin duda la declaración de Calderón, formulada el martes, respecto de que la Cámara de Diputados debería elegir cuanto antes a los tres consejeros del IFE.

De vergonzoso, tildaba el PT que el PRI reaccione en el sentido de que ya se pondrán a trabajar para elegir a los tres consejeros, justo ahora en que Calderón lo pide.

Y nunca, en cambio, se dignó a decir algo cuando el PT, en cada inicio de sesión, pedía en voz de Jaime Cárdenas Gracia que se pusieran a elegir a aquellos.

 Incluso el PT ya decía que Enrique Ochoa, un doctor en ciencia política, se perfilaría para ser uno de los tres consejeros que el PRI quiere como tal, luego de que éste se ha reunido, en un conciliábulo, con la presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Carmen Alanís; con el consejero electoral del IFE, Marco Antonio Baños, y con los diputados del PRI, Luis Videgaray (uno de los alfiles de Enrique Peña Nieto en San Lázaro) y con Sebastián Lerdo de Tejada.

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