Viernes, 27 de Diciembre 2024
México | Cada año los vecinos colocan capillas dedicadas a la virgen de Guadalupe

Tlaxpana se ha convertido en la colonia de los altares a la virgen

Cada año, como desde hace 70 años las fiesta se extiende no sólo por cada calle, sino por cada vecindad y unidad habitacional

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO.- "A la Tlaxpana, por favor", solicitó doña Concepción Gómez a un taxista en algún momento, "¿a la colonia de los altares?", preguntó el taxista, "a esa misma", respondió.

Son las 10:30 de la noche del 11 de diciembre, doña Concepción termina de retocar las flores del jarrón de latón que se encuentra frente a la imagen de la virgen morena de la calle de Quetzalcoatl mientras el sonido prueba las últimas canciones de forma estridente, las luces son revisadas también para darle paso a la fiesta que durará, al menos, hasta las cuatro de la mañana.

"Esta es la primera imagen que se usó en la colonia, de hecho aquí en la esquina fue el primer lugar donde se instaló un altar", recuerda doña Concepción, de 58 años, quien ha vivido desde que nació en la colonia que está rodeada por el Circuito Interior, la calzada México-Tacuba y Marina Nacional.

Con su nieta de la mano, Concepción señala una bodega en la esquina de la misma calle de Quetzalcoatl y Xolotl, "aquí había una vecindad. Aquí vivía el señor Miguel Cortés, él fue el primero en colocar un altar. Lo ponía en alto, así. Cuando yo tenía como ocho años la fiesta se ponía bien bonita, venía un trío, hacían bailables, comida para todos".

Detrás de las bocinas resuena otra canción y los faldones azules de un grupo de adolescentes va llenando la banqueta de la calle que en pocos minutos ha sido transformada en pista de baile.

"Ha cambiado mucho, ya no viene música en vivo, viene el sonido y se organiza la fiesta", señala el señor Ángel Galván, quien ha llegado corriendo advertido de que un reportero anda buscando gente para preguntar sobre la tradición.

Don Ángel ha vivido toda su vida en la vecindad del número 19 de Quetzalcóatl. Junto a Concepción se desviven en memorias, "la fiesta ha de tener como unos 70 años haciéndose, desde que don Miguelito la hacía, luego murió y su familia se fue para Jalisco, creo, y no han vuelto a venir".

La imagen de la virgen de Guadalupe, de acuerdo con los vecinos, no pertenece a nadie, simplemente don Miguel la dejó y ellos mismos se han encargado de cuidarla por tantos años y colocarle su altar.

Repentinamente el mismo don Ángel presume ser el dueño de un álbum fotográfico que detalla visualmente la tradición que se ha extendido por toda la colonia, por la vecina Anáhuac, Santa Julia y, según el señor Galván, hasta la lejana Pensil y la Argentina.

En el álbum se encuentran notas y fotografías de los años setenta. Además, los vecinos recuerdan que algunos programas populares han ido a transmitir en vivo desde las fiestas guadalupanas de la colonia. Pero, "hace como dos años que no vienen los de los medios", dice doña Concepción.

Son las 11:15 de la noche del jueves, a lo lejos por la calle se ve otro sonido, el cual enmarca otra fiesta, otro altar, uno más de los que llenan la zona de colores, de familias; el ambiente huele a guayabas del ponche caliente que regalan a los asistentes al festival dedicado a la morena, en el que ahora "Gloria Trevi" canta el Doctor Psiquiatra.

Un niño mete sus pequeños dedos en una bolsa para sacar las últimas papas con salsa mientras observa las estrellas que decoran una de las capillas, que según el propio don Ángel, no se colocaban, eran propiamente altares.

Hoy las "capillitas" ocupan un buen espacio de las banquetas, en algunos casos hasta toda la acera. Son construidas con tabique y cemento, cuentan con una decoración muy detallada, que en algunas ocasiones raya en lo barroco, ya que los vecinos tratan de agregar un elemento nuevo cada año.

Luces, fuentes artificiales, Juan Diego, flores -naturales y artificiales-, carpetitas, globos, nada es poco para agregar a la capilla que identifica ya no sólo a la colonia ni a la calle sino a una vecindad de otra.

La fiesta se ha extendido y las 00:00 horas llegan y con la media noche las mañanitas suenan por todas las calles. Es un fragmento de la ciudad de México, un lugar que por esta noche no duerme y quien pretenda hacerlo será despertado por otra invitación del sonidero a pasar a la pista de baile o por un cohetón tronando en el cielo.

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