Temas para reflexionar

Trigo sin paja

No hay que creer en la cabalística para recordar que los años terminados en “10” han señalado cambios históricos en la vida del país. Para el más despistado observador, el desánimo generalizado y la irritación ciudadana apuntan a otro posible cambio. Sea cual fuere la interpretación, todo hace pensar que ambos centenarios, el de la Independencia y el de la Revolución, van a terminar en una algarabía bulliciosa y en una historia mediática; pero por muchas luces de bengala y cohetes que haya, ningún fuego artificial podrá ocultar la amarga realidad de nuestro país que penosamente transita hacia una reestructuración inaplazable. Es de recordar que el centenario de la Independencia terminó con el exilio de Porfirio Díaz a bordo del Ipiranga. Ojalá que nuestras celebraciones bicentenarias no terminen en un carnaval con mucho confeti y pocas piñatas.


Prevalece en el país una sensación de agotamiento político. En un contexto de debilidad, el Presidente Calderón envió al Congreso una serie de iniciativas para una reforma política de largo alcance. No son asuntos nuevos en la discusión académica y política. Desde hace años, éstos y otros temas no incluidos en la iniciativa, han sido discutidos hasta la saciedad: la reelección de legisladores y jefes delegacionales; candidaturas independientes; segunda vuelta presidencial, etc., están ahí como temas para una reingeniería de Estado que no termina por realizarse. Las reformas que se plantean, se promueven desde una Presidencia debilitada y con casi nulo poder de convocatoria entre la clase política. Puede gustar o no lo que plantea el Presidente. Lo que no se puede negar es el diagnóstico: una sociedad fastidiada, resentida, demandante, en un contexto de crispación, de violencia y falta de caminos... ¿Y la revocación de mandato qué?


La tentación de reprimir para salir de problemas es enorme. En un contexto de tal explosividad social, enfrentar la disidencia a golpes es la manera más rápida de apagar el fuego con gasolina, de incendiar el campo minado en que está convertida la geografía nacional.


Bolívar, además de libertador fue profeta. Vaticinó que “los Estados Unidos estaban destinados por la Providencia para plagar a los países americanos de miseria en nombre de la libertad”.


Santa Anna, 11 veces presidente de México, asistió en el panteón de Santa Paula al sepelio de su propia pierna, misma que perdió en un accidente de guerra. Su verdadero nombre es: Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón.