Su nombramiento, una muestra de confianza

CIUDAD DE MÉXICO (18/DIC/2011).- Sergio García Ramírez expresó que toma su nombramiento como consejero electoral del Instituto Federal Electoral (IFE), el cual fue aprobado por un amplio margen, como una expresión de confianza de los diputados, pero “no de una confianza ciega o un cheque en blanco”.  

El nuevo consejero del IFE reconoció que pueden pesar algunas dudas sobre él por su trayectoria priista, y al respecto consideró que lo único que puede resolver cuestionamientos es la conducta.  

Agregó que “evidentemente tengo una larga vida al servicio del Estado mexicano, dentro de un partido político, y eso está a la vista y no lo niego, sino me siento ufano de ello. Tengo una larga vida en la cual he demostrado, cuando he tenido cargos públicos, que soy un hombre con independencia, criterio, imparcialidad y objetividad, y que me dedico a aplicar la ley en sus términos”.  

Dijo comprender que puede haber  observaciones sobre él, y la única respuesta que puede dar es “veamos las acciones, la conducta, y no como un prejuicio sino como un juicio, y luego de la conducta quien tiene esas respetables observaciones sacará su propio juicio, no antes”.  

Por ello, “habrá de mi parte total independencia y me ajustaré a los términos de la legislación aplicable estrictamente, y supongo que eso lo tomaron en cuenta los legisladores de todos los partidos políticos que se pronunciaron a favor de incorporación al IFE”.  

Subrayó que se tiene una ley electoral, una Constitución y una legislación en materia electoral de la que “los consejeros no somos rectores, sino simplemente aplicadores de buena fe de estos dispositivos constitucionales”.  

Por ello, resaltó, “quien actúa de buena fe y con estricto apego a la ley puede recibir críticas, porque puede equivocarse, pero tiene más posibilidades de acertar que de equivocarse, siempre y cuando no se desvíe de la ley”.