Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | ATANDO CABOS POR DENISE MAERKER

Redadas

En los últimos tres años, de 226 mil 677 personas detenidas por delitos contra la salud, 75% han sido liberadas antes incluso de ser presentadas ante un juez

Por: EL INFORMADOR

Las cifras no mienten. En los últimos tres años, de 226 mil 677 personas detenidas por delitos contra la salud, 75% han sido liberadas antes incluso de ser presentadas ante un juez. Sólo en 25% de los casos, el Ministerio Público pudo integrar un expediente con prueba del delito y presunta responsabilidad. Y eso que en nuestro sistema los jueces no son muy exigentes; es bien conocida la frase entre los abogados de que “a nadie se le niega un vaso de agua ni una orden de formal prisión”. Pues ni así.

La actual lucha en contra del narcotráfico y del crimen organizado consiste fundamentalmente en una serie de redadas organizadas con más o menos —generalmente menos— buena información, en zonas y lugares donde se sospecha viven, trabajan o se frecuentan personas ligadas al crimen organizado. Son redadas porque no discriminan.

La Policía Federal y/o el Ejército detienen a todos los que encuentran en la boda, el restaurante o la sede policíaca para conducirlos sin orden de aprehensión, y por supuesto sin haberlos descubierto en flagrancia, a algún lugar para ser interrogados. El procedimiento de detención, traslado y presentación es cuidadosamente grabado y enviado a los medios para que sea exhibido de forma inmediata. Se pretende crear así una imagen de Policía eficaz y exitosa, y sin duda también se contribuye a agudizar la percepción de inseguridad en una población a la que se le presentan diario en promedio 67 presuntos criminales.

Luego, ya sin cámaras y lejos de los reflectores, se interroga a los detenidos. Se busca que confiesen o de menos que colaboren. La confesión es importante, porque aun en los pocos casos en que la autoridad tiene información previa sobre las actividades de los detenidos, en general son sólo dichos. La inmensa mayoría sale libre. Y eso se hace con el mayor sigilo, nada de boletines informativos ni imágenes enviadas a los medios.

De entre las redes así lanzadas se escapan delincuentes peligrosos y se inflige un daño incalculable a miles de inocentes. En Chihuahua es ampliamente sabido que incluso los que han sido presentados ante la prensa como multihomicidas acaban en la calle o son encarcelados pero por delitos menores. Es peligroso incluso para los elementos del Ejército y los policías que participan en las redadas y que quedan luego expuestos a una venganza. Ya ha pasado.

A la luz de estos números, la estrategia de combate al crimen organizado desplegada en estos tres años privilegia el efecto mediático por sobre la efectividad, y vulnera seriamente la seguridad jurídica de todos los mexicanos.

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