Mezcala: la rebeldía histórica

La denuncia pública que hicieron la semana anterior las autoridades tradicionales de la comunidad indígena coca de Mezcala, municipio de Poncitlán, Jalisco, nos recuerda que en este territorio hay mucha historia de por medio y también muchos capitalistas interesados en las tierras y recursos naturales de Mezcala. En otra ocasión quizá podamos referirnos a la larga historia de lucha de esta comunidad que data de fines del siglo XVIII.
En esta ocasión aludiré sólo a cuatro problemas que están convertidos en campo de confrontación entre la comunidad y el Gobierno municipal (PRD), con los gobiernos federal y estatal, así como con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y eventualmente con la Secretaría de Cultura.
1)    El tema del mercantilismo que pretende hacer el Gobierno con la Isla de Mezcala y el pueblo mismo, con el pretexto del bicentenario de la Independencia de México. En este punto, el INAH ha legitimado la realización de acciones y obras de supuesta “restauración” de los edificios que existen en la isla que lleva el mismo nombre y que prácticamente harán imposible una recuperación más apegada a la historia.
2)     El empecinamiento gubernamental para no reconocer plenamente a las autoridades tradicionales, y por tanto a la existencia de las cocas como comunidad indígena. Se dice democrático, pero ningún Gobierno acepta que pueda haber otros poderes, y menos que éstos sean indígenas. El racismo y el desprecio son impresionantes.
3)     La Asamblea de Comuneros en varias ocasiones ha derrotado la iniciativa gubernamental para incorporarlos al Procecom, programa a través del cual se pretende que abandonen el régimen de propiedad comunal para que le expidan a cada comunero un certificado, o especie de título de propiedad privada. De esta manera podrían vender su tierra y entonces “progresar” y “salir de la pobreza”, les dicen.
4)    Mezcala se localiza en la ribera de la Laguna de Chapala y desde ahí pueden apreciarse algunos de los más atractivos paisajes. No es gratuito que el Gobierno haya decidido hace varios años, sin consultar a la población y sin que ellos la hayan solicitado, hacer una carrera panorámica rompiendo la montaña y alterando el entorno natural y no bordeando la laguna como está el trazo original de los caminos que conectan a todos los pueblos de la ribera de la Laguna de Chapala.