México tiene prisa

Qué importante es la experiencia y la solera que da el tiempo y la objetividad que brinda la posición de ver el bosque en su plenitud y no por el ímpetu de sobre destacar, chocar siempre con el mismo árbol. Qué importante es que la noticia sea más trascendente que el informador, no que el periodista se asuma como más destacado que la noticia en sí, y esto lo digo a la sombra de la evolución profesional que me ha tocado vivir de don Jacobo Zabludovsky.

Algunos agudos lo acusaban de “decir lo que el Gobierno quería lo que los mexicanos supiéramos”; otros extranjeros decían que era la verdad “según Jacobo”, pero hoy a sus más de 80 años, este comunicador reconocido internacionalmente, nos brinda muestras de lo que es liberarse de cualquier influencia, al informar diariamente en su noticiero radiofónico “De 1 a 3”, que según IBOPE, es el más escuchado de todo México.

Todos los días escuchamos a sus reporteros compartiendo noticias muy diversas, y de las que quiero subrayar que al margen del ánimo amarillista de los temas de inseguridad, Jacobo en dos horas que dura su programa, solamente dedica 15 minutos a una sección llamada “frentes de guerra”, en donde nos comparte de una forma enunciativa, lo que está pasando en esta materia.

Ejercicio muy apropiado, porque hoy que en Concanaco se ha propuesto que hablemos bien de México, y el Presidente Calderón lo avala, lo que necesitamos son comunicadores que informen, pero con objetividad sin rayar en el amarillismo, donde repito, la nota sea la más importante, y no quien la comunique.

Escuchar a Jacobo es para mí una delicia, y siempre será un referente en la historia como pionero de los noticieros en el mundo hispanoparlante; se disfrutan mucho sus relatos sobre el centro histórico donde nació y vivió por muchos años, o hablar de la Madre Patria cuando transmite sus programas desde allá, ¿y por qué no?, disfrutar sus cierres magistrales con un maravilloso tango, impregnado de historia que él mismo relató, interpretado siempre por el “Mudo” Carlos Gardel.

Invito a los medios y a todos en general a que hablemos bien de nuestro país, lo que no significa tratar de “tapar el Sol con un dedo”, pero busquemos la fórmula en que seamos objetivos sobre lo que está pasando.

Si México no fuera un país con avances y defectos, no tendríamos niveles de inversión extranjera tan significativos, ni tendríamos una moneda tan sólida, en donde las empresas extranjeras acá pueden generar utilidades de dos dígitos, como también lo hacen los propios mexicanos.

Cuidemos el único país que tenemos, ése que vamos a heredar a nuestros hijos y en el cual nos gustaría vivir, pero con tranquilidad el resto de nuestras vidas; es así como México tiene prisa de comunicadores como el licenciado Zabludovsky… ¿y por qué no decirlo?, sólo así podemos aspirar a que lo mejor está por venir.