México tiene prisa

Ahora que muchos de nosotros nos encontramos inmersos en las celebraciones navideñas, viviendo con los nuestros momentos de felicidad y armonía, sobre todo ahora que los aguinaldos comenzaron a verter bálsamos momentáneos de bienestar, resulta indispensable mantener la cordura y evitar excesos que únicamente provocan daños.

Así que es oportuno el llamado a una convivencia sana y en plenitud de nuestros sentidos, reiterando el espíritu de amor, paz y concordia entre nuestros semejantes, a la hora de disfrutar de las tradicionales posadas, que afortunadamente se mantienen en resguardo por varias generaciones, sin que la modernidad y la tecnología desplacen el verdadero sentido de reunirse a celebrar en familia y con amigos, el inminente arribo del pequeño Jesús.

Evidentemente también es fundamental evitar que los excesos, impacten el esfuerzo económico cosechado a lo largo del último año; así como nos costó largo tiempo ganar lo que se nos está entregando en estas fechas, de igual forma la amistad, el amor, el cariño y la gratitud, cuesta trabajo ganarlo.

Es por eso que hoy a pesar de que tenemos muchas tentaciones, o cada que salimos a caminar por los centros históricos de las ciudades y sus centros comerciales, encontramos un sinnúmero de ofertas, creo que al igual como planeamos nosotros algún otro momento importante en la vida, esto lo tenemos que hacer también de una forma similar.

Lo primero que tenemos que hacer es una lista real y auténtica de cuáles son los regalos o presentes que pueden halagar o servir de algo a nuestros seres queridos, pero siempre, insisto, para hacerlos sentir cercanos y queridos, no que de acuerdo con la dimensión del obsequio, sea el tamaño del cariño que se le quiere mostrar o que nos gustaría que la otra persona nos tuviera.

Administremos cuidadosamente nuestros recursos, en donde por cierto, les recuerdo que si vamos a pagar a plazos, no se nos olvide que los plazos también se cumplen, y que hay que honrar la palabra signada, por lo tanto, yo diría que la mejor Navidad es aquella que podemos pasar en paz y en compañía de nuestra familia, disfrutando los logros y alcances de nuestro trabajo realizado durante todo el año.

Teniendo por supuesto muy claro que la amistad, el amor, el cariño, la gratitud o el reconocimiento, no se compran, sino que se ganan, de igual manera como se gana el dinero, a través de esfuerzo, dedicación y sobre todo mucho cuidado, y es a lo que los quiero invitar en esta temporada navideña, deseándoles de todo corazón que la disfruten a plenitud con los suyos.

Sobre todo porque no olvidemos que México tiene prisa de consolidarse como una sociedad conciente del ahorro y sus inmensas potencialidades, así como del compartir con responsabilidad con los demás, sin caer en excesos y tentaciones en las presentes celebraciones navideñas, en la firme esperanza de que lo mejor está por venir.