Mensaje peligrosamente confuso

Perdóneme señor Presidente, pero estoy confundida. ¿Qué mensaje buscó enviar con el cambio en su gabinete y círculo cercano de asesores?

Y es que, cuando un Presidente toma una decisión tan relevante e impactante como el renovar el equipo y el gabinete, obviamente tiene que ir acompañado de un mensaje claro y contundente.

Ante una Presidencia acotada, no sólo por la transición democrática, sino por los tiempos políticos, sin duda una de las pocas herramientas que tiene el presidente es la de remover a miembros de su gabinete a voluntad.

Por una parte, ello permite enviar un mensaje contundente de cambio de rumbo y de corrección de errores, apaciguando a los críticos, haciendo un control de daños y desviando las críticas al mandatario.

Por la otra, el nombrar y quitar secretarios y asesores claves, es abrirle espacios a grupos políticos que a cambio proporcionarían su apoyo o consentimiento para proyectos prioritarios para el Ejecutivo.

En este momento la Presidencia está debilitada, no sólo por el hecho de que al Presidente Calderón le queda un año y medio de gobierno, debido a las campañas precoces de los “wanna be”.

Para diciembre de 2011, si no antes, rápidamente se van a ir reduciendo las llamadas a Los Pinos, menos personas estarán haciendo antesala para ver al Presidente. Calderón y su Gobierno estarán dedicados a asegurar la continuidad de su proyecto y la elección de su delfín.

La parálisis gubernamental debido a los procesos electorales, es una función biológica natural en México y en cualquier democracia. Aquí la pregunta es si el Presidente no habrá adelantado esta parálisis con las decisiones de esta semana.

Parte de los cuestionamientos de estos nuevos funcionarios tiene que ver con la experiencia profesional y cuáles eran los objetivos fundamentales para el cambio. ¿Qué problemas resuelve el Presidente con estos nombramientos? No es claro, porque tampoco es claro cuáles eran los objetivos del Presidente Calderón al nombrarlos.

El nombramiento de un nuevo secretario de Gobernación en este momento, es particularmente delicado. Lo que no es claro, es si el Presidente buscó nombrar a un secretario que sería el interlocutor con los partidos, legisladores y actores políticos a la luz de los resultados de las recientes elecciones.

¿O el nombramiento de José Francisco Blake Mora fue en respuesta a las lluvias de críticas en contra de la guerra emprendida en contra del crimen organizado? ¿Blake es un secretario dedicado a la política, o un secretario de “guerra”?
¿La prioridad del nuevo secretario de Gobernación será negociar con Manlio Fabio Beltrones?

¿O sus prioridades estarán enfocadas a las negociaciones con el general Galván Galván y el ingeniero Genaro García Luna?

En el tema de seguridad, responder a las anteriores interrogantes es urgente, ya que muchas de las críticas en contra de la estrategia de seguridad del Presidente se centran alrededor de la falta de coordinación estratégica y de mensajes. ¿Será ésta la función principal de Blake? ¿Podrá?

Por todo esto, señor Presidente, estoy confundida. Y estoy segura que no soy la única.